Cuando el estado se arroga a si mismo la facultad de moralizar a la población también se convierte en redentor. Pero no es un redentor a la vez moral, sino a lo sumo oportunista, como cuando convierte a un “criminal lavador de dinero” en un “consultor”. Se puede decir que el estado norteamericano se parece al kirchnerismo en cuanto lava el pasado de la gente que decide sumarse al club.
Cuando un dealer en alguna calle de una ciudad de Estados Unidos vende una dosis de cualquier sustancia prohibida recibe un precio. Esta es una operación comercial. El control moral de la población establece que el consumo y el comercio de drogas debe ser castigado. El problema es cómo lidiar en ese caso con el derecho de propiedad. La operación se realizó, el dinero del vendedor no fue robado pero fue fruto de un acto “ilegal” (¿”inmoral”?, ¿”contrario a las buenas costumbres”?). Tal vez podríamos decir que la operación es nula, pero entonces la nulidad y la restitución de las cosas al estado anterior al acto tendría que ser pedida por el frustrado comprador. Si nos olvidamos de ese detalle entonces el estado “anulador”, “redentor” y “moralizante” tendría que devolver el dinero a los compradores.
No lo hace. Porque no objeta el derecho de propiedad, sino que para ser consistente con la primera prohibición moralizante, “inmoraliza” y criminaliza el movimiento de ese dinero. Ya había hecho algo antes de esto que no se puede olvidar. El estado había creado el concepto de dinero “negro”, a diferencia del dinero “blanco”, después de arrogarse el derecho a cobrar impuestos sobre ganancias. La gente entonces tenía que mostrarle al estado sus ganancias y su patrimonio. Lo que no se mostraba era negro. En el caso del dinero proveniente del tráfico de drogas, no existe la alternativa de mostrarlo. Se considera delito y es una de las principales preocupaciones de la política exterior norteamericana, el sólo hecho de usarlo en el circuito de lo “blanco”, el de los ciudadanos obedientes.
Cuando se topa con gobiernos con menos preocupaciones por moralizar a la población pone el grito en el cielo, todos deben castigar el “lavado” y casi todos lo siguen en eso. Los rebeldes se llaman “paraísos fiscales” pero no como elogio que sería lo lógico, sino de manera despectiva. Un paraíso fiscal es aquel dónde la gente no es monitoreada en sus cosas, donde el ojo del Gran Hermano recaudador no llega a todas partes. Suiza ha sido considerada siempre como un país para refugiados, la nueva moral bancaria antilavadora norteamericana la está considerando poco menos que un aguantadero.
Lo que no está dentro del circuito controlado es una plaza “off shore”, a diferencia de la otra que es la norteamericana. Y acá cierra el circuito. Todo moralista tiene que comer al final de cuentas.
Pero resulta que en todo mercado se realizan muchas operaciones que no tienen nada que ver con el movimiento de dinero proveniente del tráfico de sustancias malignas. La gran mayoría hace cosas como doña Rosa que se compra un departamento en Buenos Aires con dinero del colchón porque conoce bien la naturaleza perversa de los gobiernos argentinos. Entonces se prohíbe todo. Transitar con dinero que el estado no vio, no tocó y no se afanó un cacho es digno casi de fusilamiento como norma ya general, aunque no se haya visto nunca otra droga más que la aspirina y se paguen todos los impuestos que representan en nuestro caso, según el Banco Mundial, el 98% de nuestros ingresos.
Del control del dealer y su cliente en Miami a la prohibición de las operaciones en efectivo en la Argentina, un país de izquierda y antinorteamericano, así como así. Y por el mismo camino habrá que prohibir todo para alegría de los estados autoritarios y abusadores fiscales que antes tenían que lidiar solos con los que escapaban de sistemas injustos y ahora cuentan con un aliado de lujo en el estado norteamericano, representante del ¿capitalismo?
Ah, pero bueno, gracias a eso la gente no se droga más, sobre todo en Estados Unidos, entonces vale la pena ¿O no?
Conclusión, el dealer y su cliente siguen en carrera, pero doña Rosa está en el horno.
José: En abono a tu comentario, transcribo algunos párrafos de Charles Adams (For Good and Evil. The Impact of Taxes on de Course of Civilization -Para bien y mal. El impacto de los impuestos en el curso de la civilización-)
…Las sospechas de numerosos escritores e historiadores de que numerosos imperios caen por cuestiones fiscales son corroboradas por la historia y están en auge. Muchos de los grandes acontecimientos históricos, con certeza la mayoría de las revoluciones, tienen sus raíces en cuestiones fiscales. Los impuestos han sido con frecuencia la chispa que enciende la pólvora del descontento humano, pero una vez que ocurre la explosión, raramente lo recordamos. Incluso en aquellas civilizaciones que han desaparecido, de las cuales conocemos tan poco -si sus silenciosos templos y ruinas hablaran, ¿qué historias de impuestos nos podrían contar? De acuerdo a un experto en el tema, la antigua civilización maya terminó cuando los ciudadanos que pagaban impuestos simplemente desaparecieron en la jungla en vez de pagarlos.
En este libro Adams sostiene que que los Estados Unidos fue un país que atrajo muchos inmigrantes en el siglo XIX principalmente porque los impuestos eran mucho más bajos que en Europa pero que con la mayor participación de Estados Unidos en las guerras del siglo XX esa característica desapareció y además que ” el país perdió su carácter “antitax” a comienzos del siglo XX cuando los norteamericanos fueron seducidos por las ideas socialistas”
Me parece que la rigurosidad en el control del lavado de dinero se agravó notablemente despues del 9/11 por el financiamiento del terrorismo mas que por el narcotráfico.
Aunque, muchas veces ambos están conectados.
Que bueno eso Ricardo!
El libro sugerido por Ricardo suena como “atrapante”. Aunque debo admitir que el Editorial review encontrado en Amazon, no resulta tan auspicioso. Para quien le interese puede leer el Publishers Weekly de dicha página en este link. http://www.amazon.com/dp/0819186317?tag=worldcat1-20&camp=14573&creative=327641&linkCode=as1&creativeASIN=0819186317&adid=1YB8M8F8Q6H49H53CAZ2&
Ricardo, Cual seria tu opinion, despues de todo vos citaste el libro.
