Seamos libres hoy

Seamos muchos. Esa suele ser la respuesta cuándo surge la pregunta de qué hacer frente a los avances del poder sobre nuestras vidas. Pero somos pocos. Desde que empezó muy fuerte el pensamiento anti liberal a predominar en occidente a principios del siglo pasado hasta hoy se ha recorrido mucha pista y la pregunta y la respuesta siguen siendo la misma. En la Argentina ni hablar, para gran parte de la población estar a favor de “las ganancias” (es decir contra las pérdidas) es ser un ultra liberal. Algo parecido a tildar de glotón a un hambriento que se quiere comer un maní.

No somos muchos, pero tengo una buena noticia. No hace falta. Los enemigos de la libertad tampoco son muchos. Todos los cambios los producen minorías.

El resultado de un experimento de ingeniería social de Sarmiento que quería convertir a la Argentina en Estados Unidos por medio de un sistema educativo público, terminó en esta matrix que propaga idioteces soviéticas ya comprobadas como un fracaso total. Hoy un matrimonio desequilibrado, un par de ideólogos sin escrúpulos y la pasividad general nos hacen ver el camino hacia el totalitarismo otra vez, como si el mundo no lo hubiera vivido. Y ni siquiera son simpáticos, ni se esfuerzan por tener mejores argumentos, ni por mostrar un comportamiento más o menos ajustado. Son impresentables y ahí están realizando todos sus caprichos.

En nuestro caso contamos con una ventaja y es que no necesitamos el poder como lo necesitan ellos. Aplaudo a quienes se esfuerzan por ganar elecciones y buscan representación en los órganos legislativos para hacer oír una voz distinta a la cantinela general. Pero permanecer libres no depende ni puede depender de eso. El propósito del liberal es “de-tener” al poder y no tenerlo. El liberal concibe a la riqueza como un concepto subjetivo individual y a la sociedad como una multiplicidad de individuos buscando su bienestar, no ve pecado en eso, no persigue a los que ganan, a los que piensan, a los que hacen todo lo contrario a lo que él haría, sólo se defiende de los criminales. Por eso el liberal no ve en el gobierno una fuente de felicidad, ni al liberalismo como un programa de gobierno. El liberalismo es más bien un programa de “des-gobierno”. Un programa de límite al poder. Cuando la entente entre el poder y quienes lo detienen es más o menos virtuosa los representantes elegidos son sostenes de esas ideas.

La clave está en que si la lucha por la libertad depende de obtener la mayoría, la causa está perdida. Destaco esto: la lucha contra la libertad jamás dependió de obtener la mayoría. La mayoría jamás entiende el significado profundo de lo que elige y la democracia nunca fue pensada para decidir postulados filosóficos.

La libertad no se dirime en elecciones, sino mucho antes. La propiedad no es el premio a una buena campaña electoral, es el resultado de la acción de quienes la defienden.

La Constitución escrita condujo a un equívoco. Para muchos es por si misma garantía. Ahí está claro que la propiedad es inviolable, entonces nos sentamos a descansar porque cualquiera sea el que gobierne la Constitución nos protege. Hasta tenemos un poder del estado designado para decirle al gobierno que se ubique.

Esa ha sido una muy mala interpretación de la Constitución. De ahí se deriva la idea de que cuando todo el sistema está fuera de control, lo que queda es ganar elecciones explicando un poco más claro la teoría subjetiva del valor o la Ley de Say. Una empresa imposible. El antiliberalismo llegó hasta dónde llegó sin que nadie, ni siquiera la tilinga que ya sabemos, haya leído ni oído jamás hablar de Hegel.

Lo que la Constitución nos dice no es que nos sentemos tranquilos a disfrutar del respeto a la individualidad que surge de sus postulados doctrinarios (surgía, pero no me obliguen a hacer más largo de lo que viene este post). Lo que hace es decir: No hace falta ser mayoría para tener derecho a reclamar, para protestar, para detener al poder. Hay que ir a los tribunales a defender lo que es nuestro, y si se pierde una vez intentarlo de nuevo, y si se pierde dos veces protestar, escribir, patear el tablero y fomentar una rebelión fiscal.

Nunca señala que ese trabajo está hecho. Sería un proyecto fracasado desde el vamos si dependiera de que el poder de las mayorías no quisiera avanzar sobre los derechos de las minorías. La idea es que no pueda, no que no quiera. La Constitución habilita a la lucha por la libertad, a la defensa de la propiedad, de la libertad de comercio, de la libertad de educar de modo plural no solo fuera de lo que señala el ministerio de educación sino aún y sobre todo contra lo que dice el ministerio de lavado de cerebros. Hay que des-educar al soberano.

