Fluvio Madaro, el interventor del ENERGAS que autorizó el pago de 13 millones de pesos extras a la empresa Skanska que ésta a su vez reconoció como la cifra pagada en coimas, es un fanático kakista del riñón pingüino que rodea a K y responde al ministro de planificación Julio De Vido.
Se encuentra en la lista de los amigos del poder que compraron tierras en El Calafate a precio vil que denunció hace un tiempo Jorge Lanata.
En el año 2003 despidió del organismo al contador Miguel Marsili por haber actuado como fiscal de Compromiso para el Cambio en las elecciones para Jefe de Gobierno de la Ciudad. Por ese episodio el macrismo pidió que sea removido de su cargo el año pasado. Cosa que por supuesto no ocurrió y ya se sabe que don Madaro estaba ocupado en asuntos revolucionarios muy concretos como para que lo dejaran ir así nomás.
Para que se den una idea de hasta que punto el gobierno está comprometido y la gravedad que como consecuencia de ello alcanzan las desmentidas del presidente y los ataques del ministro del interior al juez López Biscayart, el propio boletín oficial Página 12 dice que los funcionarios del Frente para la Victoria están hasta las manos.
Todo esto es la joda kakista que no empezó hace un mes, sino hace tres años a la luz de todos los diarios y todos los programas de televisión y radio que se estuvieron haciendo silencio con honrosas excepciones. Se ve que la revolución necesita unos mangos.
Los gobiernos suelen tener sus estilos para administrar la cosa pública.
El kakismo no tiene un estilo.
Tiene un “Modus operandi”.
cuando la ambicion gobierna, la republica se enferma
cuando las mafias , ocupan el gobierno, la democracia muere
y la causa esta en la cobardia de su pueblo.
notese que argentina , nunca fue patria
este gobierno eutanasico, vino a terminar el trabajo sucio de los milicos
este negociado es el jornal,