Ricardo, eso està muy bueno, làstima que habla de americanos y mayas…està demostrado que acà no hay reacciòn de la ciudadanìa frente al latrocinio impositivo.
Ayer M. Grondona escribiò una nota muy lùcida que luego – como siempre – presentò en su programa, comparando al robo denominado “retenciones” y su suba alucinante de èste mes, contra el campo.
Lo comparò concretamente a la “plusvalìa” marxista donde el individuo tiene derecho a lucrar de su esfuerzo y riesgo, hasta donde el estado lo determina.
Se lograrà frenar èsta ùltimo zarpazo? No.
Muchos no se dieron cuenta en èste paìs, que èste gobierno avanza indefinidamente hacia la apropiaciòn del lucro de la sociedad, donde se desdibuja directamente en la lìnea divisoria con la propiedad privada.
Mi pregunta si tuviese que titular una nota serìa: Cuàl es el verdadero lìmite de èste gobierno?
Creo que esa es la pregunta si queremos anticipar hacia donde vamos, tomando en cuenta donde yà estamos y todos los derecho que hemos perdido.
Van por màs y se sigue bailando en el Titani(k).
Todo intento de control por parte del Estado hacia la ciudadanía es una violación a la libertad individual, siempre y cuando no cometa ningún delito.
Acá no estalló y no estalla (por lo pronto) por la evasión impositiva, el 70% de los empleados privados está en “negro”, o sea que a la ley de contrato de trabajo no le importa a nadie, solo las grandes empresas que son pocas y fáciles de controlar están obligadas a cumplirla. La mayoría de los pequeños comercios no da factura. El 50% de la economía está en negro. Meter a ese 50% en la economía en “blanco” creo que es imposible porque dejarían de ser rentables esos negocios por los altos impuestos. Solo los negocios más rentables se pueden dar el lujo de funcionar en “blanco”, o en “gris” porque algunos hacen alguna que otra cosita. La pobreza y la desocupación en Argentina son artificiales, son creadas por el estado debido a los altos impuestos y la economía cerrada, el día que se den cuenta los votantes…
Yo tengo el libro que menciona Ricardo y es realemnte revelador. Ahi se comprueba claramente que la profesión mas antigua del mundo no es la de Puta sino la de recaudador de impuestos…en ese libro por ejemplo se nos da cuenta que la Piedra de Roseta es una advertencia a los cobradores de impuestos del Faraon para que no entren a las tierras pertenecientes al Dios Amonpelotas, o por ejemplo como los Mongoles fueron despojados de su control de Rusia, o como el imperio Español y la proseridad Holandesa se despilfarraron por cuestiones de moralina impositiva . Tambíen nos cuentan como la guerra civil norteamericana (conflicto de proporciones ciclopeas si los hubo) no tiene sus raices en la escalvitud (Lincoln antes de la proclama de Gettysburg de 1863 nunca se habia pronunciado al respecto) sino en aspectos impositivos y en el proteciconismos mercanitilista del norte (lo de la esclavitud fue un ingrediente para darle un caracter moral a la negación del derecho de secesión de los estados de la Union).
En fin el libro es fascinante y muy instructivo y mas alla de que algunos argumentos puedan ser un poco estirados vale la pena leerlo…
En el libro tambíen nos enteramos de cuan acertados estaban los que estaban en contra de los impuestos a las ganancias y todo tipo de impuestos directos (los antiguos atenienses solo en ocasion de guerra y por falta de fondos para pagarles a los remeros de los barcos ya que de armada dependia la prosperidad de Atenas) por considerarlos una violacion inaceptable a la privacidad y propiedad de los individuos que es en el fondo lo que plantea Jose.
Y ya que de lecturas libertarias se trata les recomiendo la atenta lectura del ensayo Vices are not Crimes (Los vicios no son crimenes) de uno de los pensadores libertarios norteamericanos mas importanes del siglo XIX , Lysander Spooner en donde plantea que la criminalización de los vicios (que es lo quehacen con el narcotrafico) no tiene ningun base etica y solo se basa en la maoralina y en el ansia de moldear la sociedad por algunos mogigatos que creen que sus valores son verdades absolutas y los que no los comparten merecen el infierno
Elbuenodegeorge: lo que en Amazon se le reprocha a Adams es, en esencia, igual que si a Lenin se le reprochara su marxismo.
Ahhh me olvidaba el análisis mas importante que para mi tiene el libro y es su explicación sobre como una tribu de hombres liderados por guerrero mistico pudo en poco mas de 100 conquistar todo medio oriente y cruzar los Pirienos hasta el centro de Francia (donde fueron derrotados por Charles Marteel, el abuelo de CarloMagno si mal no recuerdo en la famosa batalla de Tours), me refiero a los musulmanes. El método que emplearon era muy simple a los pueblos sojuzgados se les ofrecian 3 opciones, conversión al Islam con inmunidad impositiva o sino y depdendiendo del humor del momento seguir con su religión y pagar altisimos impuestos (apuesta riesgosa sobre todo por la exsitencia de la tercera opción) que era directamente la muerte….no hay que ser muy sagaz para adivinar el por que la gran mayoria se convertia…esto dura hasta que el imperio se expandio y entonces los califas necesisaban mantener sus cortes y sus harems…tambíen es mas que instructiva la relación de los judios con los impuestos , es mas da una visión impositiva del Antiguo testamento (con la cual yo concuerdo) en donde nos presenta el relato de la epopeya judia como una lucha contra la opresión y la liberación, que no es otra cosa que librarse del tributo …es decir en la antiguedad la libertad no consistia en permitirte ir a votar sino en poder disponer de los que producias (como ven nada nuevo bajo el sol) y cuando hablan del yugo babilonico no se refieren a un barbado asirio con un latigo sino al pago de tributos para alquilar su autonomia …. en fin el libro es realmente imperdible
El tema de la criminalización de los vicios, no tiene, en efecto, basé ética. Hoy se está discutiendo eso y propiciando, por eso, la despenalización del consumo de drogas.
El tema de la criminalización de los vicios, no tiene, en efecto, basé ética. Hoy se lo está discutiendo y propiciando, por eso, la despenalización del consumo de drogas. Es innegable que la libertad tiene sus riesgos, pero no asumirlos nos suele llevar a la esclavitud.
