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Decía Isabel Sarli: ¡Haga de mi lo que quiera! Pues hagan de esta página lo mismo.

By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

313 comments

  1. Es más me parece un insulto para las víctimas inocentes tanto de la triple A como de los militares que pongan sus nombres al lado de los delincuentes que iniciaron esa guerra.

  2. Benegas, Se me ocurrio un tema para hacer una columna diaria o semanal en la radio. Si le gusta puede usar la idea FREE OF CHARGE. Pienso que puede resultar de mucho interes hablar de lo que nadie habla y la gente olvida rapidamente. La columna podria llamarse “Cómo está la causa” y se podria exponer/denunciar en qué situacion se halla tal o cual causa iniciada en un determinado momento sobre hechos que conmocionaron a la opinion publica y qué de repente pasan a segundo plano, a tercer plano o directamente al olvido. Corrupcion en el gobierno (aca hay muchos temas que subitamente se fueron al cajon y que seria interesante averiguar en que estado estan y quienes son los responsables de su demora en el tramite), Accidentes con victimas (hay casos muy resonantes), homicidios nunca aclarados, etc. Saludos

  3. De acuerdo con la idea, elbuenodejorge. Hay tantos temas, tantos que la prensa archiva y ya está… anoto uno que los pingüinos pusieron sobre la mesa, hace como 6 años, cuando iniciaron la marcha: Kirchner habló de unos fondos que su provincia había recibido y que dado que él era un gran vivo (no como el resto de los gobernadores que estaban al borde de un ataque de nervios, por ese entonces) había escondido no se muy bien donde. ¿Qué pasó con los fondos?????? Nadie, ni Elisa denuncia. Esto es un pequeño tema pero fue el primero, para mi que no soy pingüina.
    Ah, ya que estamos ¿y qué pasó con Sayago?… ya ve, tuvo una buena idea porque es imposible dejar de recordar.

  4. Ayer miraba el “reportaje” que le hacía el bobo de Feinman al momo Gregorio Venegas (UATRE). Que fue pago por lo de la interna del PJ?? No, ni ahí…

    Pero sería interesante preguntarle un par de cosas, como por qué todos los fines de semana se va en un avión privado (alquilado por el sindicato?? No, ni ahí..) a Necochea.. o por qué le paga $12.000 a su secretaria de confianza más una 4×4 a nombre del sindicato a su disposición… sabra algo complicado ella?? No, ni ahí…

  5. Acabo de escuchar por Metro al ridículo de Escudé, ¿cómo no se entierra 15 metros en el fondo del mar por imbécil?, según él ahora apoya a la Tilinga porque el gobierno de Néstor fue grandioso y lo terminó queriendo, y como este es continuidad, quiere a la continuidad… y que si se manda cagadas, o si se acaba la caja, vuelve a ser algo parecido a un opositor.

  6. “La ambición de poder es una mala hierba que sólo crece en el solar abandonado de una mente vacía.”

    “Todas las razones que hacen que el inicio de fuerza física sea un mal absoluto, hacen que el uso defensivo de la fuerza sea un imperativo moral. Si una sociedad “pacifista” renunciase al uso defensivo de la fuerza, quedaría indefensa a merced del primer matón que decidiese ser inmoral.”

    “Piedad por el culpable es Traición al inocente.”

    “No hay diferencia entre comunismo y socialismo, excepto en la manera de conseguir el mismo objetivo final: el comunismo propone esclavizar al hombre mediante la fuerza, el socialismo mediante el voto. Es la misma diferencia que hay entre asesinato y suicidio.”

    “No considere a los colectivistas como ‘idealistas sinceros pero engañados’. La propuesta de esclavizar a algunos hombres por el bien de otros no es un ideal; la brutalidad no es ‘idealista’, no importa cual sea su propósito. Nunca diga que el deseo de ‘hacer bien’ por la fuerza es un buen motivo. Ni la impetuosidad ni la estupidez son buenos motivos.”

    Ayn Rand

  7. ¿Piensas que son sólo valores materiales los que te exigen sacrificar?

    Nunca llames sacrificio a tus mejores acciones. Si un hombre muere peleando por su libertad, ese no es un sacrificio para quien no está dispuesto a vivir como esclavo; pero sí lo es para el tipo de hombre que está dispuesto a serlo. Si un hombre se niega a vender sus convicciones, esto no es un sacrificio, a menos que sea el tipo de hombre que no las tiene.

    El sacrificio es apropiado para quienes no tienen nada que sacrificar, ni valores ni reglas ni juicios. Para una persona de estatura moral, cuyos deseos nacen de valores racionales, el sacrificio es la rendición de lo correcto a lo equivocado, de lo bueno a lo malo.

    ¿Piensas que son sólo valores materiales los que te exigen sacrificar? ¿Y qué crees que son los valores materiales? La materia carece de valor excepto como medio para satisfacer los deseos humanos. ¿Al servicio de qué se te pide que apliques lo que ha producido tu virtud? Pues al servicio de aquello que tú mismo consideras malo: a un principio que no compartes, a una persona que no respetas, al logro de un propósito opuesto al tuyo¿ de otra forma, tu ofrenda no es un sacrificio.

    Somos entidades indivisibles de materia y conciencia. Renuncias a tu conciencia y te transformarás en un bruto. Renuncia a tu cuerpo y te transformarás en una farsa. Renuncia al mundo material y se lo estarás entregando al mal.

    ¿Sabes lo que te piden? Bríndate a lo que no disfrutas; sirve a lo que no admiras; sométete a lo que consideras malo; rinde el mundo a los valores de otro; niega, rechaza renuncia a tu yo. Tu yo es tu mente: renuncia a ella y te convertirás en un pedazo de carne, listo para ser devorado por cualquier caníbal.

    Es tu mente lo que quieren que entregues todos los que te predican el credo del sacrificio, tanto si te prometen otra vida en el paraíso o la panza llena en esta tierra.

    Lo cierto es que lo más egoísta que existe es la mente que no reconoce autoridad alguna por encima de sí misma, ni valor mayor que su propio juicio de verdad. Si les preguntas: ¿Qué es el bien? La única respuesta que encontrarás será: “el bien de los demás”. El bien es cualquier deseo de los otros, cualquier cosa que creas que ellos desean o cualquier cosa que creas que deberían desear.

    El “bien de los demás” es una fórmula mágica que transforma cualquier cosa en oro, que debe ser recitada como garantía de gloria moral y como justificativo de cualquier acción, aunque esta sea terrible. No necesitan pruebas, ni razones ni éxito; no necesitan alcanzar con los hechos el bien de los demás: todo lo que necesitan es decir que el motivo de cualquier cosa que hagan fue el bien de los demás.

    Y cuando la racionalidad se rebela, viene la fuerza. Tratan de forzarte a renunciar a tu mente y aceptar la voluntad del otro como sustituto, con un revólver en lugar de un razonamiento, con el terror en lugar de un argumento.

