Le llevó cuatro años al gobierno tomar una medida que se pueda elogiar como el aumento del mínimo no imponible del llamado impuesto a la riqueza para que se parezca a los valores anteriores al colapso del 2001.
Me temo que lo que vamos a ver ahora es la ausencia de iniciativa de la oposición. Espero equivocarme pero sospecho que la respuesta va a ser el silencio o la crítica a la medida, cuando lo que debería ocurrir es que haya candidatos identificados con el contribuyente y no con el fisco que propongan la directa eliminación de este impuesto que es algo así como la gabela que hay que pagarle al estado por la plata que le queda a la gente después de pagar todos los impuestos y bancarse la inflación.
Ni hablar de las horrorosas consecuencias económicas de este asalto estatal. Un sistema jubilatorio obligatorio que condena a la inanición de las futuras generaciones, un sistema bancario que hizo humo los ahorros de millones de personas y tampoco se puede invertir en inmuebles, algo que podría mejorar la falta de viviendas y de alternativas para generar ingresos después del retiro.
Si en la Argentina subsiste este “impuesto a lo que te quedó” es porque no hay ningún orden constitucional.
El impuesto a la riqueza es uno de los tantos disparates inconstitucionales que existen en el país. Es, en realidad, una exacción porque se calcula sobre la “riqueza” que tenemos después de haber pagado el impuesto a las ganancias. Pero como dice José, nadie de la oposición, se ha preocupado nunca por el contribuyente en su condición de ciudadano. Ni siquiera Macri que promueve más y más presión impositiva sobre los inmuebles según una insólita presunción de que todos los de una misma zona tienen idéntico
valor.
En la Argentina deberían poner un gran cartel en las distintas entradas al país, en el que rece:
Aqui está prohibido ganar dinero honradamente. El que lo hiciere se hará pasible de cuantiosos impuestos.
cuanto más bajo es el mínimo no imponible, más ricos hay en la argentina de kircnher
Qué barbaridad, ahora voy a dejar de ser rico. No ven, no ven, a los populistas les encantan los pobres, no hacen más que multiplicarlos.
Como decia la filósofa argentina Susana Gimenez “en la Argentina es pecado tener plata”.
La oposicion no reacciona porque esta de acuerdo con la medida, mas claro echarle agua.
El último párrafo lo resume perfectamente. En la Argentina no hay ningún orden constitucional. Es más, ¡deberían derogarla! qué adorno más inútil, ¿para qué gastarán tinta en imprimirla?
José,
Por qué decís que “tampoco se puede invertir en inmuebles, algo que podría mejorar la falta de viviendas y de alternativas para generar ingresos después del retiro.”?
No es que hay un _boom_inmobiliario?
Un saludo,
Pablo
Hay que invertir en tomates
Hay que cambiar esa mentalidad de castigar al que labura y genera riqueza, hay que terminar de una buena vez con esa horrorosa falacia de la “redistribución” el tema es cómo.
Yo estoy haciendo un Master en una Escuela de Negocios de EEUU y el primer dia nos dijeron a todos “Ganar mucha plata es bueno”.
Se imaginan alguien que diga algo asi en Argentina? lo linchan!!
Julian, la reina Kristina se lo dijo a los empresarios en Estados Unidos también. El problema es que no se lo creyó nadie.
Juliàn…la frase en Argentina serìa…”ganar mucha plata es malo, mientras lo haga el de al lado”
Y se podrìa agregar…”si la hace uno la plata es fenòmena, la plata es mala cuando la tiene otro”
La contradicciòn es que si la plata es tan mala, como es que se dedican a afanarla con pala los gobiernos…
Este es un paìs de envidiosos, resentidos, no es màs que eso.
En USA, quien ha logrado un standard de vida alto, con riqueza, es un triunfador. Asì de simple. Alguien con capacidad, talento, iniciativa.
Acà molesta la plata ajena, repito, ENVIDIA…el deporte nacional.
En la idea del estado subyace una milenaria e inconfesable ambición humana:
La “legitimación” del robo al prójimo.
El aumento de la base imponible es un verso total y viene con trampa: el impuestazo Telerman-Makri, solapado con el aumento de la valuación fiscal de los inmuebles porteños, va a ubicar a la más pequeña propiedad, arriba de los cien mil pesos (ni hablar de las medianas y “mejor” ubicadas). Agregado a esto, los aumentos sufridos -y a sufrir- en el valor de los automóviles, también aportarán lo suyo. ¿Quién dijo que se pagará menos que antes el mentado “impuesto a la riqueza”?.
Je-je, cuántos se van a arrepentir de haberla votado.