Hoy vi en tv el aquelarre de creamfields un “evento” que produce descerebramientos , enfermedades varias y donde se sabe desde hace mucho que son “fiestas” para consumir droga y nada mas, salvo saltar como un espastico-a, ahora bien ¿cual es la actitud del ministro del interior? , ¿porque permite este equivalente de los fumaderos de opio de antaño?, ¿que intereses se tienen y a quien le llega el sobre?, para que se decida no hacer absolutamente nada, salvo recoger a los pasados de todo y ocupar ambulancias del same que podrían y debían ser usadas para gente que no se provoca los problemas a si mismos por su inconsciencia y snobismo. Aparte la verdad que da lástima ver a semejante caterva de pendorchos amarronados disfrazados y vomitandose encima como si tuvieran el mal de San Vito…. Imagaianr la siguiente generación, los hijos de estos pobres mononeurónicos, verdaderamente es preocupante ..
¿que se puede hacer?
jorge, ya hay un par de generaciones de seres semajantes a los de esas pelìculas de muertos-vivos.
Creados con la genial combinaciòn de miseria populista y alcohol-droga.
No olvidar que votan. A algunos les sirve. Patètico.
El estado protege.
Totalmente de acuerdo con Christian en en comentario Nº 7.
Perseguir al 50% de la economía que está en negro solo traerá más pobreza. Ese sector que está en negro no puede incorporarse al mercado “blanco” porque los costos impositivos le quitan todo el beneficio a la actividad.
El problema no es el mercado negro, sino el régimen legal imposible de cumplir. Mientras más impuestos se crean, o regulaciones a las actividades económicas se dictan, menos ganancias quedan para las empresas.
Coincido con Ricardo en lo absurdo de la criminalización de los vicios por eso mismo no me importa en lo más mínimo lo que hagan de su vida los imbéciles (que no son todos los que van) de la Creamfields si nos ponemos duros con ellos también deberíamos hacerlo con las bailantas donde algunos se ponen hasta el moño con alcohol y merca y hasta ahora nadie les dice nada, pero yo creo que cada uno es dueño de hacer lo que le plazca con su cuerpo mientras no joda a terceros, ahí es donde coincido con Jorge Peña, si te desmayás por borracho o falopero jodete, la ambulancia pagatela vos, no tenés porque usar las del estado. por último Roark, ¿como llegaste? (Roark estuvo en Mendoza e hicimos una minicumbre liberal cuyana bien regada con alcohol, asado y choripanes)
Roak: es tal como decís. Por este motivo siempre me pareció un contrasentido sostener que la recuperación económica tiene que pasar por las Pymes y a la vez combatir el trabajo en negro. Las Pymes son las que trabajan en negro porque de otro modo quebrarían. El problema está en la presión impositiva. China, recientemente, anunció una flexibilización de los costos laborales, para fomentar más inversiones.
Otro ejemplo monumental es el del ocaso de Roma. La entretenida versión del profesor Antonio Escohotado pueden encontrarla en su libro “LOS ENEMIGOS DEL COMERCIO; Fuente y dinámica del movimiento comunista”, disponible on line (http://www.escohotado.com/losenemigosdelcomercio.asp)
A Martín Benegas: ¿y si te infartás por adicto a las frituras?; ¿y si te caés de la rama de un arbol por pelotudo?; ¿y si convulsivás por sífilis encefálica (por putañero)?… ¿la ambulancia te la pagás vos? El derecho a la ambulancia en una urgencia médica no debe ni puede negarse por antipatía. Nada que objetar si tu afirmación se basa en principios libertarios, pero en tal caso las ambulancias estatales no cuadran.
Exacto, la ambulancia no se le debe negar, pero se le debe facturar. Si tiene $ para pastillas también para pagar la ambulancia. Los vicios son lo que los otros hacen con su libertad y no nos gusta.
Mas allá de lo que puede considerarse aspectos
“moralistas” con respecto al consumo de drogas y el derecho que cada uno tendría o tiene con respecto a hacer lo que quiera, me parece que hay un problema mayor y es que tipo de sociedad se genera cuando los aspectos considerados como “libertad” son todos o casi todos vinculados con el ejercicio de la auto o exo destrucción, la no educación, el desmadre y nunca o casi nunca en el sentido de la justicia, la educación , la concordia social y el respeto.
Nunca se me ocurrió “criminalizar” el consumo, pero es mas que evidente que si lo seguimos considerando un ejercicio de la libertad, bueno, preparemonos… pero tampoco pensemos que por no criminalizar hay que apañar y justificar conductas que sólo nos sumergen mas y mas en la situación de ser poseídos por los diversos carteles de la narco-revolución socialista, o ustedes se piensan que el negocio de la droga son unos pibitos que se plantan su pequeña cannabis y se la reparten antes de ir a ver a Soda? No, es un negocio terrible que implica la muerte de sus consumidores y mulas, la corrupción a altos niveles de la política , el blanqueado de capitales, el cometeo de policias , militares, jueces y legisladores,etc.
El enfoque Rothbardiano es atractivo en el papel quizas, pero en la realidad concreta de nuestros países cuartomundistas( en los del primer mundo es igual, creo yo)lo único que produce es descerebramiento, la ruptura de lazos familiares, la discordia social y la canalización de fondos hacia los bolsillos de justamente esa categoría de soretes que sólo quieren la destrucción por implosión denuestras ya de por si maltrechísimas sociedades y aparte te hacen pagar para ello, ¿no es revolucionariamente genial?.
Toda esa mafia y red de corrupción de la que hablás Jorge, se ha generado gracias a la prohibicion de las drogas, su venta y consumo, si se legalizara el mercado ese, se acaba la mafia, es exactamente lo mismo que la mafia licorera que surgió en USA con la ley seca.
M y M: tienen razón, me expresé mal, para mi el SAME no debería existir, debería ser todo privado o bien cobrar el servicio al usuario, lo que quise decir en realidad es que ya que existe el SAME yo como contribuyente prefiero pagarle la ambulancia al pobre tipo que fue atropellado por un auto, alcanzado por un rayo, o cagado a tiros por un delincuente (ahí si que no tiene la culpa pobre) que a los pelotudos que se drogan, emborrachan, contagian de sífilis, se caen de un arbol etc.
