Hilda Molina (declaraciones) a “Esta Lengua es Mía” con José Benegas Fm Identidad 92.1 (audio)

Hilda Molina (declaraciones) a “Esta Lengua es Mía” con José Benegas    Fm Identidad 92.1     (audio)

 Hilda Molina, disturbios en la Legislatura porteña: “la visita a la Legislatura fue muy fructífera, fue un intercambio muy civilizado. Pero muchas personas enviadas por la embajada o que están identificadas con los métodos del gobierno cubano no dialogan y trataban de imponer su punto de vista. Se negaban a conversar en forma civilizada. Yo quería quedarme porque a  mi me gusta dialogar, sobre todo cuando se que tengo la verdad. No hubo ningún tipo de agresión física. Además estoy acostumbrada porque vengo de un país donde nada más existe el discurso del gobierno y cualquiera que diga algo, se encuentra con alguna forma de represión. Eso lo extienden al resto del mundo. El único discurso que puede ser escuchado es el de ellos. El grupo donde estaban los cubanos, fue enviado por la embajada, no me cabe la menor duda. Para la mayoría del pueblo argentino está claro lo que es Cuba porque son personas civilizadas. Inclusive hay personas que tienen un pensamiento de izquierda que yo respeto y que nos han expresado que no están de acuerdo con esto. (…). Son los voceros del gobierno cubano los que se comportan de esa manera tan irracional. Además yo no estoy hablando de la política  de Argentina. Yo no hago comparaciones porque no soy quien para evaluar la situación de Argentina porque yo soy cubana. Me siento con el derecho de hablar de mi país. Cuando critico el mal desempeño del gobierno de mi país no estoy estableciendo comparación con nadie y además no estoy hablando en nombre de nadie, estoy hablando en mi nombre. Ellos lo que me estaban prohibiendo era que hablara del gobierno de mi país (…). Los cubanos que estaban allí, estaban psicológicamente extorsionados. Yo les pregunté por qué no están en Cuba ayudando a construir el comunismo si les gusta tanto el sistema. Que sentido tiene defender tan apasionadamente un sistema y salir huyendo de él. Es una réplica internacional del repudio que nos hacen en Cuba (…). En Cuba no hay libertad de prensa. Los pocos diarios que hay son del gobierno. A los poco independientes los desacreditan. Tampoco hay libertad de empresa. Sólo la hay para los extranjeros. Llegan los extranjeros y si al gobierno le conviene se asocian (…).Yo tengo un documento en mi poder donde se demuestra que el gobierno cubano apoyó en Ginebra a la dictadura militar argentina para que no fuera condenada en la anterior Comisión de derechos humanos (…). Es imposible que un gobierno se mantenga en el poder durante cincuenta años por las buenas porque el ser humano piensa, evoluciona. (…). Yo antes pensaba que el sistema tenía cosas buenas y cosas malas. Me fui decepcionando. Yo creía que todavía quedaba una buena intención para hacer algo por el bien del país. Pero cuando empezaban a difamar a personas que no tenían posibilidad de defenderse, ya no les creí. (…). Nada que se crea sobre la base del odio puede ser bueno. Yo en Cuba desde una forma mesurada he criticado al imperialismo, el embargo, el bloqueo, pero yo no tengo que odiar a nadie. Mi madre me educó enseñándome a no odiar. (…). Al inicio creí ciegamente en la revolución, pero enseguida vi que no había correspondencia entre la práctica y la teoría.  Al principio me explicaban que era un proceso revolucionario, que tenía sus traumas en las primeras etapas. Poco a poco me fui dando cuenta de que el sistema era mentiroso. (…). Las nuevas generaciones, en su mayoría, no están de acuerdo con el sistema. Quieren irse de Cuba, no luchar por cambiar.”