No dejo de reconocerle a Lanata el papel que tuvo en hacer visibles las barbaridades del kirchnerismo en su última etapa, pero me voy a referir a su artículo sobre la “militancia”. No tengo ninguna sensación de que haya que agradecerle reconocer lo que eran los psicópatas violentos que poblaron montoneros, erp y todas las organizaciones de violencia política que cometieron crímenes horrendos para tomar el poder y acabar con todo vestigio de libertad y ley. Hay un grupo de argentinos que tiene mucho más mérito, por jamás haber hecho el panegírico de esa actividad criminal ni haber estado dispuestos a aceptar la propaganda del terrorismo bajo el mote de “derechos humanos”. Gente que sigue diciendo lo que estableció el informe “Nunca Más” en base a las denuncias que hubo 8000 desaparecidos. También había propaganda en ese documento, porque varios de los allí mencionados de repente reaparecieron. Esa fue la razón por la que “nunca más” se publicó la lista de las personas en sucesivas ediciones. Verdades loperfidianas no autorizadas.
Tengo que atenerme al contexto para esta cuestión. El señor Lopérfido dijo lo que se sabe sobre desapariciones, el aparato político que pretende obligarnos a pensar que eran hippies le saltó al cuello y Lanata anuncia que igual Lopérfido estuvo mal, porque a pesar de que dijo la verdad, hay que mentir hasta que él nos diga. Entonces nos miente después de anunciarlo y nos habla de 30 mil desaparecidos. Nos deja sin nada, pero el héroe es él y hasta que no nos acepte y nos valide los que simplemente estamos interesados en la verdad y no en mantener algún relato en particular o en venerarlo, tenemos que esperar a que nos valide. El decidió que no nos valida más que lo que quiere. Nos da un caramelo y nos anuncia que tal vez mañana nos de otro.
Empeora las cosas porque hasta ahora mucha gente tenía miedo de pensar en otra cosa que en 30 mil dseaparecidos porque entonces todo el aparato opresor le caía encima. Ahora Lanata inaugura una etapa en la que sabemos que es mentira, reconocemos que es mentira, peor lo decimos igual ¿A qué obedecemos? Antes no se podía pensar en la verdad, ahora nos dice que nos cagamos en ella.
Lo peor es que creo que hace un esfuerzo para salirse de los paradigmas que trajeron este desastre y se destaca en honestidad sobre la mitología izquierdista. Para mi es el discurso de un alcoholico contra el alcohol, con un vaso de whisky en la mano. Cansa una sociedad en la que bajo cualquier circunstancia o conducta, la izquierda nos tiene que aprobar. Todos esperan que sean ellos los que digan la verdad y entonces se festeja una simple edición de la mentira, mientras la honestidad se desvaloriza una vez más.
Si fueron 30000 u 8000 no justifica un terrorismo de Estado. Eso es indiscutible. Los q hayan sido tendrian q haber sido juzgados y condenados en caso de ser culpables. Y no arrojados al mar. Ni privados de sus hijos. Ahora, q se los quiera hacer pasar por héroes tampoco!! . Todos tuvimos un poco de culpa en esto xq pediamos el golpe de estado en ese momento. Tuvo un amplio apoyo popular. Y ahora todos se rasgan las vestiduras
* La verdad es conocimiento acerca de la realidad, y se requiere para actuar sobre esta y para entender la consecuencias de dicho actuar: se la requiere para ser libre.
* La verdad es un fin en sí mismo, independientemente de las consecuencias de esta.
* La verdad es una virtud moral: termina mal quien se junta con mentirosos.
* No se puede reclamar justicia desde la mentira: es una contradicción.
* Aceptar la verdad es un signo de madurez.
* Un periodista no debe defender la mentira: es una contradicción.
* Mentir es restringir y controlar la información.
Si se defiende la mentira cuando está es moralmente útil (falacia moralista), entonces está defendiendo (irónicamente) la inmoralidad, la ignorancia, la injusticia, la inmadurez, la restricción y control de la información, el adoctrinamiento.