Martin: El mercado ya está legalizado de hecho y si buscás un poco te vas a dar cuenta que importantes funcionarios lo apañan(por decir lo menos): Te pego un analisis de Claudio Izaguirre:
CUATRO AÑOS DE GESTIÓN DE ANIBAL FERNANDEZ
En respuesta a la imputación que Aníbal FERNANDEZ le hiciera al Presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina como “ENFERMO MENTAL COMPROBADO, que me persigue”; Claudio IZAGUIRRE responde:
1) Por circular el Ministro del Interior prohibió a la Policía Federal Argentina realizar tareas de prevención de drogas.
2) Por circular el Ministro del Interior prohibió a las fuerzas de seguridad a su cargo, participar de los “CURSOS DE ACTUALIZACIÓN EN LA LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO” que dicta la SEDRONAR a todas las policías del país y otros organismos de seguridad.
3) Durante sus 4 años de gestión se instalaron tres cárteles en Capital Federal, los que se han distribuido las zonas de venta de drogas, en partes equitativas.
4) Hay más de 500 bocas de expendio de drogas solamente en Capital Federal.
5) No se ha radarizado el norte de la República.
La Fuerza Aérea tiene prohibido el control del espacio aéreo de Argentina.
6) El aumento de oferta de substancias prohibidas, nos puso en los niveles más altos de consumo de drogas.
Naciones Unidas informó que Argentina es primer consumidor de cocaína es escuelas secundarias de toda Latinoamérica.
7) La SEDRONAR tiene presupuesto CERO, para realizar campañas preventivas sostenidas en el tiempo en medios nacionales de comunicación.
Fue el principal impulsor del proyecto de ley de reforma del Código de Procedimientos en Materia Penal, éste proyecto pretendía DESPENALIZAR LA VENTA MINORISTA DE DROGAS y BAJAR LAS PENAS A LOS NARCOTRAFICANTES.
Cuando fue rechazada por el Congreso Nacional, Aníbal Fernández dijo:
“en dos años la sociedad estará preparada para aceptar esta reforma”.
9) Aunque Aníbal F se queja que la justicia gasta mucho dinero en encarcelar adictos nosotros le informamos:
a) No hay un solo juez en la República que haya enviado a un penal a un adicto por su condición;
b) el 70% de los vendedores minoristas quedan en libertad desde tribunales porque se hacen pasar por adictos.
10) La posición 21 del Aeropuerto de EZEIZA (sector cargas) sigue sin scaners a pesar que lo denunciamos en 2005. No hay scanners para los pallet (plataformas de metal donde se apilan las mercaderías para exportación).
Un avión de carga lleva hasta 130 pallet por viaje.
11) Permite Aníbal Fernandez la libre comercialización de publicaciones que enseñan como plantar y cultivar marihuana, ademas de distinto tipo de recetas para fabricar alimentos a base de marihuana;
en franca contraposición a los artículos 12 y 28 de la ley 23.737
12) Hay 750 pasos clandestinos con Bolivia; hay 60 pasos clandestinos con Paraguay, desde donde INGRESA LA DROGA al territorio nacional.
13) Argentina es productora de cocaína, las “cocinas” comercializan también el residuo de la droga bautizada como PACO.
14) Aníbal Fernandez permite las fiestas electrónicas a sabiendas que son espacios donde se expenden DROGAS DE DISEÑO, en esos lugares se corta el AGUA CORRIENTE, no siendo plausibles de clausuras o cierre de los locales.
15) Aníbal Fernandez intento echar a Marcelo SAIN Jefe de la Policía Aeroportuaria por realizar un procedimiento antidrogas que culminó en Río Gallegos Provincia de Santa Cruz.
En definitiva la gestión de Aníbal Fernández, tiene un débito de un muerto por día por consumo de PACO, 10 niños al día internados en hospitales de todo el país por consumo excesivo de sustancias, muertes de adolescentes como consecuencia de la oferta irrestricta de todo tipo de sustancias ilegales, jóvenes internados con severos trastornos cardíacos producto del consumo de drogas de síntesis.
Retoma Peña: Con respecto al comentario de la mafia licorera , el nivel de adicción que tienen algunas de las drogas actuales y los rápidos efectos desastrosos que causan , me parece que no son equiparables. Aunque también se puede caer en el error de decir “si, prohibamos el chocolate, porque si te comés tres kilos de chocolate diario, te estás suicidando”, lo que rara vez se vió es gente que por abstinencia de alcohol u otra substancia no tan adictiva salgan hordas de descerebrados a robar y a matar sin importarles mucho ninguna otra cosa que “cortar el mono” ( abstinencia de drogas)como dicen los españoles … También sé que es distinto quien consume y como le pega, por ejemplo, no es lo mismo, Troilo o Goyeneche, que el nardo de “lo pibe chorro”…Pero me parece que estas disquisiciones en este momento de nuestro país no aportan gran cosa. Saludos cordiales
Hay tolerancia a las drogas porque es la contracara de la prohibición que no sirve para otra cosa que para crear burocracias corruptas y destruir el sistema legal y político.
No se si entiendo, José: ¿ La prohibición no sirve,la tolerancia es mejor? La prohibición crea burocracias corruptas y la tolerancia no?
La prohibición destruye el sistema legal y político y la tolerancia no? Amen de que el sistema legal y político aquí realmente amerita ser destruido, dirían algunos.Sin chicanas lo pregunto , realmente no tengo claro que es lo mejor, pero tengo mis duas serias con respecto a que la tolerancia complaciente sea un buen camino, mas bien me parece que le facilita muchísimo el curro a los grandes dealers y narco terroristas, amén de que los pibes, cada vez mas jóvenes caen por “presión de los pares” y de las estrellas mediáticas en una problemática de la que dificilmente salgan con bien, ni hablar de los personajes con los que entran en contacto para adquirir la droga. Aparte hay que tener en cuenta los efectos colaterales que produce la relajación de las defensas en estado de narcosis, sida, embarazos no deseados (no importa, después lo abortamos), robos y asesinatos y reitero una cosa que me parece importantísima: LA FINANCIACIÖN Y LA CONSTRUCCIÓN DE PODER DE GENTE QUE VIVE PARA HACER DAÑO Y PRODUCIR DESASTRES QUE LUEGO TENEMOS QUE SUFRIR Y SUBSIDIAR TODOS.
sALUDO CORDIAL
Hay tolerancia y apañamiento, y lo que debería haber es legalización lo cual haría que el estado pudiera controlar la calidad de lo que se consume (esa es una de las pocas cosas para las que sirve el estado) una especie de código alimentario pero pa’ la frula vio? se podría evitar así que estos pibes consuman cosas que los dejan literalmente descerebrados, y aún asi sería dificil controlar ya que la imbecilidad humana no tiene límites, ponele que se prohibiera, se confiscara y de quemara todo el paco que hay en el país, a falta de esto van a agarrar hidrocarburos (poxirran, nafta, gas de encendedores etc) que te dejan el cerebro como una esponja en 2 meses y en 4 ya te han afectado la funcion del habla, no se pueden prohibir los hidrocarburos, pero ponele que se hiciera, el ingenio del adicto puede más, van a agrarrar, como hacen en Haití, pilas usadas, las hierven 3 horas en agua y luego se toman el caldito ese ¿sabés como les queda la mente? en fin es una discusión muy compleja y un tema muy polémico.
