Joaquín Morales Solá mencionó al pasar en su columna de ayer que Jorge Maiorano, Javier Gonzalez Fraga y Eduardo Amadeo habían sido desplazados por sus clientes particulares quienes respondían a extorsiones de parte del gobierno por sus posturas críticas hacia el oficialismo. En criollo, eso se llama delito de extorsión.
Hablamos hoy con Amadeo en la radio, quién ratificó la información de Morales Solá y agregó detalles de lo ocurrido. Entre otros detalles contó que la única llamada que había recibido de una radio por un episodio tan grave había sido la nuestra:
Eduardo Amadeo denuncia extorsión
Todos los días, el poder rebasa nuevos límites morales e institucionales.
Lección inolvidable para quienes reclamaban “la reconstrucción del poder presidencial”.
Esto les pasa a los pueblos con vocación de súbditos, y no de hombres libres.
Fabula de Esopo:
“Las ranas pidiendo rey”
Cansadas las ranas del propio desorden y anarquía en que vivían, mandaron una delegación a Zeus para que les enviara un rey.
Zeus, atendiendo su petición, les envió un grueso leño a su charca.
Espantadas las ranas por el ruido que hizo el leño al caer, se escondieron donde mejor pudieron. Por fin, viendo que el leño no se movía más, fueron saliendo a la superficie y dada la quietud que predominaba, empezaron a sentir tan grande desprecio por el nuevo rey, que brincaban sobre él y se le sentaban encima, burlándose sin descanso.
Y así, sintiéndose humilladas por tener de monarca a un simple madero, volvieron donde Zeus, pidiéndole que les cambiara al rey, pues éste era demasiado tranquilo.
Indignado Zeus, les mandó una activa serpiente de agua que, una a una, las atrapó y devoró a todas sin compasión
El tono de voz del Sr. Amadeo durante la entrevista no parecía el de una persona indignada por lo sucedido ni con ganas de que se haga justicia.
Más bien parecía el de una persona que no se quiere involucrar y habla de un hecho en el cual no tuvo nada que ver; esquivo a la hora de precisar sus sentimientos y opiniones, por momentos se reía de una forma llamativa; daba la impresión de estar siendo apuntado con un revólver o de haber recibido la “visita” de 3 o 4 matones.
Es evidente que el miedo se va perdiendo poco a poco. A medida que las ratas abandonan el barco, se abarata criticar a los KK; hasta queda bien y está respaldado por los “tipos serios” de la política y los medios.
Es lamentable el nivel de cobardía en general y la falta de compromiso y responsabilidad por -nada menos- que la libertad individual. El kakismo tan solo corrió el telón.