¿Cambió de opinión Trump respecto al Obamacare?

La respuesta corta es no. De hecho, las dos disposiciones que manifestó que mantendría, según un adelanto del programa 60 Minutos, ya había anunciado que no cambiarían en sus discursos de campaña, a los que parece que muchos medios no prestaron mucha atención. Es decir, la prohibición a los seguros de rechazar clientes por enfermedades preexistentes y la obligación de mantener a los hijos de 26 años adosados a los seguros de sus padres. El problema es cómo Trump lo dijo en el reportaje, como algo de lo que lo hubiera convencido Obama, en su afán de presentar el diálogo entre los dos bajando el tono de confrontación de la campaña. Trump será un presidente que la prensa adorará porque le regalará títulos a granel.

El problema con la parte del Obamacare que le gusta a Trump, sobre todo el primer punto, es que implica que va a tener que mantener otro de los aspectos más problemáticos y cuestionados del plan de Salud de su predecesor que no mencionó; esto es su obligatoriedad. Obama impuso fuertes multas a quienes no se afiliaran al sistema. Trump va a tener que seguir ese mismo camino, aunque no lo anunció, porque de otro modo existirían fuertes incentivos a no gastar en un plan de salud hasta el momento de tener una enfermedad, lo que quiebra el principio y el negocio de distribuir los riesgos entre los asegurados. Lo esencial del seguro es que se cubre un riesgo, no un hecho acontecido. La clave es que todo el mundo paga sin saber si el siniestro ocurrirá, de manera que los que no lo sufren terminan respaldando a quienes sí lo sufren, a la vez que la compañía gana dinero. Por eso es que para mantener la obligación de las compañías de aceptar clientes con enfermedades preexistenes, el carácter imperativo del sistema caerá de maduro o, por lo menos, no imagino cómo cubrirá tales eventualidades. Así que no diría que Trump sorprende con los aspectos que intenta continuar del plan Obama, pero una parte esencial de él se mantendrá.

Anunció una desregulación en la oferta de los seguros, lo que no se ve en el debate es la desregulación que todo el mercado requiere, empezando por las licencias profesionales corporativas, las restricciones a la inmigración de médicos y todo tipo de personal relacionado con la salud y el control de la disparatada responsabilidad médica que el estado asigna a la actividad, que son la causa del encarecimiento. El problema, claro está, es que para eso tendría que contradecir otros de los mantras de su venta electoral, que es el mito del daño que la inmigración hace al país. Pero si el americano paga caro por la salud y los seguros siguen la misma tendencia, esas son las causas.

 

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Categorized as Liberalismo

By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

1 comment

  1. La provisión y el aseguramiento de la salud deben ser los sectores más intervenidos por el estado. El resultado es insatisfacción para los usuarios y riesgo de supervivencia para las aseguradoras. Los únicos beneficados son los monopolios -médicos, laboratorios-, por supuesto, creados por el estado. ¿Acaso nadie aprende nunca ninguna lección?

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