” el estado pudiera controlar la calidad de lo que se consume” ??? Sería un blanqueamiento, de lo que ya hacen, o te piensas que no la prueban?
El control de calidad estatal diría : consuman paco y cocaína de la marca “anibal” que es la única que alcanza los standares de excelencia para consumo humano? Fuera de bromas, con respecto a la segunda parte de tu mensaje, Martin, me doy cuenta de lo complejo que es el tema , y lo que aportás merece un pensamiento mas elaborado que el que yo puedo aportar.
La tolerancia no sirve Jorge Peña, lo que debe haber es libertad. Lo que no hay por qué hacer es permitir una fumata pública de menores de edad.
jajaja otro slogan sería “si querés frula de máxima pureza probá la de Máximo K”. A lo que iba yo es que sería bueno un código que regulara qué se puede o no considerar cocaína por ejemplo, si alguien quiere fabricarla tiene que usar tal o cual solvente y no tal o cual otro puede tener tal o cual aditivo hasta cierto porcentaje pero está prohibido tal o cual otro. y asi con todas las demás drogas así se hace con el alcohol y los alimentos.
Con todo respeto, nuevamente subrayo el tema de quienes son los que se enriquecen con la droga.
Porque si detestas las FARC, o Castro a los
” southern winds” o cualquiera de los que manejan el tráfico, pensá también que cada cristal de coca que pase por tu nariz y tus venas , son a ellos los que estás financiando…
La droga existió siempre, pero casualmente pareciera que se convirtió en problema grave los últimos 20 a 30 años, casualmente coincide con la prohibición de ellas…
A Cristian 33 de donde sacó que hace 30 años no estaban prohibidas las drogas, querido? Es mas bien hace 30 años se ha liberado y aceptado el uso social de substancias …Justo al revés de lo que usted dice.
Yo me refería a lo de Nixon http://en.wikipedia.org/wiki/War_on_Drugs
Christian la prohición empezó paulatinamente a partir de 1914. Antes de eso es verdad que no existía ningún problema. Las drogas recreativas se compraban en las farmacias. Ahora tenemos Creamfield en plena prohición. Es la contracara de la prohibición porque justamente por eso las mafias y la política deciden cuando “autorizar”.
El negocio de las “zonas liberadas” no existe sin prohibición. Todo el secreto de la corrupciòn política està en cambiar seguridad jurìdica (disponible para cualquiera) por seguridad polìtica (disponible para amigos y socios).
No creo que sea casualidad que este año se haya hecho lejos de las miradas de “la gente correcta”.
A que llamas “plena prohibición”, José?. Con respecto al lugar en que se hizo creamfields este año, tiene mas que ver con la reactivación de la zona y es parte de un negocio inmobiliario a cargo de la llamada ” Corporación del sur” , con fuertes lazos políticos.
A propósito del tema de la prohibición, escribimos recientemente un apasionado ensayito en el espacio para comentarios de este nuestro blog predilecto. A quienes dispongan de tiempo y honestidad intelectual, ofrecemos esta versión corregida.
Las drogas no hacen daño; ninguna, por venenosa que sea, se introduce sola en el organismo. La diferencia entre demonios y drogas, mal que les pese a los nuevos cruzados, es que las drogas no son seres animados. Y la persona singular, mal que les pese a los nuevos cruzados, es un ser animado por complejas motivaciones, no por una u otra causa susceptible de ser controlada.
Con la palabra “estupefaciente” (o “narcótico”) se pretende igualar una gran cantidad de drogas prohibidas que poco tienen en común, exceptuando la psicoactividad (propiedad de otras drogas y de diversas prácticas que no involucran fármaco alguno). Viene a ser sinónimo de “droga mala y por ende prohibida”. Pero algunas drogas que hoy consumimos a diario, a veces hasta olvidando que se trata de drogas, fueron objeto de persecuciones en otras épocas y lugares (como el café, el mate, el té, el alcohol), siempre con desastrosas consecuencias, mientras que sustancias demonizadas en la actualidad, nunca antes (de la prohibición) habían representado un problema sanitario y menos aún policial o militar.
Las drogas malas no existen; existen las malas leyes. La distinción entre lícito e ilícito no concierne al método científico. De lo contrario, un gobierno estaría legítimamente facultado para prohibir, por ejemplo, los horóscopos; y para autorizar, por ejemplo, investigaciones dignas de Menguele. Tampoco tiene sentido hablar de drogas peligrosas; existen sí diferentes formas, contextos y circunstancias en que pueden consumirse drogas: la aspirina puede matar (según cómo, según a quién); la toxina botulínica puede curar (según la dosis); la marihuana puede llamar la atención de un policía (según la época y el lugar).
De todas formas, la marihuana puede considerarse una de las drogas más seguras que existen, si por seguridad entendemos mínimos efectos adversos (salvo fumada, en cuyo caso el daño pulmonar no es ocasionado por principios activos) y nulo riesgo de sobredosificación. Además, es indiscutible su rol como alternativa o primera elección en el tratamiento de diversos padecimientos (glaucoma,anorexia, síntomas de la esclerosis múltiple y náuseas provocadas por quimioterapia, entro otros). Pero digamos lo más importante: hasta bien entrado el siglo XX, cualquiera se hubiera escandalizado de que un médico procure algo más que recomendar una terapia (como prohibirla o forzarla).
