“Nunca lleves tus mejores pantalones cuando salgas a luchar por la paz y la libertad”
Henrik Ibsen (1828-1906)
Henrik Ibsen, dramaturgo noruego y uno de los pilares del teatro moderno falleció el 23 de mayo de 1906. Durante los cien años que transcurrieron de su muerte los temas que desvelaban a Ibsen y que magistralmente echaba a rodar en sus obras, tienen una vigencia aún mayor.
El teatro de Ibsen gira alrededor de la lucha del individuo contra el orden establecido, contra el grupo y contra las mayorías. La libertad del individuo para buscar su propia felicidad y su necesidad de sostener la verdad que observaba aún a costa de cualquier interés social, y de independizarse de la mirada o los deseos de los otros, eran los temas que lo inspiraban, cuando el mundo ni siquiera había empezado a sufrir los horrores de los principios opuestos: el comunismo, el fascismo y el nazismo. Pero sin dudas veía el germen de ese mal en su propia época.
Autor de “Una casa de Muñecas”, “Espectros”, “Un enemigo del pueblo” (reelaborada en la película “Tiburón”), “El pato salvaje” entre las más conocidas. Sus héroes bien podrían emparentarse con los de Ayn Rand, pues también luchaban con sus convicciones por individualizarse en un contexto colectivista.
Esta frase de Ibsen, citada en Perfil del último domingo, pareciera pertenecer a la creadora del objetivismo:
“La autorrealización constituye el valor más elevado y si esto crea conflictos al bienestar público, el bienestar público se puede ir al diablo”
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