Antes se le llamaba asalto, robo, presión o extorsión. Ahora a las acciones delictivas del gobierno para entrometerse en los fondos de los aportantes a las AFJP se les llama “impulso”. Impulso o asalto, lo cierto es que esa guita no es ni del matrimonio reinante, ni de los administradores de las AFJP, sino de los aportantes. Tengan en cuenta los que todavía creen en el estado protector que el ciento por ciento de las veces que el futuro de los jubilados fue atacado el autor ha sido el sector público. Digo porque tengo la impresión de que a veces la idiotez tiene que perecer ante las evidencias. Una vez aunque sea, no pido mucho.
Este sector “real” de la economía al que el kakismo quiere conducir los fondos de las AFJP (apuesto que el señor Brito, amigo presidencial y del estado regalón en general estará salatando de alegría) es el mismo al que el propio estado, mucho más real aún, ha negado tantas veces el derecho a hacer valer sus acreencias.
Duerme tranquilo, el estado y otros patriotas velan por ti.
2 Responses
Ese “empresariado nacional” prebendario y obsecuente con el poder público, asociado siempre con la confiscación de los ahorristas, es uno de los corresponsables de nuestra situación actual. No son empresarios, sino cortesanos, que crecen al cobijo de los gobiernos -nacionales y provinciales- de turno.
Dijo Confucio…que no estaba konfundido…Destruye el lenguaje y destruirás la inteligencia…en eso estamos aca en Argentina