    Ya sea un asaltante de caminos que enfrenta a un viajero con el ultimátum: “la bolsa o la vida”, o un político que enfrenta a un país con el ultimátum: “la educación de tus hijos o tu vida”, el verdadero significado de esa intimidación es: “tu mente o tu vida”, pero para el hombre no es posible la una sin la otra.

    Si el mal tiene grados, es difícil decir quién es peor: el bruto que asume el derecho de forzar la mente de otros, o los imbéciles que le permiten hacerlo.

    Algo así dijo John Galt, en su estupenda “cadena” al pueblo, en los últimos capítulos de La rebelión de Atlas, 1957.

    Ayn Rand

  8. “Cuando vean que para producir necesitan obtener la aprobación de quienes no producen nada; cuando vean que el dinero fluye a quienes comercian no en bienes sino en favores; cuando vean que los hombres se hacen más ricos a través de la estafa que del trabajo, y sus leyes no lo protegen de ellos, pero los protegen a ellos de ustedes; cuando vean que la corrupción es recompensada y la honestidad se convierte en un sacrificio personal; sabrán que su sociedad está condenada”

    Fragmento de La Rebelión de Atlas
    Autor: Ayn Rand

  9. Yo soy. Yo pienso. Yo quiero.

    Mis manos… mi espíritu… mi cielo… mi bosque… esta tierra mía… ¿Qué debo añadir? Estas son las palabras. Esta es la respuesta.

    Estoy aquí de pie, en la cumbre de la montaña. Levanto mi cabeza y extiendo mis brazos. He aquí mi cuerpo y mi espíritu, he aquí el fin de la búsqueda. Deseaba conocer el sentido de las cosas. Yo soy el sentido. Deseaba encontrar un permiso para existir. No necesito permiso alguno para existir; ni que me den el visto bueno para vivir. Yo soy el permiso y el visto bueno.

    Son mis ojos los que ven, y la mirada de mis ojos confiere belleza a la tierra. Son mis oídos los que oyen, y la audición de mis oídos da su canción al mundo. Es mi mente la que piensa, y el juicio de mi mente es la única linterna que puede hallar la verdad. Es mi voluntad la que elige, y la elección de mi voluntad es el único edicto que debo respetar.

    He conocido muchas palabras, algunas resultaron sabias y otras resultaron falsas, pero sólo tres son sagradas: “¡lo deseo así!”

    Cualquiera que sea el camino que yo tome, la estrella que me guía está en mi interior; la estrella que me guía y la brújula que señala el camino. Señalan en una única dirección. Señalan hacía mí.

    No sé si esta tierra en la que estoy es el corazón del universo o si no es más que una mota de polvo perdida en la eternidad. Ni lo sé ni me importa. Pues sé qué felicidad puedo alcanzar en esta tierra. Y mi felicidad no requiere un propósito más elevado para ser vindicada. Mi felicidad no es el medio para fin alguno. Ella es el fin. Es su propio objetivo. Es su propia razón de ser.

    Tampoco soy yo el medio para que otros lleguen a los fines que anhelan conseguir. No soy una herramienta para que me usen. No soy un sirviente de sus necesidades. No soy un vendaje para sus heridas. No soy un cordero a sacrificar en sus altares.

    Soy un hombre. Este milagro de mi ser está para que lo posea yo y lo vele yo, y lo guarde yo, y lo use yo, y sea yo quien se arrodille ante él.

    No cedo mis tesoros ni los comparto. La fortuna de mi espíritu no está para ser convertida en monedas de cobre y ser esparcida al viento cual limosna para los pobre de espíritu. Yo guardo mis tesoros: mi pensamiento, mi voluntad, mi libertad. Y el mayor de ellos es la libertad.

    Nada debo a mis hermanos, ni voy buscando que estén en deuda conmigo. A nadie le pido que viva por mí, ni me ofrezco para vivir por los demás. No anhelo el alma de ningún hombre, ni está mi alma para que la anhelen los demás.

    No soy ni amigo ni enemigo de mis hermanos, sino tan sólo lo que cada uno de ellos se merezca. Y para ganarse mi amor, mis hermanos han de hacer más que haber nacido. No otorgo mi amor sin razón alguna, ni al primero que se cruce en mi camino y me lo pida. Honro a los hombres con mi amor. Pero el honor es algo que cada cual ha de ganarse.

    Escogeré amigos entre los hombres, pero no esclavos ni amos. Y escogeré sólo a los que me satisfagan, y a ellos les amaré y respetaré, pero no les mandaré ni les obedeceré. Y uniremos nuestras manos cuando queramos, o andaremos solos cuando así nos parezca preferible. Pues en el templo de su espíritu, cada hombre está solo. Que cada hombre guarde su templo intacto e inmaculado. Y entonces, que una sus manos con otros si lo desea, pero sólo más allá de su sagrado umbral.

    Pues la palabra “Nosotros” jamás debe pronunciarse, salvo por propia elección y como segundo pensamiento. Esta palabra jamás debe ocupar el primer lugar en el alma del hombre; que sino se convierte en un monstruo, la raíz de todos los males sobre la faz de la tierra, la raíz de la tortura del hombre por parte de los hombres, y de una mentira indecible.

    La palabra “nosotros” es como cal que se vierte sobre los hombres, se va depositando y se endurece como una piedra aplastándolo todo bajo su peso. Y lo blanco y lo negro se pierden en su color grisáceo. Es la palabra con la que los depravados roban la virtud a los hombres rectos, con la que los débiles roban el poderío a los fuertes, con la que los necios roban el conocimiento a los sabios.

    ¿En qué se queda mi alegría si todas las manos, incluso las más inmundas, pueden manosearla? ¿En qué se queda mi sabiduría si hasta los necios pueden mandarme? ¿En qué se queda mi libertad, si todas las criaturas, incluso las más viles e impotentes, son mis amos? ¿En qué se queda mi vida, si he de inclinarme, aceptar y obedecer?

    Pero ya no tolero más este credo de corrupción.

    He acabado con el monstruo “Nosotros”, la palabra de la servidumbre, el saqueo, la miseria, la falsedad y la infamia.

    Y ahora veo el rostro del dios, y alzo este dios sobre la tierra, este dios que los hombres han buscado desde que existen, este dios que les dará la alegría, la paz y el orgullo.

    Este dios, esta sola palabra: “Yo”.

    Fragmento de la obra “Himno” o “Anthem” de la escritora Ayn Rand

  10. ¿Se ha preguntado cual es el origen del dinero? El dinero es solo un instrumento de intercambio que no puede existir a menos que existan bienes y personas capaces de producirlos. Es la forma material del principio según el cual quienes deseen tratar con otros deben hacerlo mediante transacciones, entregando valor por valor. No es un instrumento de los pordioseros, que exigen llorando el producto del trabajo ajeno, ni de los saqueadores que lo arrebatan por la fuerza; el dinero se hace sólo posible gracias a quienes producen. ¿Es eso lo considera malvado?