La Constitución no dice: ganemos elecciones para ser libres. Dice: somos libres pero eso no es gratis. Se lo debe ganar cada vez que eso está en juego. Y se lo debe ganar del modo que siempre se lo ha ganado: desde la minoría, contra una mayoría conquistada por pasiones opuestas.

Quienes luchan por la libertad patean tachos y rompen las pelotas, no recitan poesías.

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Categorized as Liberalismo

By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

24 comments

  1. Muy ciertos sus conceptos José.
    Recordé una frase, aunque no su autor, que serviría de corolario:

    “La libertad no nace del parto de un sablazo sino de la lucha de todos los dias”

  2. JOSE ……… LO MEJOR QUE HE LEIDO EN BLOG ….

    NO TENGO PALABRAS PARA DESCRIBIR TU POST DE HOY … SINCERAMENTE TE AGRADEZCO EL QUE COMPARTAS “GRATUITAMENTE” TUS REFLEXIONES CON NOSOTROS EN ESTA TRISTE MAÑANA DE SABADO (no por el clima sino por el estado de idiotez colectiva en que se haya sumida toda la “sociedad”)

    Es muy importante tener en cuenta que la libertad y la justicia al igual que la “felicidad” y el “bienstar” no son bienes sino estados temporales que si no los mantenemos se desvanecen … y para mantenerlos siempre hay que hacer “algo”.

    En algùn punto de la historia se confudieron las cosas, a mi juicio en la revoluciòn francesa cuando se prostituyò el concepto de Ley, desde ese momento Ley es lo que una mayoria arbitraria y circnstancial reunida en un recinto (siempre de reminscencias giregas) dice que es Ley, es decir una de las grandes tragedias de la humanidad a mi juicio es la nociòn del poder “legislativo”. Antes que eso la Justicia era un proceso de descubrimiento e interpretaciòn del sentido comùn, y del derecho natural, es decir se reconocìa que los derechos no eran una conseciòn graciosa del gobernante sino que atecedian al derecho de este a gobernar. Nosotros no tenemos derecho a poseer cosas o a pensar y hacer lo que querramos (aceptando y asumiendo la responsabilidad de neustras acciones) por que un gobierno asi lo quiere, sino que esos derechos anteceden a la creaciòn de cualquier gobierno, estos en general lo que intentan hacer es restrigir este derecho. La creencia que la fuente de los derechos es el gobierno, o pero aun , esa entelquia excecrabel denominada estado es uno de los grandes males de la actualidad…

    Nuevamente GRACIAS JOSE POR TU POST DE HOY …

  3. Desde que el tipo que està en el poder, junto con su banda saqueadora -sea quien fuere- pierde el miedo, estamos jodidos.

    Sarmiento, Mitre, Avellaneda, Alberdi y unos pocos màs fueron minorìa.
    Los padres fundadores de aquella naciòn del Norte que le diò lecciòn al mundo de còmo crear una sociedad exitosa, fueron minorìa.

    Pero lo que los empujò a todos ellos a llevar a cabo lo que ya todos sabemos, fuè su absoluto convencimiento de la meta y su fèrrea voluntad.

    En Argentina hace rato que no se vè un grupo asì, ni siquiera con una parte de la pasiòn de esos genios.

    Un sopor y una laxitud de deriva ante todas las barbaridades conocidas, tiene a èsta sociedad cuasi postrada.

    El desbalance es que encima, tipos sin el menor escrùpulo ni la vergûenza en mostrar su violento desprecio a todo derecho, se llevan puesto todo ante esa popular que mira impàvida.

    La ùnica manera de entender còmo se sostienen en el poder toda èsta sarta de orcos, es reconocer en ellos espejos de miles ò millones…”Para conocer a alguien dàle poder”.

    Mucha gente yà se rajò de èste paìs, durante dècadas. Miles de argentinos que se hincharon las pelotas, que decidieron no ser sometidos a la vergûenza de la burla diaria.

    Lo otro, el quedarse, significa dos elecciones: O se es un doblegado, un entregado o se es un rebelde crònico, un digno abrojo en el zapato, aunque chiquito, molesto. Tipos como los que acà “nos reunimos” y con la mayor sinceridad, vamos haciendo en los àmbitos que podemos, una diaria reconstrucciòn de dignidad.

    Cuando -como posteò Klaus abajo- decidimos que la lìnea en el suelo es la Constituciòn, jugamos el mismo equipo. No es tan complicado para cerebros que funcionen.

    El tema es que en èsta sociedad desquiciada, lo irracional es lo normal, la mentira es la verdad.
    Una sociedad donde todo semàforo en rojo es opcional. Y para entablar de frente esa lucha cotidiana, hay que tener paciencia, hûevos, inteligencia.

    Repito y creo firmemnte que la otra opciòn es la de esos miles…Ezeiza.

