Anoche Grondona se mandó una ensalada mixta con oliva y limón sobre la prohibición de fumar en locales privados que rige desde la semana pasada. ¿Es peor la marihuana o el cigarrillo? preguntaba en la encuesta. ¿Peor para qué? O lo que es más importante: ¿peor para quién? ¿Para el que la consume? ¿Para el doctor Kalina? ¿Para la salud? ¿Para el bienestar?
El punto importante lo planteo para mi sorpresa el amigo Novaresio: No importa que produzca qué cosa, consumirlo es asunto del que lo consume. El dice, como hacen todos, “para uso personal”. Yo digo, para el uso que se le cante, y no de la marihuana sino de cualquier cosa, incluidas por supuesto las drogas de receta, porque si no no se entendió el problema.
Vamos por partes. El médico psiquiatra Eduardo Kalina, eterno invitado a todos estos contertulios sobre adicciones y sabias sentencias sobre la vida ajena dijo un par de cosas que necesitan urgente respuesta:
- Hay un negocio detrás de la despenalización. Claro, no es el negocio de los actuales narcos, pero por supuesto que hay un negocio detrás de cualquier cosa que quiera ser consumida. ¿Cuál es el problema de que haya un negocio señor Kalina? Por otra parte, hay otro negocio: el de los “centros de recuperación” que trabajan como una extensión del estado que se mete en la vida de las personas. Ese es un negocio que se hace con dinero robado a los contribuyentes y su cometido es privar de la libertad a los individuos a los que encierran. Hay que presentarlos como enfermos y despersonalizarlos demonizando a las sustancias, algo que al estado siempre le agradará y que dejará enormes dividendos. Pensar en la responsabilidad de los consumidores de drogas, sería terminar con ese negocio.
- Si alguien consume una sustancia que puede acortar su vida sabiendo las consecuencias pero prefiriendo esa situación (caso del cigarrillo), es un psicótico. ¿Qué lo define como psicótico? Pues el querer matarse. La etiqueta psiquiátrica establecida como causa. Brujería psiquiátrica tomo 1, bolilla 1: Si no te comportás como ellos quieren, te “tratan”.
- Está gordo Kalina, se lo hicieron notar. Consume sustancias que acortan su vida, es un psicótico.
- La marihuana es introducida en la juventud para atontarla, para que no piense, no proteste y no moleste. Kalina, eso lo hace su profesión con miles de jóvenes, a los que empastillan para que no molesten y ahorrarse así el saber qué pito les pasa o el simple acto de corregirlos en su conducta.
No hay ninguna diferencia moral entre el cigarrillo o la marihuana como planteó Grondona, pretendiendo que la segunda es inmoral y sin embargo no se la perseguía (es una sustancia prohibida). Las sustancias no son morales ni inmorales sino los individuos. Es inmoral privar a los individuos de su moral, es decir de la facultad de elegir. Las boberías y prejuicios de la moralina circundante se quieren imponer por razones morales; nada más contradictorio.
Se equivoca también Rozitchner. Presenta la prohibición de fumar en lugares privados como una defensa a los no fumadores que son víctimas de los fumadores. No es una defensa, es una intervención a favor de sus intereses, es decir, lo opuesto: una agresión. En este caso la agresión es contra los dueños de los locales. Si quieren dejar fumar en sus locales es su problema. Los no fumadores tenemos la opción de no ir a locales donde otros fuman. Claro, no lo hacemos, se ve que no le damos tanta importancia, entonces recurrimos a papá estado, agrandándolo y corrompiéndolo en una cruzada de salud pública para que haga a los locales de otros como nosotros queremos. ¿Alguien estaba obligando a los no fumadores a concurrir a locales donde se fuma? Los lugares de “acceso público”, algo que nadie dice, son de acceso voluntario, tan voluntario como fumar.
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