    Cuando se acepta dinero en pago del esfuerzo propio, se hace con la condición de que luego uno lo podrá cambiar por el producto del esfuerzo ajeno. No son los pordioseros ni los saqueadores los que dan valor al dinero. Y un océano de lágrimas, ni todos los cañones de la Tierra, podrán transformar los pedazos de papel que lleva en su billetera, en el pan que necesitará mañana para sobrevivir. Esos papeles, que en realidad deberían ser oro, son un pacto de honor; su tenencia da derecho a la energía de la gente que produce. Su billetera es la declaración de su convicción de que, en algún lugar del mundo, hay personas que no quebrantarán ese principio moral que es la raíz del dinero. ¿Eso es lo que considera malvado?

    ¿Alguna vez se ha preocupado por investigar las raíces de la producción? Observe un generador eléctrico y atrévase a pensar que ha sido creado por la fuerza bruta de seres carentes de inteligencia; intente cultivar una semilla de trigo sin los conocimientos transmitidos por quienes lo hicieron anteriormente; o trate de obtener alimento tan solo con movimientos físicos, y se dará cuenta de que la mente humana es la raíz de todos los bienes producidos y de toda la riqueza que alguna vez haya existido sobre la Tierra.

    Sin embargo, hay personas que aseguran que el dinero lo consiguen los fuertes a expensas de los débiles. ¿Pero a qué fuerza se refiere? No es la fuerza de las armas ni de los músculos, ya que la riqueza es el producto de la capacidad del hombre para pensar. Entonces, ¿el dinero lo obtiene quien inventa un motor a expensas de quienes no lo inventaron? ¿Lo obtiene el inteligente a expensas del idiota? ¿El capaz a expensas del incompetente? ¿El ambicioso a expensas del holgazán? El dinero debe hacerse, antes de que pueda ser saqueado, y es hecho a través del esfuerzo de las personas honradas, en la medida de la capacidad de cada una; y el honrado es aquel que comprende que no puede consumir más de lo que ha producido.

    Comerciar utilizando dinero es el código de los hombres de buenas intenciones, porque el dinero se basa en el axioma de que cada uno es dueño de su mente y de su esfuerzo. El dinero no otorga ningún poder para prescribir el valor de un esfuerzo, más allá de la elección voluntaria de quien desea ofrecer el suyo a cambio.

    El dinero le permite obtener por sus bienes y su trabajo lo que vale para los que lo compran, pero no más que eso. El dinero sólo permite tratos que se hacen en beneficio mutuo, según el libre juicio de ambas partes.

    El dinero exige el reconocimiento de que se debe trabajar en beneficio, y no en perjuicio, propio; para ganar, y no para perder. El dinero reconoce que el hombre no es una bestia de carga nacida para transportar el fardo de su propia miseria, que debe ofrecer valores y no agravios, que el lazo común entre los seres no es un intercambio de sufrimientos, sino de bienes. El dinero exige vender, pero no debilidad a cambio de estupidez, sino talento a cambio de razón; exige comprar, no lo peor sino lo mejor que pueda conseguir. Y cuando las personas viven basadas en el intercambio, poniendo como árbitro decisivo a la razón en lugar de la fuerza, lo que triunfa es el mejor producto, el trabajo más perfecto, el hombre de mejor juicio y mayor idoneidad. El grado de productividad de cada uno es también el de su recompensa. Éste es el código de existencia, cuya herramienta y símbolo es el dinero. ¿Es esto lo que considera malvado?

    El dinero es sólo un instrumento que lo llevará adonde quiera, pero no lo reemplazará como conductor; le dará los medios para la satisfacción de sus deseos, pero no le proveerá dichos deseos.

    El dinero es el azote de quienes intentan revertir la ley de causalidad; de quienes buscan reemplazar la mente apoderándose de los productos de la mente.

    El dinero no comprará la felicidad para quien no sepa qué desea; no le dará un código de valores a quien haya rehusado adoptarlo, ni proporcionará un propósito a quien haya eludido la elección.

    El dinero no brindará inteligencia al estúpido, ni coraje al cobarde, ni respeto al incompetente. Quien intenta comprar el cerebro de sus superiores, reemplazando con su dinero su mayor capacidad de juicio, termina convirtiéndose en víctima de sus inferiores. Los hombres inteligentes lo abandonarán, pero los embaucadores y los farsantes irán en manadas hacia él, atraídos por una ley que él desconoce: la de que nadie puede ser menos que su dinero. ¿Es éste el motivo por el que considera malvado al dinero?

    Sólo quien no la necesita está capacitado para heredar riqueza, o sea aquel que de todos modos haría su propia fortuna sin que importe su punto de partida. Si un heredero está a la altura de su dinero, el dinero le sirve; de lo contrario, lo destruye. Pero cuando usted y quienes comparten sus ideas observan a alguien así, dicen que el dinero lo ha corrompido. ¿Es verdad? ¿O ha sido él quien ha corrompido al dinero? No envidie a un heredero inútil, pues su riqueza no es suya. No le habría ido mejor en caso de obtenerla. No tiene sentido considerar que esa riqueza debería haberse distribuido entre usted y los otros, pues cargar al mundo con cincuenta parásitos en vez de uno no reviviría la virtud muerta de esa fortuna. El dinero es un poder viviente que si es despojado de su raíz, muere; por eso no le servirá a una mente que no esté a su altura. ¿Es éste el motivo por el que se lo considera malvado?

    El dinero es su medio de supervivencia. El veredicto que pronuncia sobre su fuente de supervivencia es el mismo que pronuncia sobre su vida. Si la fuente es corrupta, está condenando su propia existencia. ¿Ha conseguido el dinero por medio del fraude? ¿Siendo alcahuete de los vicios o de la estupidez humana? ¿Sirviendo a los imbéciles con la esperanza de conseguir más de lo que su capacidad merece? ¿Degradando sus ideales? ¿Realizando una tarea que desprecia para vendérselas a quienes aborrece? En tal caso, su dinero no le proporcionará ni un momento de auténtica felicidad, pues todo lo que compre no será un elogio hacia su persona, sino un reproche; no un triunfo, sino un constante recordatorio de la vergüenza. Entonces gritará que el dinero es malo. ¿Malo porque no sustituye al respeto que se debe a sí mismo? ¿Malo porque no deja disfrutar de su corrupción? ¿Es ésta la causa del odio hacia el dinero?

    El dinero será un efecto del que las personas somos causa. Es producto de la virtud, pero no lo hará virtuoso ni lo redimirá de sus vicios. El dinero no le dará lo que no se merezca, ni material ni espiritualmente. ¿Es ésa la razón por la que se lo aborrece?