  4. José, muy bueno tu artículo. El mes pasado estuve por primera vez en EEUU. Me sorprendió una frase recurrente en todos los “Memorials” a las diferentes intervenciones en favor de la Libertad que el gran país del norte ha realizado: “Freedom is not free”. En un todo de acuerdo con lo que planteas.

  5. Otro artículo para la antología del blog.
    José se supera sí mismo cada vez.

    Creo que lo que mejor caracteriza a la minoría que representamos es nuestra visión largoplacista en contraposición a esa mayoría aparentemente indiferente a las señales que presagian un mal futuro, y que son hábilmente ocultadas por el poder con el velo del bienestar cortoplacista anestesiante y sus múltiples y sutiles formas de dilapidar capital, es decir, hipotecar el futuro.

  6. Muy bueno.
    Por fin un post optimista.
    Es una lucha de pocos que se puede ganar como ya ocurrió en el pasado.

  7. Hace bien leer estos post, nos sacude y nos vuelve un poco a donde debemos estar, ademas coincido plenamente con cada una de las palabras ordenadas de forma magistral.

    Gracias!

  8. Faltó una mención a las libertades civiles y las garantías procesales. Eso también es liberalismo y eso no es lo que se suele escuchar en las marchas pro-tortura de Cecilia Pando y demás giles.

    Cambiando de tema, debo admitir que como liberal argentino que sos, putear a Sarmiento es casi una herejía. Yo me acuerdo que en un programa que estabas vos, el gusano Ribas y la anciana madre del Chino Kikuchi alababan a Sarmiento con asiduidad.
    Te cuento algo más de Domingo. El tipo no sólo se metió con lo de la educación pública a fondo. El tipo quiso hacer ingeniería social construyendo estatalmente pequeñas ciudades. El ejemplo claro es Chivilcoy, si alguno fue (además que me lo han contado los mismos chivilcoyanos), va a ver que las plazas están todas a la misma distancia unas de otras y que son iguales arquitectónicamentes, ya que así lo propuso el ingeniero social, arquitecto de plazas, educador, ultrarracista y entretenido escritor.
    En conclusión, y volviendo a la vieja disputa decimonónica, podemos decir que sos más alberdiano que sarmientista o me parece a mí??

  9. @Scotta, Sarmiento tenía cosas muy buenas también, no hay que ser maniqueo. De cualquier manera las críticas de Alberdi eran acertadas.

  10. Te felicito José, excelente post. Uno de los mejores que leí.
    Los miedosos de la libertad están en todos lados y lamentablemente crecen cada día más, no solo en Argentina sino en todo el mundo.
    Pero no debemos perder las esperanzas.

  11. Julian: En este post, Jose critica a Sarmiento. No leí otro post. De hecho, por algo José aclara que Sarmiento también tenía cosas copadas. Lo que quise decir es que me pareció curioso que un liberal local putee a Sarmiento (yo no soy liberal pero admitamos que es raro che).

    Y si José, Sarmiento tenía cosas muy copadas. Lo admito. El tipo escribía muy bien, fue el introductor/desarrollador del Malbec en la Argentina, y demás yerbas. Para mí lo más cuestionable era su racismo extremo.

    Y entre Alberdi y Sarmiento, yo también me quedo con Alberdi. Y efectivamente, las epistolas entre Sarmiento y Alberdi son geniales. Los tipos se re putean, se dicen las peores cosas pero con mucha altura. Hay ke admitir que hasta putear sabían los tipos.

  12. ¿Existen profundas antinomias entre el pensamiento de Alberdi y el de Sarmiento? ¡O, acaso, se complementan en lo que aparentemente tienen de dispares?

    Sarmiento en “Las ciento y una” aremetiò fuerte contra Alberdi, lo llamò templador de pianos, compositor venal de minuès, mal abogado, periodista de alquiler e incluso simulador…y otros dislates semejantes. Alberdi no lo tratò mejor a Sarmiento en sus “Cartas Quillotanas” e incluso maltratò uno de los buenos libros sarmientinos La campaña del Ejèrcito Grande que le habìa dedicado a Alberdi.

    Don Juan Bautista tambièn estaba inclinado hacia el Paraguay en tiempos de esa oprobiosa guerra y eso trajo otro distanciamiento con Sarmiento.

    Pero no hay que olvidar que en sus dìas de juventud en Chile ambos fueron muy amigos y que, en definitiva, Alberdi fue el fundador de las bases de nuestra organizaciòn nacional y Sarmiento el creador de las bases de la educaciòn popular.

    Es decir que ambos proveyeron al paìs de los dos pilares fundamentales para su crecimiento y grandeza : instituciones y educaciòn.

    Aùn, lamentablemente, son asignatura pendientes .

  13. Siempre es bueno tener a mano este dicho de Benjie:

    “La democracia es dos lobos y una oveja votando que van a cenar, la libertad es la oveja, armada, impugnando el resultado”

    Benjamin Franklin

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