Doña Clotilde es pura frustración. Su hijo mayor ya se había recibido de ingeniero agrónomo dos años antes. El menor inauguró hace tiempo un comercio de artículos eléctricos y ahora la menor le acaba de anunciar que se casará con un empresario. El domingo en presencia de ella misma unos jóvenes le gritaron “!Empresario!” a su próximo yerno. Una situación muy tensa, casi no hablaron durante toda la comida después de eso.
¿Qué había hecho ella tan mal? Por qué su vecina Mirta había tenido tanta suerte. No podía sopórtalo porque además la muy petulante se lo refregaba cada vez que podía. El hijo menor de Mirta asaltaba restoranes de la zona y aunque no tenía una gran recaudación gozaba de mucho prestigio y era habitual que se lo invitara a paneles auspiciados por el INADI sobre algunas actitudes discriminatorias que todavía perduran en nuestra sociedad, a veces tan cruel. Hasta le acababan de ofrecer la conducción de un programa de televisión.
El mayor era motivo de más orgullo aún para doña Mirta. El Guillermo ya llevaba tres años metido en la Cámpora, se acababa de mudar a Puerto Madero y todas las chicas están atrás de él, aunque es bastante feo.
Pero Clotilde sigue adelante como puede. Siempre quiso tener un hijo chorro pero si Dios no se lo dio sabrá por qué. Lo que más le preocupa en realidad es que sabe que algún día Guillermo llegará muy alto en su carrera y le hará pagar a su familia por todos sus errores.
HAYYY, JOSE , CON QUE GRACIA DESCRIBES EL DRAMA NACIONAL. ABRAZOS.
Donde todo concepto de generación de riqueza se basa en el parasitismo estatal y este ultimo parásita a su vez a los pocos que producen… no podemos extrañar que ser empresario sea algo malo…
Cualquier parecido a nuestra realidad,es pura casualidad,¿no?…
Sabe José?siento mucha vergüenza y sin ser cómplice de este disparate,me siento responsable.