    ¿O acaso sostiene que el amor al dinero es el origen de todos los males? Amar una cosa es conocerla y respetar su naturaleza; por lo tanto, amar al dinero es conocer y respetar el hecho de que representa lo mejor de cada uno, que es la llave maestra para intercambiar su esfuerzo por el mejor esfuerzo de los demás. La persona que vendería su alma por unos centavos es la que proclama a gritos su odio hacia el dinero; y hay que reconocer que tiene motivos para odiarlo. Pero los amantes del dinero están dispuestos a trabajar por él, y saben que están en condiciones de merecerlo. Quien maldice el dinero, lo ha obtenido de manera deshonrosa, pero quien lo respeta, se lo ha ganado honestamente.

    Huya de quien le diga que el dinero es malvado, pues esa frase es la señal que anuncia la presencia de un saqueador. En tanto los hombres vivamos en sociedad y necesitemos medios para tratar unos con otros, el único sustituto, en caso de abandonar el dinero, serían las armas.

    El dinero exige las más elevadas virtudes para conseguirlo o conservarlo. Quienes carecen de valentía, de orgullo o de autoestima, los que no tienen sentido moral de su derecho al dinero y no están dispuestos a defenderlo como si se tratara de su propia vida, esos que parecen pedir perdón por ser ricos, no lo serán por mucho tiempo, pues son un cebo natural para las bandas de saqueadores, que desde hace siglos se agazapan bajo las rocas y salen en cuanto huelen a alguien que ruega ser perdonado por ser rico, y se apresuran a aliviarlo de su culpa, de su dinero y de su vida, tal como lo merece.

    Entonces verán aparecer los hombres de doble moral: los que se basan en la fuerza, y sin embargo, dependen de quienes viven del comercio para darle valor a su dinero robado. Son los que quieren ser virtuosos gratuitamente, aquellos que en una sociedad moral son los criminales de quienes la ley debería proteger a los demás. Pero cuando una sociedad establece la existencia de criminales por derecho y de saqueadores legales, es decir de personas que utilizan la fuerza para apoderarse de la riqueza de víctimas desarmadas, entonces el dinero se convierte en vengador de su creador.

    Esos ladrones se sienten seguros al robar a indefensos, luego de haber sancionado una ley para desarmarlos, pero su botín se convierte en un imán para otros saqueadores que también se lo arrebatan de la misma forma como ellos lo hicieron. Entonces el éxito irá, no la más competente en la producción, sino al capaz de la más despiadada brutalidad y crueldad. Cuando la fuerza se convierte en norma, el asesino vence al carterista, y la sociedad desaparece entre ruinas y cadáveres.

    ¿Quieren saber si ese día se acerca? Observe al dinero, pues es el barómetro de las virtudes de una sociedad. Cuando vea que el comercio se hace, no por consentimientos de las partes, sino por coerción; cuando adviertan que para producir, necesitan obtener autorización de quienes no producen nada; cuando comprueben que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciban que muchos se hacen ricos por el soborno y por las influencias más que por el trabajo, y que las leyes no los protegen contra ellos, sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare en que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en auto sacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada.

    El dinero es un medio tan noble que no compite con las armas, ni pacta con la brutalidad. Nunca permitirá sobrevivir a un país basado parcialmente en la propiedad y parcialmente en el robo. Siempre que aparezcan elementos destructores entre los humanos, comienzan destruyendo al dinero, porque éste es la protección del hombre y la base de su existencia moral. Los destructores se apoderan del oro, y entregan a cambio un montón de papel impreso. De esta forma, destruyen todas las normas objetivas del valor y dejan al hombre en las garras de un juez arbitrario. El oro era un valor objetivo, un equivalente a riqueza producida. El papel es una hipoteca sobre riqueza que no existe, respaldada por un arma apuntada al pecho de quienes se espera ha de producirla.

    El papel es un cheque librado por saqueadores legales sobre una cuenta ajena: sobre la virtud de las víctimas. Espere al día en que ese papel sea rechazado con la leyenda “sin fondos”.

    Cuando se haya convertido a la maldad en medio de supervivencia, no espere que los hombres sigan siendo buenos, no espere que conserven la moral y pierdan la vida convertidos en forraje de los inmorales, no espere que produzcan cuando la producción sea castigada y el robo recompensado. Entonces, no deberá preguntar “¿Quien está destruyendo al mundo? Porque será usted mismo el que lo estará haciendo.

    Se encuentra entre los mayores logros de la civilización más productiva y se pregunta porqué todo se derrumba, mientras maldice la fuente que le da la vida: el dinero. Ve al dinero como lo han hecho sus antepasados salvajes. En la historia de la humanidad, el dinero ha sido siempre botín de saqueadores, de un tipo o de otro, cuyos nombres fueron cambiando, pero cuyos métodos fueron siempre los mismos: apoderarse del dinero por la fuerza y mantener cautivos a los productores, degradándolos, difamándolos y despojándolos de su honor. Esa frase acerca de la maldad del dinero, que expresa con meticulosa imprudencia, viene de la época en que la riqueza era producida por el trabajo de los esclavos, esclavos que repetían los movimientos inventados con anterioridad por la mente de alguien y que siguieron ejecutándose sin mejora alguna durante siglos. Mientras la producción fue gobernada por la fuerza y la riqueza se consiguió por usurpación, había poco para conquistar. Sin embargo, a lo largo de los siglos de miseria y de hambre, las personas exaltaron a los saqueadores como aristócratas de la espada, como aristócratas desde la cuna, y más tarde, como aristócratas de la burocracia, despreciando a los productores, como esclavos, comerciantes, vendedores o industriales.

    Para gloria de la humanidad, existió por primera y única vez en la historia un país del dinero y no es posible dar un mayor tributo a los Estados Unidos de América, porque eso significan un país donde reinan la razón, la justicia, la libertad, la producción y el progreso. Por primera vez, la mente y el dinero de los hombres quedaron libres, dejó de existir la fortuna como botín de conquista y, en lugar de guerreros y esclavos, surgió el verdadero productor de riqueza, el gran trabajador convertido en el tipo más elevado de ser humano: el auto suficiente, el industrial estadounidense.

    Si se pide que dé algún nombre a la distinción de la cual los estadounidenses pueden estar orgullosos, elegiría porque contiene a todas las demás, la de haber sido el pueblo que acuñó la expresión “ hacer dinero” Ninguna otra lengua o nación había utilizado semejante fórmula, porque los hombres siempre consideraron a la riqueza como una cantidad estática que sólo podía ser arrebatada, mendigada, heredada, distribuida, saqueada o obtenida como favor. Los estadounidenses fueron los primeros o mejor dichos los únicos que comprendieron que la riqueza debe ser creada. La frase hacer dinero contiene la esencia de la moralidad humana.

    Sin embargo, debido a esas palabras, los estadounidenses fueron denunciados por las culturas podridas de estos continentes de ladrones. Ahora, el credo de los saqueadores los ha llevado a pensar que los más dignos industriales son motivo de vergüenza, que su prosperidad es motivo de culpa, que los industriales más eminentes son unos canallas, que sus magníficas fábricas producto de su trabajo honrado son el fruto del trabajo de esclavos movidos por el látigo, como los que construyeron las pirámides de Egipto. El depravado que se lamenta de no ver la diferencia en su propia piel como ocurrirá a la larga.