Hoy nadie propone la prohibición del alcohol como solución al problema de la fetopatía alcohólica, ni al problema de los automovilistas borrachos. Estos no son problemas de drogas, sino de personas responsables de tomar drogas descontrolada e inoportunamente. Como tantos otros problemas, no tienen una única causa ni son de fácil solución. Lo cierto es que apelando a un chivo expiatorio solo se añaden más problemas.
La asociación de crimen, violencia y uso de drogas es algo nuevo en la historia, producto de una legislación específica. Padecemos las consecuencias de un experimento disparatado y sin precedentes. Es comparable, quizás, por su crueldad, a los brutales caprichos de algún antiguo déspota oriental; por su hipocresía, por su terca y desalmada estupidez, a las prácticas de la Inquisición; por su monstruoso idealismo, al proyecto nazi o comunista. Y todo en nombre de la libertad. Pero tiene otros aspectos originales: nunca antes los disidentes farmacológicos habían sido tratados como enfermos, es decir como irresponsables de su condición (en este caso de sus actos). De ahí que tantos prefieran alegar adicción: el premio es una reducción de pena, y en el mejor de los casos un subsidio. Alguien tiene que declararse perjudicado cuando se persiguen crímenes sin víctima.
La palabra “drogadicto” no tiene paralelo en la historia de la humanidad. En materia de ebriedades, las personas fueron siempre consideradas razonables o viciosas, nunca víctimas irresponsables que deben ser “tratadas” por la fuerza, al menos hasta la llegada del que Thomas Szasz denomina “estado terapéutico”. ¿Qué hay detrás de este altruismo compulsivo?: hay autoritarismo, puritanismo enmascarado, intolerancia, oscurantismo, soberbia… hay también una peligrosa idea de salud que haríamos bien en examinar. La drogadicción, entre otras enfermedades metafóricas inventadas y “tratadas” por la moderna medicina social, como la locura masturbatoria, la homosexualidad o la esquizofrenia, cumple una función similar a la de la herejía en otros tiempos. En estos tiempos, el control social no se disfraza de religión sino de medicina.
Calificar a un problema como de salud pública puede ser un arma de doble filo: hoy son algunas drogas, mañana pueden ser algunas comidas o costumbres insalubres, como el sedentarismo. No es impensable un estado tan preocupado por nuestra salud que nos obligue a comer sano, o a salir a trotar todas las mañanas. ¿En qué se diferencia, por ejemplo, el “problema de las grasas” del problema de las drogas? El primero todavía no mueve a los EEUU a bombardear a los cerdos en todo el mundo, ni a Holanda a empadronar a sus adictos al colesterol, ni provoca en algunos el deseo de ser vigilados o curados por la fuerza, o de controlar lo que comen sus vecinos.
Para entender a qué llaman salud los prohibicionistas, consideremos a qué llaman enfermedad. Hay descriptas enfermedades en sentido literal, en las cuales es posible demostrar una alteración anatómica o fisiológica que puede manifestarse por medio de signos objetivables y síntomas experimentados por el paciente. La gente no es obligada a recibir tratamiento para las enfermedades literales. También están las enfermedades en sentido metafórico (psiquiátrico), engendradas por metas ajenas a la medicina. Tienen una función estratégica, relacionada con el moderno control de personas, y una función purificadora, relacionada con el primitivo rito de descontaminación colectiva. Como elegantes insultos en latín, expresan veladamente la desaprobación de unas personas hacia otras, que son calificadas y clasificadas de acuerdo a su comportamiento. La gente puede ser obligada a recibir tratamiento para las enfermedades metafóricas (si bien los antiguos
llamaban a esta práctica sometimiento, vejamen, tortura, etc.). Es más: la “no conciencia de enfermedad” es considerada un claro indicio de enfermedad mental (los antiguos llamaban a eso disidencia).
*Aclaración: si por la fuerza se imponen tratamientos para enfermedades reales, es en realidad considerandolas como algo secundario en el contexto de un “desorden” psiquiátrico: no querer curarse de una enfermedad. Por ende, la coacción así ejercida solo puede ser considerada lícita desde el punto de vista psiquiátrico, negando derechos elementales al individuo.
Y bien, la adicción se incluye dentro del segundo grupo, el de las pseudoenfermedades, esas que van cambiando al ritmo de las convenciones. Las verdaderas enfermedades, como entidades, son independientes del poder humano en todas sus formas, desde un gobierno que encierra por enfermedad mental a sus opositores (caso URSS), pasando por una familia que interna compulsivamente al abuelito despilfarrador, hasta un “paciente” del Borda muy contento con su diagnóstico psiquiátrico, su techo y su alimentación asegurada. Las verdaderas enfermedades ignoran cualquier necesidad humana: a lo largo de la historia y en distintas culturas, la sífilis siempre fue sífilis; la diabetes, diabetes. La adicción, en cambio, al igual que tantos otros agravios encubiertos (no obstante muy bien recibidos por algunos), existe como patología solo en tanto es definida como tal. Como la homosexualidad (y a diferencia de la sífilis o la diabetes), no representa necesariamente un problema para el aludido, hasta que las autoridades toman cartas en el asunto. Porque las autoridades no se contradicen: si las drogas en sí no pueden ser algo peligroso, se encargarán de rodearlas de peligros para demostrar que “las drogas te llevan a la cárcel”. Las víctimas de la prohibición bien saben que a la cárcel te manda el juez, y te lleva la policía.
La inmoralidad de la prohibición solo es igualada por su arbitrariedad. No hay caso, todos los intentos de disfrazar a la prohibición fracasaron. Le queda mejor la sotana que el guardapolvo blanco, pero la sotana ya no surte efecto, y los verdaderos científicos no necesitan convencernos de que hacen ciencia, ni pretenden con sus investigaciones respaldar o desacreditar una determinada política. ¿Qué nos quieren decir, entonces, cuando reivindican el fundamento científico de la cruzada?; o peor, ¿qué nos quieren hacer?. Higiene mental para todos, eso dicen querer. No parece tan malo; al fin y al cabo se proponen rehabilitarnos. Higiene y rehabilitación: palabras mágicas para el oído moderno. La palabra salvación, en cambio, genera suspicacia, sugiere cadenas y hogueras. Pero haríamos mal en juzgar las intenciones por las palabras: los nazis, sin ir más lejos, llamaban “tratamiento” al exterminio de judíos y gitanos en cámaras de gas.
