Es viernes, pero tampoco me voy a poner a darles una receta en el blog. El título responde en realidad a la alegoría utilizada por los excentricos Jóvenes K que catalogaron la semana pasada de panqueques a Telerman y Carrió por estar fuera del calorcito presupuestario kakista.
A esa muestra de jolgorio me hizo recordar la noticia de la caída definitiva de don Angel Maza, uno de los más empalagosos entre los panqueques en exhibición.
Pero los Jóvenes K (que dicho sea de paso son flor de grandulones), fieles a su pertenencia, saben muy bien que acusan de lo que padecen. De hecho en una fiestita que se mandaron en diciembre, ellos mismos eligieron a los Fernández como los más panqueques.
Me parece admirable la habilidad de José para encontrar archivos que revelan las calidades de la gente que rodea al poder.
El Sr. K haría bien en tomar nota de ellos para saber lo que le espera no bien se insinúe su inevitable ocaso.
Bueno casi todo el actual gobierno (incluido su cabecilla el señor K) eran menemistas.
Creo que lo que tenemos que entender es que esa raza de apestosos gusanos denominados politicos en la argentina entienden la militancia politica no como una lucha por ideas y planes de acción en beneficio de la comunidad sino como un club en el cual distintas facciones pelean por la caja para garantizar fondos, prebendas y subisidios a los amigos, partidarios e hinchas…y obviamente en ese contexto la fidelidad es al que tiene el poder sea quien fuere y diga lo que diga…solo se trata de ponerse a la vanguardia de la moda del momento y tener respuestas para todo.
Por eso cuando sale alguien que puede disputarles el control de la Kaja es un traidor pero no a las ideas sino en el sentido mafioso del termino. La lealtad en la partidocracia es al LIDER no a las ideas
Estos espectáculos deplorables son los que ahuyentan a los bienintencionados de la política,
cuando en realidad debieran motivarlos para involucrarse en ella con mas compromiso.
siempre es bueno recordar las palabras de Edmund Burke.
“Para que el mal triunfe solo es necesario que aquellos de recta intención, no hagan nada”.
Si hay algo que caracteriza al Kakismo es el cinismo, la falta de escrúpulos y la ausencia de toda autocritica.
El caso Borocotó, frente a este “escrache” es una muestra de ello.