Un fenómeno nunca estudiado de la cinematografía y la literatura fantástica es que siempre se imaginan invasiones o visitas extraterrestres con misiones enviadas por gobiernos, nunca empresas privadas. Debe haber una suposición de que alguien que maneja recursos propios no los dedicaría a venir a estudiarnos. Nuestro futuro en cambio se ve a veces anárquico, otras con el planeta vengándose de nosotros que somos el único problema que tiene. Corrijo, solo parte de nosotros, los que no gobernamos, parece ser que los que gobiernan son amiguísimos del equilibrio ecológico así como en otros siglos eran enviados de Dios (de estos últimos también tenemos algunos ahora). James Cameron inventó su propia pesadilla en Terminator dónde las máquinas se revelaban contra el hombre.
Mi pesadilla es bien distinta. Veo un mundo lleno de legisladores. Gente al pedo que contamina la mente de las personas. No tanto al estilo Orwell donde los propósitos estaban claros, aunque estemos lejos, muy lejos, de estar excentos de caer directamente en eso. Las licuadoras no nos atacarán pero si los inspectores de la AFIP. Gran Hermano no nos guiará la consciencia, si tal vez Mario Pergolini o Gustavo Sylvestre. Más que las naves espaciales de la Guerra de los Mundos, le temo al peronismo. ¿Por qué nos iba a manejar la Matrix si ya tenemos a Clarín?
En fin, la ficción parece mostrar que necesitamos de algún modo pensar que quienes nos pueden destruir conservan algo de glamour y respetabilidad digamos. Es feo pensar que el representante del Imperio puede ser Hugo Chávez y que en vez de oponernos a Darth Vader apenas podremos quejarnos de Néstor Kirchner acompañado en el bando de los Sith por Moyano, D’Elía, Bonasso, Verbitsky y Nilda Garré (¿la imaginan a cargo de las fuerzas del Imperio?).
Todo indica que la literatura y el cine se han encargado de disfrazarnos de épica la pesadumbre producida por la mediocridad, pero la realidad es bien distinta. Un poco más impersonal y parecida a La Mancha Voraz en la que una cosa pegajosa nos iba deborando de a poco, o a La cosa, un alimento irresistible que idiotizaba a todos los que lo probaban transformándolos en autómatas y militantes a la vez, en la que el héroe veía a su familia, amigos y conocidos caer uno tras otro y presionarlo para que comiera con ellos.
Este grupo de vagos que se ha creado bajo el nombre de “Parlamento del Mercosur” es el tipo de mal sueño hecho realidad que nos espera. Gente que no hemos elegido, cuyos nombres conocemos una vez que ya les estamos pagando, que practicarán el alpedismo casi como una religión, viajarán en primera clase, contratarán a muchos ecologistas, chachos alvarez, beliz, hijos de la Cepal, derechohumanistas; asistirán a copetines diversos y cuando alguno de ellos consiga pensar qué cosa hacer que no sea huevo, será seguro algo que nos rompa las pelotas. Harán una estadística de cuanto han hecho para decirnos a nosotros qué tenemos que hacer.
¿Ahora quién podrá defendernos?
Cuando vemos a estas legiones de parásitos que desde tiempos inmemoriales lo pasan viviendo de los que producen riqueza genuina
se advierte con nitidez lo revolucionario de la propuesta liberal de ponerle límites al poder.
José, qué bueno que nombres a Gustavo Sylvestre, ¿qué onda con este pibe? ¿es tan oficialista porque está convencido del proyecto o porque le pagan?
A mí no me cierran ninguno de sus comentarios, es más, creo que a César Mascetti en AM del Plata tampoco y que cualquier mañana de estas le pone una trompada. Sds.-
Koba me resulta difícil interpretar las motivaciones de los pensamientos filosóficos de Sylvestre, pero si creo que todo el sistema está asociado al poder y en consecuencia los filtros que permiten llegar hasta un micrófono o una cámara van dejando afuera a cualquiera que pueda causar problemas. El resultado son los Sylvestres de este mundo.
Es espectacular que el acrónimo que emplean para mencionar el Parlamento del MERCOSUR sea
¡¡PARLASUR!!! Lo que es el inconsciente, cómo los traiciona. Es cierto que otra alternativa hubiera sido PARCOSUR, pero este acrónimo no reflejaría la verba inconsistente que saldrá del PARLASUR.
Una grandiosa revolucion amenaza a esta fauna de parásitos:
La extraordinaria baja de los costos a la circulación de ideas que significa Internet.
Contesto la pregunta del final: ¡NADIE! Si no nos defendemos nosotros, nadie nos defenderá.
Sería bueno tenerlo en cuenta, aunque sea a la hora de votar…
Para ilustrar sobre la fauna parasitaria legislativa basta la muestra de la señora del faraón (senadora, ella) que se resiste a informar sobre el costo de sus fastuosos viajes costeados por sus súbditos(los contribuyentes).
http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota.asp?nota_id=905865&origen=premium
Que la Fuerza estè con nosotros.
Cansada estoy de todos los días levantarme temprano para ir a laburar, viajar apelotonada en el bondi, cumplir un horario, aguantar a mis jefes, cobrar un salario medio, dar explicaciones de mis tareas, hacerme responsable de mis errores, PAGAR MIS IMPUESTOS….!!!
Basta ya…!!!
Aparición con vida de un puestito en el MERCOSUR, cualquiera me viene bien….no tengo pretensiones…!!!
Porque ellos SI y yo NO …???
Vean como los países serios tipo Chile o hasta Colombia ni se mosquean por estar mersada legislativa.
Hagamos apuestas para ver a qué idiota se le ocurre hacer una constitución del mercotruch o cuándo será?
Saquen cuentas con sólo ver este álbum:
(Flickr) “Chiruza Vida Gratis”
Pobre, pudiendo tener una cuenta “pro” usa la versión gratuita…mejor ahorrar para la próxima temporada de Louis Vuitton… 😉
Para ahorrar, yo en lugar del Parlasur, hubiera organizado un simple chat.
Más sencillo y económico, obvio.
No subestimen la capacidad de hacernos reír que pueden tener estos payasos. ¿Se imaginan los delirios que pueden salir de ahí?