Decididos a legitimar su empresa, los paladines antidrogas nunca dejaron de patrocinar investigaciones… ni de silenciar o distorsionar sus resultados. No se van a dejar amedrentar por una realidad empeñada en contradecir lo que siempre supieron, eso que llena de sentido sus vidas, vaciándolas de responsabilidad. A saber: las drogas prohibidas constituyen una amenaza para la sociedad, así como todo aquello que no respalda y consolida esa conclusión. Lo mismo decían los inquisidores de las brujas; lo mismo decían los nazis de los judíos: afuera está el mal, disimulando la conspiración. Por supuesto que nunca hubo un “problema de brujas”, ni un “problema judío”, ni hay un “problema de las drogas”. La verdadera amenaza es, una vez más, la persecución. Y una vez más, los perseguidores no van a reconocerlo.
Esta no es una guerra contra drogas; las drogas van a seguir produciéndose mientras haya demanda (y nunca, incluyendo historia y prehistoria, dejó de haber demanda), o desarrollándose naturalmente, como siempre, guste o no, aunque se extermine a todos los consumidores. Hablamos de miles de especies, en su mayoría probablemente desconocidas, del reino vegetal, fúngico e incluso animal, capaces de sintetizar infinidad de sustancias psicoactivas (de hecho, nuestro propio cerebro fabrica moléculas actualmente prohibidas).
Esta es una guerra contra personas, no contra drogas, originalmente inspirada en pretextos puritanos y racistas (se inició prohibiendo el consumo de opio exclusivamente a los inmigrantes chinos en EEUU); mantenida por la ignorancia, los intereses velados y la pura inercia; promovida por los EEUU y consolidada gracias al poderío de la delincuencia que las mismas “leyes antidrogas” forjaron al amparo de los estados.
Jamás pudo fundamentarse la diferencia entre drogas “duras” y “blandas”, desde ningún punto de vista (ver “Historia de las drogas III”, de Antonio Escohotado). ¿Es el diacepam más blando que la heroína?, ¿es el tabaco más blando que el lsd?, ¿es la fluoxetina más blanda que la mescalina?, ¿es el alcohol más blando que la cocaína?… la máxima imperecedera de Paracelso, “la dosis hace al veneno”, nos exime de contestar preguntas que solo cobran sentido en la mente del chauvinista farmacológico. Ya que las respuestas dependen de legislaciones arbitrarias, es más apropiado interrogarse por la consistencia de una droga en función de tiempo y lugar: ¿la marihuana es más “blanda” en Holanda que en EEUU?
Tabaco, café y alcohol también son drogas (detalle sorprendentemente ignorado por muchos “expertos”), y como tales pueden resultar más o menos provechosas que peligrosas, según sean consumidas juiciosamente o no. Se diría que los límites los impone el respeto y la responsabilidad frente a terceros y también frente a uno mismo. Una ley represiva puede afectar la disponibilidad de una determinada droga; su pureza; el riesgo asociado a su producción, compra y venta; su precio; las condiciones de su empleo; el total consumido en un período de tiempo; entre otras variables. Pero ninguna de ellas altera un ápice los patrones de consumo autodestructivo.
El concepto de adicción es confuso, como se dijo, inclusive cuando nos referimos a principios activos como la nicotina o la heroína. Sí hay evidencia de sobra que prueba la existencia del fenómeno de tolerancia, especialmente a los opioides (como la heroína). El error consiste en suponer que adicción y fenómeno de tolerancia son equivalentes: uno puede ser tozudamente adicto a cosas que no inducen fenómeno de tolerancia, como la cocaína, las estampillas o el sexo, y por otra parte aún los grados más extremos de tolerancia pueden llegar a revertirse mediante reducción paulatina de la dosis administrada.
Es posible que una eventual despenalización beneficie particularmente a los alcohólicos (campeones de la autodestrucción), al permitirles el libre acceso a otros vehículos de ebriedad. En medicina es común la combinación y la alternancia de distintos fármacos con el propósito de disminuir los efectos colaterales. De todas formas, debemos tener presente que ninguna legislación puede solucionar el problema de fondo, porque no es un problema técnico sino existencial. La gran mayoría de los consumidores de drogas, quienes buscan minimizar eventuales toxicidades, tienen fundamentalmente problemas legales, puesto que al comprar o usar ciertas drogas arriesgan una pesada condena. Así, mientras al criminal presuntamente movido por su adicción, figura mítica cuya conducta justifica las leyes antidrogas, se le atenúan los cargos y los castigos, al consumidor no criminal, personaje inconcebible, se le inventan toda clase de cargos.
Antes de la prohibición, heroína y cocaína eran de uso habitual entre ciudadanos respetables, y se vendían en las farmacias. Actualmente, la mayor disponibilidad en sectores marginales es debida justamente a las leyes “antidrogas”, que no hacen más que trasladar el mercado a la clandestinidad, empeorando las condiciones de consumo (por ejemplo forzando el uso compartido de agujas y jeringas), estimulando la adulteración, obstaculizando la información, obligando a delinquir. Vale decir que agravan las dificultades de los consumidores problemáticos, y traen nuevos problemas a quienes no los tenían. Luego, el turismo farmacófilo es esperable allí donde se interrumpa la persecución de quienes buscan ciertas drogas, pero no debe interpretarse como una consecuencia de la despenalización en un lugar, sino de la prohibición en otros lugares.
Nos oponemos a las leyes “antidrogas” porque generan inseguridad, desbordan las cárceles y los “centros de recuperación” de gente inocente, destruyen familias, socavan el respeto por otras leyes, estancan el sistema judicial, corrompen a las autoridades, impulsan un colosal derroche de recursos, fomentan el crimen organizado, desestabilizan las economías, financian indirectamente al terrorismo, desprotegen al consumidor, favorecen la propagación de peligrosas infecciones, erosionan las libertades básicas, se ensañan en la práctica con los más débiles, promueven la ignorancia y la hipocresía. Todo esto y mucho más, mientras los nobles objetivos que se proponen están cada vez más lejos de cumplirse. Las drogas conocidas, tanto para usos médicos como lúdicos, son cada vez más y mejores. La química y la farmacología trabajan de nuestro lado; es hora de que las leyes acompañen.