    Hasta que descubra que el dinero es la raíz de todo lo bueno, seguirá encaminándose hacia su propia destrucción. Cuando el dinero deje de ser la herramienta mediante la cual los hombres se relacionan entre sí, los hombres mismos se convertirán en herramientas e otros hombres. Sangre, látigos, armas; o dólares. Debe elegir. No hay otra opción.

    Fragmento de La Rebelión de Atlas
    Autor: Ayn Rand

  11. El alegato de Howard Roark

    Miles de años atrás, un gran hombre descubrió cómo hacer fuego. Probablemente fue quemado en la misma estaca que había enseñado a encender a sus hermanos. Seguramente se le considero un maldito que había pactado con el demonio. Pero, desde entonces, los hombres tuvieron fuego para calentarse, para cocinar, para iluminar sus cuevas. Les dejó un legado inconcebible para ellos y alejó la oscuridad de la Tierra. Siglos más tarde un gran hombre inventó la rueda. Probablemente fue atormentado en el mismo aparato que había enseñado a construir a sus hermanos. Seguramente se le consideró un trasgresor que se había aventurado por territorios prohibidos. Pero desde entonces los hombres pudieron viajar más allá de cualquier horizonte. Les dejó un legado inconcebible para ellos y abrió los caminos del mundo.

    Ese gran hombre, el rebelde, está en el primer capítulo de cada leyenda que la humanidad ha registrado desde sus comienzos. Prometeo fue encadenado a una roca y allí devorado por los buitres, porqué robó el fuego a los dioses. Adán fue condenado al sufrimiento porque comió del fruto del árbol del conocimiento. Cualquiera sea la leyenda, en alguna parte en las sombras de su memoria, la humanidad sabe que su gloria comenzó con un gran hombre y que ese héroe pagó por su valentía.

    A lo largo de los siglos ha habido hombres que han dado pasos en caminos nuevos sin más armas que su propia visión. Sus fines diferían, pero todos ellos tenían esto en común: su paso fue el primero, su camino fue nuevo, su visión fue trascendente y la respuesta recibida fue el odio. Los grandes creadores, pensadores, artistas, científicos, inventores, enfrentaron solos a los hombres de su época. Todo nuevo pensamiento fue rechazado. Toda nueva invención fue rechazada. Toda gran invención fue condenada. El primer motor fue considerado absurdo. El avión imposible. El telar mecánico, un mal. A la anestesia se la juzgó pecaminosa. Sin embargo, los visionarios siguieron adelante. Lucharon, sufrieron y pagaron por su grandeza. Pero vencieron.

    Ningún creador estuvo impulsado por el deseo de servir a sus hermanos, porque sus hermanos rechazaron siempre el regalo que les ofrecía, ya que ese regalo destruía la rutina perezosa de sus vidas. Su único móvil fue su verdad. Su propia verdad y su propio trabajo para concretarla a su manera: una sinfonía, un libro, una máquina, una filosofía, un aeroplano o un edificio; eso era su meta y su vida. No aquellos que escuchaban, leían, trabajaban, creían, volaban o habitaban lo que él realizaba. La creación, no sus usuarios. La creación, no los beneficios que otros recibían de ella. La creación que daba forma a su verdad. Él sostuvo su verdad por encima de todo y contra todos.

    Su visión, su fuerza, su valor, provenían de su espíritu. El espíritu de un hombre es, sin embargo, su ego, esa entidad que constituye su conciencia. Pensar, sentir, juzgar, obrar son funciones del ego.

    Los creadores no son altruistas. Ese es todo el secreto de su poder. Son autosuficientes, auto inspirados, auto generados. Una causa primigenia, una fuente de energía, una fuerza vital, un primer motor original. El creador no atiende a nada ni a nadie. Vive para sí mismo.

    Y solamente viviendo para sí mismo, el creador ha sido capaz de realizar esas cosas que son la gloria de la humanidad. Tal es la naturaleza de la creación.

    El hombre no puede sobrevivir, salvo mediante su propia mente. Llega desarmado a la Tierra. Su cerebro es su única arma. Los animales obtienen el alimento por la fuerza. El hombre no tiene garras, ni colmillos, ni cuernos, ni gran fuerza muscular. Debe cultivar su alimento o cazarlo. Para cultivar, necesita un proceso de su pensamiento. Para cazar, necesita armas y para hacer armas necesita de un proceso de pensamiento. Desde la necesidad más simple hasta la más alta abstracción religiosa, desde la rueda hasta el rascacielos, todo lo que somos y todo lo que tenemos procede de un solo atributo del hombre: la función de su mente razonadora.

    Pero la mente es una propiedad individual. No existe tal cosa como un cerebro colectivo. No hay tal cosa como un pensamiento colectivo. Un acuerdo realizado por un grupo de hombres es sólo una negociación de principios o un promedio de muchos pensamientos individuales. Es una consecuencia secundaria. El acto primordial, el proceso de la razón, debe ser realizado por cada persona. Podemos dividir una comida entre muchos, pero no podemos digerirla con un estómago colectivo. Nadie puede usar sus pulmones para respirar por otro. Nadie puede usar su cerebro para pensar por otro. Todas las funciones del cuerpo y del espíritu son personales. No pueden ser compartidas ni transferidas. Heredamos los productos del pensamiento de otros. Heredamos la rueda. Hicimos un carro. El carro se transformó en automóvil. El automóvil ha llegado a ser un avión.

    Pero a lo largo del proceso, aquello que recibimos de los demás es el producto final de su pensamiento. La fuerza que lo impulsa es la facultad creativa que toma ese producto como un material, lo usa y origina el siguiente paso. Esta facultad creativa no puede ser dada ni recibida, compartida, ni concedida en préstamo. Pertenece a un ser único y singular. Aquello que se crea es propiedad de su creador. Las personas aprenden una de otra, pero todo aprendizaje es solamente un intercambio de material. Nadie puede darle a otro la capacidad de pensar. Sin embargo, esa capacidad es nuestro único medio de supervivencia.

    Nada nos es dado en la Tierra. Todo lo que necesitamos debe ser producido. Y aquí el ser humano afronta su alternativa básica, la de que puede sobrevivir en sólo una de dos formas: por el trabajo autónomo de su propia mente, o como un parásito alimentado por las mentes de los demás. El creador es original. El parásito es dependiente. El creador enfrenta la naturaleza a solas. El parásito enfrenta la naturaleza a través de un intermediario.

    El interés del creador es conquistar la naturaleza. El interés del parásito es conquistar a los hombres.

