Narcokirchnerismo: Consumo libre, comercialización de los amigos.

Para un gobierno que quiere asociarse con el narcotráfico la combinación ideal es consumo libre, producción y comercialización prohibidas. El consumidor es el mercado y la prohibición le asegura al gobierno corrupto decidir quién entra y quién no y ser el guardián del negocio. Liberar las drogas, como han sido en general libres durante toda la historia a excepción del último siglo, sería perder la capacidad de autorizar de hecho a los narcos. Mantener restringido el consumo sería limitar los ingresos del negocio.
Hay unos secretos más para asegurar la impunidad. Invocar la simbología de la izquierda pobrista es una, crear un ambiente sin normas objetivas pero con mucha autoridad (lo que el señor Randazzo y los nazis coincidirían en llamar “la ley”) es otra.
La gente que puede reaccionar frente al saqueo tiene que ser mantenida en estado de permanente temor, físico mediante la inseguridad y la legitimación del asaltante y jurídico con regulaciones, persecución fiscal, vigilancia y estado de sospecha permanente.
La presencia de una voluntad del poder imposible de cumplir es fundamental. El que se queje está siempre a mano del castigo. El más asustado dirá de si mismo que no es un cobarde sino un cumplidor de la “ley” que además quiere que los demás cumplan así que estará señalando a sus vecinos por no obedecer. Quienes tienen sangre en las venas habrán de sentirse tan cuestionados que perderán toda voluntad de resistir.
No hay nada que el gobierno de Cristina Kirchner y su séquito no sean capaces de hacer, ni nada que pueda ser definido como el límite de tolerancia de la oposición.
Nadie puede asombrarse del felpudismo que la señora decidió demostrar a la figura del Papa Francisco. Todo suma a la impunidad, que es el único fin.
Se puede ser cura, regenteador de buenismo de ONG, cantante frustrado o actor asustado, el poder corruptor K arrastró todo y no hay atajos para extirparlo. Los kirchneristas hasta han corrompido a los ladrones de la calle que ahora nos juzgan a los demás.
El problema es justamente “la ley”, cuando se interpreta como voluntad del poder, como despotismo santificado. Con el narcotráfico en particular, admitir la autoridad estatal en materia de ingestión de cualquier cosa es un puñal en el corazón del sistema republicano y una oportunidad para las mafias y los gobiernos saqueadores.
Por mucho menos que todo esto en el siglo XIX se cortó de raíz el poder colonial con mucha gente dispuesta a dar su vida para no vivir vidas miserables. Hace falta una generación sin vocación de ovejas, porque la decadencia no enseña, no cambia sistemas políticos ni saca a los criminales del trono para ponerlos entre rejas.

By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

3 comments

  1. ya se había vuelto insostenible mantener a los niños de la Camparo con droga comprada al margen de la ley, ahora todo será más fácil, las movilizaciones, los campeonatos de play station, todo…

  2. Coincido totalmente esta gentuza han prostituido
    todo lo que tocaron, han metido el miedo a tope
    y hacen a gusto lo que les da por la real gana,
    como podremos librarnos de ellos ? no se yo
    seguro no lo veré quizás mis hijos o nietos.
    Cuanta impotencia madre mía… Saludos José!

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