Bueno,es un post muy largo pero por lo menos tiene el beneficio de reunir todas o casi todas las boludeces del progresismo savateriano, escohotadense y enrique symns-iano, sabes que ? Me convencieron, si, a partir de ahora no sólo voy a hacer la promoción de la falopa de manera que se pueda vender hasta en los kioscos, sino que voy a lanzar mi propia “línea” : la falopeña 100% de pureza en sus tres sabores. Descerebre, mataviejas y rompo todo… Viven en un mundo libresco mis amigos, si se pudieran ( yo creo que de hecho va a ser así) sus proyecciones, no querrían vivir en ese mundo, se los aseguro…
iBuen dato el de la corporación del sur, no lo imaginé Jorge Peña.
Creo que no hablé de prohibición plena, sino de que se produjo de modo paulatino. Sobre el tema recomiendo Historia de las Drogas de Escohotado. A fines del siglo XIX el juego era perseguido y las drogas libres, eso se invirtió en 50 años. Lo primero que se hizo fue una norma de “lealtad comercial” obligando a los comerciantes de drogas a revelar sus componentes. Una cosa llevó a la ora hasta que se terminaron prohibiendo.
La paradoja Jorge Peña es que ya vivís en un mundo donde se pueden consumir todo tipo de drogas sin freno. La prohibición tiene muchos otros efectos pero no el de terminar con el consumo de drogas, sin meterme a dilucidar si eso es en sí un objetivo.
Yo tampoco sé cual es la solución, amigo.Pero el binomio Libertad-Responsabilidad en estos lares y en estas épocas no parece uno en el cual confiar demasiado , y la aceptación social , no digamos de un porrete, sino de otras drogas mucho mas pesadas nos va a conducir ( como sociedad) a territorios muy indeseados. Recalco por última vez: Al consumir estás enriqueciendo a alguien, le estás dando poder de decisión sobre tu sociedad y la vida de las personas que te rodean ¿ te parece ejercer la libertad , el consumir y proveer de fondos al enemigo? Keep on doing it, then, pongámonos todos freakis, seamos librees,y cuando nos estén entrando en el horno, levantemos los pulgares y sacudamos nuestras melenas mientras peinamos la última rayita…
Con respecto a Corporación del sur compraron también el dEPORTIVO ESPAÑOL Y ESTÁN METIENDO VARIAS FICHAS POR LA ZONA , BASTANTE DE QUERUSA, COMO DIRÍA UN TANGUERO…
El tema de las drogas es inagotable, pero si el hombre convivió miles de años con todo tipo de drogas, no veo por qué puede llevar al caos, a la desintegración social, y no sé qué otros fantasmas. En cambio en estos últimos 30, 50 ó 90 años (como más les guste) coincidiendo con la prohibición se disparó el consumo y se generó un espectacular negocio donde antes no lo había. La verdad que a mi no me gustan las drogas ni me interesan, pero Bertolt Brecht (o Martin Niemoller) me obliga a defender la libertad de los que sí las disfrutan. Desde cuando vivir una vida sana y larga es una obligación? “Al gran pueblo argentino, libertad…” le suena a alguien? Que se pueda consumir lo que se desee en la privacidad no quiere decir que se festeje y se incite en público, como varios de nosotros (supongo) nos bañamos desnudos, no implica que vayamos al banco a cobrar un cheque desnudos. Cada actividad tiene su ámbito, y puedo coincidir en que el ámbito público no sea adecuado para el consumo de drogas, pero no criminalizar el consumo. Debe haber algún gris, me parece, entre el viva la pepa y el garrote.
Para terminar:
“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no protesté, porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.”
La libertad asusta solamente a los irresponsables. Jorge Peña, no temas: hay mucho que aprender. Por lo pronto, a respetar a quienes gozan sacudiendo la melena. Y a dudar de quien, adicto a la ignorancia, goza vigilando.
“adicto a la ignorancia”, me gustó! Me lo voy a tatuar en mi amplia calva frontal!, Gracias!!
En realidad creo que a los irresponsables no los asusta la libertad, ni el libertinaje, ni ninguna otra cosa, justamente por eso : son irresponsables y pueden pregonar como “libertades” cualquier cosa , aunque sea ampliamente destructivo. Recordar que la palabra libertad es la mas repetida por los asesinos “revolucionarios”…
Confundir a quienes tienen otros hábitos farmacológicos con terroristas es francamente revolucionario. Y no es de extrañar, por cuanto la “guerra contra las drogas” es un experimento revolucionario en el peor de los sentidos.
Puede que tomes a mal esta pregunta, pero nos arriesgaremos: ¿qué opinás de prohibir el alcohol? (si te parece una boludez, te rogamos que bajes a nuestro humilde nivel para obsequiarnos un argumento, aunque más no sea una falacia).
Otra pregunta: ¿De qué modo la “guerra contra las drogas” promueve la responsabilidad?
Si estás pensando una respuesta ya nos damos por satisfechos.
No he mencionado en ningun momento la ” guerra contra las drogas” frase que tan cargada de connotaciones está , por otro lado (DEA, etc), tampoco he asociado a los consumidores con el terrorismo, respecto de esto último hay cantidad importante de informaciones que sindican como medio de financiamento de las Farc ( que operan en nuestro país, segun nota en el diario español “el país” nada sospechable de “fascismo”, y muchos otros, seprin, etc). No tomo a mal nada, con respecto al alcohol, que no se permita su consumo a menores, que se combata el exceso con educación ¿Te parece mal? ¿ muy represor?. La discusión dialéctica acerca de estos temqas planteada en términos de “Libertad” para hacer cosas dañinas o “represión, criminalización y guerra contra las drogas” para encarcelar pobres adolescentes o gente que disfruta de su libertad, no existe en mi cabeza,ahora bien , tampoco creo que la “libertad” sea tomar mierda que te enloquezca y te produzca una adicción y necesidad tal de seguir consumiendo que puedas salir a robar o matar sin siquiera ser plenamente conciente de las consecuencias reales de tus actos, sobre ti mismo y sobre los demás. El tono ligeramente pedante de tus dos post finales me resbala. Si querés consumir es asunto tuyo, si considerás que la libertad es esa, perfecto para vos, te cito: “Las drogas conocidas, tanto para usos médicos como lúdicos, son cada vez más y mejores. La química y la farmacología trabajan de nuestro lado; es hora de que las leyes acompañen.” Si eso es lo mas alto que tu intelecto y tu libertad vuelan, buena suerte y buen viaje.