    El creador vive para su trabajo. No necesita de otros hombres. Su fin esencial está en sí mismo. El parásito vive de otros. Necesita de los demás. Los demás se convierten en su motivo principal

    La necesidad básica del creador es la independencia. La mente que razona no puede trabajar bajo ninguna forma de coerción. No puede ser sometida, sacrificada o subordinada a ninguna consideración, cualquiera sea esta. Exige una independencia total en su función y en su móvil. Para un creador todas las relaciones con los hombres son secundarias.

    La necesidad básica del parásito es asegurar sus vínculos con los hombres para que lo alimenten. Coloca las relaciones en primer lugar. Declara que el hombre existe para servir a los demás. Predica el altruismo.

    El altruismo es la doctrina que exige que el hombre viva para los demás y coloque a los otros sobre sí mismo.

    Pero nadie puede vivir para otro. No puede compartir su espíritu, como no puede compartir su cuerpo. El parásito se vale del altruismo como arma de explotación e invierte los principios morales del género humano. Les enseña a los hombres preceptos para destruir al creativo. Les enseña que la dependencia es una virtud.

    Quien intenta vivir para los demás es un dependiente. Es un parásito en su motivación y hace parásitos a quienes sirve. La relación no produce más que una mutua corrupción. Es imposible conceptualmente. Lo que más se aproxima a ello en la realidad –el hombre que vive para servir a otros- es el esclavo. Si la esclavitud física es repulsiva, ¿cuánto más repulsivo es el servilismo del espíritu? El esclavo conquistado tiene un vestigio de honor, tiene el mérito de haber resistido y de considerar que su condición es mala. Pero aquel que se esclaviza voluntariamente, en nombre del amor, es la más baja de las criaturas. Degrada la dignidad humana y degrada el concepto de amor. Esta es la esencia del altruismo.

    A los hombres se les ha enseñado que la virtud más alta no es crear, sino dar. Sin embargo, no se puede dar lo que no ha sido creado. La creación es anterior a la distribución, pues, de lo contrario, no habría nada que distribuir. La necesidad de un creador es previa a la de un beneficiario. No obstante, se nos ha enseñado a admirar al parásito que distribuye como regalos lo que no ha producido. Elogiamos un acto de caridad. Nos encogemos de hombros ante un acto de realización.

    Se nos ha enseñado que la primera preocupación debe consistir en aliviar el sufrimiento de los demás. Pero el sufrimiento es una enfermedad. Si uno se la encuentra, intenta dar consuelo y asistencia. Hacer de eso el más alto testimonio de virtud es considerar al sufrimiento como lo más importante de la vida. Entonces el hombre debe desear ver sufrir a los demás para poder ser virtuoso. Tal es la naturaleza del altruismo. El creador no tiene interés en la enfermedad, sino en la vida. Sin embargo, la obra de los creadores ha eliminado una enfermedad tras otra, en el cuerpo y en el espíritu humanos, y ha producido más alivio para el sufrimiento que lo que cualquier altruista pueda jamás concebir.

    Se nos ha enseñado que es una virtud estar de acuerdo con los otros. Mas el creador es alguien que disiente. Se nos ha enseñado que es una virtud nadar con la corriente. Pero el creador nada contra la corriente. Se nos ha enseñado que estar juntos constituye una virtud. Pero el creador está solo.

    Se nos ha enseñado que el ego es sinónimo de mal y el altruismo el ideal de la virtud. Pero mientras el creador es egoísta e inteligente, el altruista es un imbécil que no piensa, no siente, no juzga, no actúa. Esas son funciones del ego.

    En esto la reversión de los valores básicos es más mortífera. Toda virtud ha sido pervertida y al hombre no se le ha dejado libertad alguna. Como polos del bien y del mal, se le ofrecieron dos concepciones: altruismo y egoísmo. El altruismo se define como el sacrificio del yo por los otros. El egoísmo, como el sacrificio de los otros por el yo… Esto ató al hombre irrevocablemente a otros hombres y no le dejó más que una elección de dolor: su propio dolor en aras del bien de los demás, o el dolor de los demás en aras de su propio bien. Cuando se agregó la monstruosa idea de que el hombre debe encontrar felicidad en el sacrificio, la trampa quedó sellada. El hombre se vio forzado a aceptar el masoquismo como su ideal, con el sadismo como alternativa. Este es el fraude más terrible que se ha perpetrado en contra de la humanidad.

    Este es el sacrificio por el cual la dependencia y el sufrimiento se perpetuaron como los fundamentos de la vida.

    No se trata de elegir entre el auto sacrificio y dominación, sino entre independencia y dependencia. El código del creador o el código del parásito. Esta es la cuestión básica, cuestión que descansa sobre la opción de la vida o la muerte. El código del creador está construido sobre las necesidades de la mente que razona y que permite al hombre sobrevivir. El código del parásito está construido sobre las necesidades de una mente incapaz de sobrevivir. Todo lo que procede del ego independiente es bueno. Todo lo que procede del parásito dependiente es malo.

    El verdadero egoísta no es quien sacrifica a los demás. Es el que no tiene necesidad de usar a los demás de ninguna forma. No obra por medio de ellos. No está interesado en ellos en ningún aspecto fundamental. Ni en su objeto, ni es su móvil, ni en su pensamiento, ni en su deseo, ni en la fuente de su energía. El verdadero egoísta no vive para ninguna otra persona y no le pide a nadie que viva para él. Esta es la única forma de fraternidad y de respeto mutuo posible entre los seres humanos.

    Los grados de capacidad varían, pero el principio básico es siempre el mismo: la medida de la independencia de alguien, su iniciativa y su amor por su trabajo determinan su talento y su valor. La independencia es la regla para evaluar la virtud y el valor humano. Lo que vale es lo que el hombre es y hace de sí mismo, no lo que haya o no haya hecho por los demás. No hay sustitutos para la dignidad personal. No hay más parámetro de la dignidad personal que la independencia.

    En las relaciones adecuadas no hay sacrificio de nadie hacia nadie. Un arquitecto necesita clientes, pero no subordina su obra a los deseos de ellos. Ellos lo necesitan, pero no le encargan una casa sólo para darle trabajo. Las personas comercian por libre y mutuo consentimiento, y en beneficio mutuo, cuando sus intereses coinciden y ambos desean el intercambio. Si alguno no lo desea, no está obligado a tratar con el otro, entonces ambos siguen buscando. Esta es la única forma posible de relación entre iguales. Cualquier otra es una relación de esclavo y amo, de víctima y verdugo.

    Ningún trabajo se hace colectivamente por la decisión de una mayoría. Todo trabajo creativo se realiza bajo la guía de un único pensamiento individual. Un arquitecto necesita muchos hombres para levantar un edificio, pero no les pide que sometan a votación su diseño. Trabajan juntos por libre acuerdo y cada uno es libre en su función respectiva. Un arquitecto emplea acero, cristal y cemento que otros han producido. Pero esos materiales siguen siendo sólo acero, cristal y cemento hasta que él los utiliza. Lo que él hace con ellos es su producto y su propiedad como individuo. Esta es la única forma de cooperación entre los hombres.

    El primer derecho en la Tierra es el derecho al ego. El primer deber del hombre es para consigo mismo. Su ley moral consiste en nunca hacer de los demás su objetivo principal. Su obligación moral es hacer lo que él desee, siempre que su deseo no dependa primordialmente de los demás. Esto incluye las acciones del creador, el pensador y el verdadero trabajador. Pero no incluye las del gángster, el altruista y el dictador.

    Una persona piensa y trabaja sola. Pero no puede robar, explotar ni gobernar sola. El robo, la explotación y el gobierno presuponen la existencia de víctimas. Implican dependencia. Corresponden a la jurisdicción del parásito.

    Los que gobiernan no son egoístas. No crean nada. Existen, enteramente, a través de los demás. Su fin está en sus súbditos, en la actividad de esclavizar. Son tan dependientes como el mendigo, el trabajador social o el bandido. La forma de dependencia carece de importancia.

    Pero se nos ha enseñado a considerar a los parásitos, tiranos, emperadores y dictadores, como los exponentes del egoísmo. Mediante este fraude fuimos obligados a destruir al ego, a nosotros mismos y a los demás. El propósito del fraude fue destruir a los creadores, o someterlos, que es lo mismo.

    Desde el principio de la historia, los dos antagonistas han estado frente a frente: el creador y el parásito. Cuando el antiguo creador inventó la rueda, el antiguo parásito respondió inventando el altruismo.

    El creador, negado, combatido, perseguido, explotado, continuó, siguió adelante y guió a toda la humanidad con su energía. El parásito no contribuyó en nada, más allá de los obstáculos. La contienda tiene otro nombre: lo individual contra lo colectivo.

    El bien común de una colectividad, una raza, una clase, un Estado, ha sido la pretensión y la justificación de toda tiranía que se haya establecido sobre los hombres. Los mayores horrores de la historia han sido cometidos en nombre de móviles altruistas. ¿Acaso alguna vez algún acto de generosidad altruista ha igualado a todas las carnicerías perpetradas por los discípulos del altruismo? ¿El defecto reside en la hipocresía humana, o en la naturaleza del principio? Los carniceros más temibles han sido los más sinceros. Creían en la sociedad perfecta alcanzada mediante la guillotina y el pelotón de fusilamiento. Nadie cuestionó su derecho a asesinar, porque asesinaban con un propósito altruista. Se aceptó que el hombre debe ser sacrificado por otros hombres. Cambian los actores, pero el curso de la tragedia se mantiene idéntico: un humanitario que empieza con declaraciones de amor hacia la humanidad y termina con un mar de sangre. Continúa y continuará mientras los hombres crean que una acción es buena si no es egoísta. Eso permite que el altruista actúe y obliga a su víctima a soportarlo. Los líderes de los movimientos colectivistas no piden nada para sí mismos pero miren los resultados.

    El único bien que los hombres pueden darse recíprocamente y la única declaración de su correcta relación es: ¡Déjenme en paz!

  12. Jose por favor empeza a cambiar la programacion musical de Repaso Nocturno!! Quien elige los temas? me imagino que vos no!! Ismael Serrano!! jeje

  13. Letra del tema más famoso de Ismael Serrano:

    Papá cuéntame otra vez

    Papá cuéntame otra vez ese cuento tan bonito
    de gendarmes y fascistas, y estudiantes con flequillo,
    y dulce guerrilla urbana en pantalones de campana,
    y canciones de los Rolling, y niñas en minifalda.

    Papá cuéntame otra vez todo lo que os divertisteis
    estropeando la vejez a oxidados dictadores,
    y cómo cantaste Al Vent y ocupasteis la Sorbona
    en aquel mayo francés en los días de vino y rosas.

    Papá cuéntame otra vez esa historia tan bonita
    de aquel guerrillero loco que mataron en Bolivia,
    y cuyo fusil ya nadie se atrevió a tomar de nuevo,
    y como desde aquel día todo parece más feo.

    Papá cuéntame otra vez que tras tanta barricada
    y tras tanto puño en alto y tanta sangre derramada,
    al final de la partida no pudisteis hacer nada,
    y bajo los adoquines no había arena de playa.

    Fue muy dura la derrota: todo lo que se soñaba
    se pudrió en los rincones, se cubrió de telarañas,
    y ya nadie canta Al Vent, ya no hay locos ya no hay parias,
    pero tiene que llover aún sigue sucia la plaza.

    Queda lejos aquel mayo, queda lejos Saint Denis,
    que lejos queda Jean Paul Sartre, muy lejos aquel París,
    sin embargo a veces pienso que al final todo dio igual:
    las ostias siguen cayendo sobre quien habla de más.

    Y siguen los mismos muertos podridos de crueldad.
    Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.
    Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.
    Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.

  14. Leyendo la canción de Ismael Serrano que puso Doble Doble V,me parece muy adecuada la respuesta de José Benegas a Julio: ¿Quiés es Ismael Serrano”, pues es mejor no conocerlo.

  15. Bueno Jose me quedo mas tranquilo que no lo hayas puesto vos. Me desconcerto un poco que despues de la entrevista con el cubano acerca del futuro de Cuba justo pusieron este tema que dice Double Double V. No me cerro para nada!!

  16. RECIBÍ ESTE CORREO, NO SÉ SI ES CIERTO, PERO HABRÍA QUE INVESTIGAR

    Ingleses construyen aeropuerto clandestino en la Patagonia

    Está ubicado en el paralelo 42, allí compraron cinco mil hectáreas de campo sobre la costa de mar y allí se está construyendo una pista y nadie lo está deteniendo. Es en la zona protegida de Puerto Lobos, Provincia de Río Negro pero casi en el límite con Chubut…

    Según informó la diputada provincial por Río Negro del ARI, Magdalena Odarda, existe gran cantidad de irregularidades con tierras muy valiosas en la Patagonia. Así lo informó para La Política Online.

    Los datos que tiene planeado enviar a la ministra de Defensa Nilda Garré indican que el aeropuerto se estaría levantando en un campo que adjudicó al empresario inglés Joe Lewis, controvertido dueño del Lago Escondido.

    “El tema este de ubicar un aeropuerto en una zona estratégica, te digo que los que primero van a reaccionar y sorprenderse son los Veteranos de Malvinas, porque es un aeropuerto en manos de ingleses. No es broma. Está ubicado en el paralelo 42, allí compran cinco mil hectáreas de campo sobre la costa de mar y allí se está construyendo una pista y nadie lo está deteniendo. Es en la zona protegida de Puerto Lobos, Provincia de Río Negro pero casi en el límite con Chubut”, afirmó la diputada.

    Pero eso no es todo. También denunció la creciente aparición de avisos inmobiliarios en Inglaterra donde se ofrecen valles, lagos y ríos de la Patagonia con la novedad de que ahora se ofrecen tierras cerca del Océano Atlántico y no sólo en la región cordillerana.

    En el aviso, aparecido nada menos que en el diario inglés Financial Times, se ofrece en venta una estancia que incluye la naciente del río Foyel y “5 millas” del Alto Río Chubut. Se aclara que está a “sólo 60 millas pavimentadas” de Bariloche y el precio por sus casi 50 mil “acres” es de más de 16 millones de dólares.

    “Completa privacidad, gran vista de las montañas, y la oportunidad de ser propietario de un valle entero y del nacimiento del río Foyel. La estancia está a 60 millas pavimentadas al sur de Bariloche, justo por fuera de los límites del Parque Nacional Nahuel Huapi. La estancia comprende 47.880 acres, 8 millas del río Foyel y 5 millas del Alto río Chubut. Las mejoras incluyen un nuevo albergue y las habitaciones para los empleados que se completarán en el año 2008. Precio. U$S 16.500.000”, es el texto que aparece en la sección “House & Home” del prestigioso periódico.

    “La gravedad de dicho anuncio radica fundamentalmente en que está promocionando la venta de tierras, incluidas 8 millas del río Foyel, y 5 millas del Alto Río Chubut. Y lo más sorprendente es que invita a quien adquiera esta fracción de incomparable paisaje, a ser propietario del nacimiento del río Joyel”, aclara Odarda en su denuncia.

    Y aclara: “El Artículo 73 de la Constitución Provincial es claro y contundente al garantizar el libre acceso de todos los ciudadanos a los espejos de agua, tales como costa de mar, ríos, lagos, etcétera. Asimismo, establece el derecho a transitar por sus riberas, considerándolas, junto a los espejos de agua, bienes de dominio público, o sea, que pertenecen a la provincia de Río Negro y esencialmente a todos sus habitantes”.

    ———–

    Nota de la “Redacción de El Malvinense”:

    Ya somos extranjeros en nuestra propia tierra. Y no le echemos toda la culpa a Gran Bretaña y a Estados Unidos, porque si no tuvieran el apoyo de los gobernantes de turno, nada podrían hacer.

    Fuera los ingleses de la Argentina, y muerte a todos los cipayos vende patria, comenzando desde el primero al último. No hace falta dar nombres, y tampoco alcanzarían las hojas para mencionarlos a todos.

    ¿Acaso creen que las Fuerzas Armadas argentinas desconocían que se está construyendo un aeropuerto en plena Patagonia? Esto seguramente cuenta con el aval del Ministerio de Defensa y de muchos otros funcionarios del gobierno provincia y nacional.

    Estamos por perder la Antártida, el Mar Argentino, y ahora, nuestra Patagonia. Todo, en manos de los británicos con la complicidad del gobierno nacional.

    http://www.malvinense.com.ar/snacional/n0108/532.html

  17. Y? Evidentemente si compraron un terreno es por que alguien se los vendió (seguaramente el estado) y si es de ellos tienen derecho de hacer lo que se les cante en el, lo que si no entiendo es que tiene que ver esto con el tema de la soberanía y toda esa parolata nacionalista, Oscar, por que por más que sea propiedad privada de unos ingleses esos lugares siguen formando parte de Argentina y en ellos rige la ley argentina, han sido vendidos a PARTICULARES y no a un ESTADO EXTRANJERO el tema de la soberanía no está en duda en este caso, ¿que diferencia hay que los dueños sean ingleses o argentinos? de cualquier forma si querés entrar le vas a tener que pedir permiso al dueño, sea de la nacionalidad que sea.

  18. José:
    Ya que el ex-Presidente si fue sin contestar ninguna pregunta por qué no abrís un lugar para preguntarle a La Sra Presidente/a?

  19. Los de tránsito son los peores coimeros, habría que meterlos en cana 20 años van a ver cómo se les acaba, les tengo una especial aversión, una vez le rompí la jeta a uno que me quiso coimear ¿adivinen quién fue el boludo que se pasó una noche en cana?

  20. ¿alguien leyó Crítica? en realidad esperaba más de ese diario, me decepcionó ver en el staff a personajes como Bonasso (que hoy hizo una apología del tirano del caribe), Zaffaroni, Torcuato Di Tella y otros imbéciles zurdos como Sietecase y Montenegro, me quedo con La Nación y con Perfil.

  21. Lula, “el bueno”. Esto que dice Urgente 24, es una solución “ocurrente” de este líder siempre dispuesto a los buenos negocios.
    Lula…¿a quién vamos a comprar la mayoría de las armas en un emprendimiento tan elogiable?…
    Lula…¿Quiénes serán los “cerebros”(¿?) que velarán por las mismas?. Me corre un frío cuando leo de estas reuniones cumbres entre Jobim y Garré.
    http://www.urgente24.com/index.php?id=ver&tx_ttnews%5Btt_news%5D=95418&tx_ttnews%5BbackPid%5D=17&cHash=5a5b0c420d

  22. Estimados
    Estuve leyendo el artículo en el Ámbito Financiero sobre las retenciones nuevas al campo Una reforma agraria encubierta, y si bien no tengo ninguna vinculación con el sector estoy preocupada por lo que significa conceptualmente lo que están haciendo.
    Es tenebroso como en nuestra cara están despojando a mucha gente de lo que les pertenece. Es un nuevo límite que se corre. Para la masa es una noticia maravillosa en términos recaudatorios todos nos felicitamos. Pero tengo muy poca fe en lo que pueda pasar a futuro si siguen haciendo este tipo de medidas y si lo vemos pasar pasivamente. Siento que nos acercamos a un punto sin retorno… qué se puede hacer?

  23. Gente, que opinan acerca de Metapedia, la alternativa de Wikipedia. No me gusta mucho el enfoque nacionalista que tiene pero en muchos artículos dice verdades que son encubiertas.

  24. Esta es una nota de “El Tiempo” de Cali, sobre los estragos que provocan las minas antipersonales en las plantaciones de coca en Colombia y el estado en el que algunos pueblos sobreviven. Después de leer estos testimonios me pregunto como pueden ser tan ciegos algunos líderes de Latinoamérica que están dispuestos a financiar y apoyar grupos feroces. Con el invalorable apoyo de los D’Elía, de intelectuales “comprometidos” y todas aquellos que siempre están dispuestos a creer una parte de la historia.
    http://www.eltiempo.com/nacion/cali/2008-03-14/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-4010132.html

  25. No se puede creer que este ejemplar sea vicepresidente! Cuando habla de la “sensación de inflación” lo hace en los mismos términos de alguien que come un asado completito con achuras, chorizos y mucho vino. Sensación de inflación.
    Por otro lado también agrega:”…vamos a acatar ese número”…, o sea, el gobierno acata lo que el INDEC “manda” (¿?). Sigue con una apostilla naive del precio de los zapallitos que es lo mas cerca que tiene del zapallo de su cabeza. Y remata corriendo porque Cristina “lo reta si llega tarde”… una perlita, Christian. La pasé de largo porque nunca dice nada. Es un maestro del grotesco.

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