Bonafini ha triunfado

¿Qué ocurrió en Neuquén? Lo sabemos por los diarios. Un policía llamado Darío Poblete mató a un manifestante docente llamado Carlos Fuentealba disparándole con una carga de gas lacrimógeno. Poblete tenía una condena por apremios ilegales. Para ser perfeccionistas a toda la oración deberíamos agregarle el calificativo de “supuesto”, sólo contamos con versiones periodísticas sobre lo ocurrido, mientras que una condena de tipo penal (en un país liberal al menos) requiere que esto se pruebe (y no por las convicciones libres de jueces educados leyendo Página 12, en un país libre al menos).

Demos esto por superado. Supongamos que todo está probado como que ocurrió de esa manera ¿frente a qué nos encontramos? Un policía responsable de un homicidio simple ocasionado después de haber cumplido una responsabilidad de su cargo como es la de reprimir (usar la fuerza para poner fin al uso de la fuerza agresivo de algún grupo) los cortes de caminos y la violación masiva de derechos de los ciudadanos como elemento de extorsión al poder. Según la crónica Poblete disparó desde atrás apuntando a la luneta trasera del auto de Fuentealba mientras este regresaba de un intento de piquete que la policía había impedido. El proyectil atravesó la luneta trasera y dio en la cabeza de Fuentealba.

¿De qué se trata esto? Del tipo de elementos que tiene la policía, consecuencia de muchos años de bajos salarios y por lo tanto baja calificación del personal policial. El personal policial es marginal y esto es una política seguida en todo el país. Hay una responsabilidad política en el hecho de que un condenado por apremios ilegales, por más que hubiera cumplido su condena, siga siendo policía. En un país en serio, la legislatura estaría trabajando en estudiar esas responsabilidades y ver a quienes alcanza y si el gobernador puede o no ser imputado por algo, y en su caso, luego de un proceso que sirva de ejemplo para sentar normas que impidan que esto se repita, destituido. En la payasolandia kakista llueven los pedidos de renuncia, el gabinete cae sin decir agua va y el circo oficial, Moyano incluido (el tipo cuyo sindicato tiene un chofer que dispara por televisión y que no renunció a nada salvo a la vergüenza), utiliza todo el episodio para que se olvide lo que está pasando en Santa Cruz y cuales fueron las consecuencias en todo el país del demagógico aumento de salarios dispuestos por el señor Filmus, ungido candidato a intendente de Buenos Aires.

Siguiendo la hipótesis de un país en serio, la única circunstancia en la que se estaría pidiendo renuncias de manera histérica hasta por locutores de televisión tan brutos como audaces, sería que se descubriera que el señor Sobich ordenó matar a algún manifestante. De cualquier modo una acusación tan grave requeriría comprobación, pero en fin, si tuviéramos la filmación y algún testigo de haber presenciado el momento en que se dio la orden pedir la cabeza del gobernador sería bastante lógico.

Pero la Argentina país en serio es de todos los slogans de campaña que hemos padecido el menos serio de todos. Entonces el episodio se lo presenta tanto en Infobae como en Página 12, pasando por La Nación y Clarín, como lo haría Hebe de Bonafini, cuya escala de valores se ha impuesto en todo el espectro: criminalizando la represión.

El homicidio pasa entonces a un segundo plano, es un mero instrumento para demostrar el verdadero crimen que consiste en utilizar a la policía para defender los derechos de las personas a circular, es decir reprimir, no las manifestaciones en si sino los cortes de ruta y los actos de violencia. Fuentealba pasa de ser víctima a bandera política. No hay protestas contra un homicidio, sino protestas contra la represión. El paraíso bonafineo ha triunfado y los Fuentealbas del futuro corren cada día más peligro. Sus muertes son llaves para la política y la vida vale lo que una foto del Che Guevara.

By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

9 comments

  1. Nos cambiaron el diccionario:
    Reprimir:
    Contener, frenar o impedir [la autoridad] un acto de rebelión, generalmente mediante el uso de la violencia: el Estado está legitimado para reprimir la conducta delictiva; la policía trataba de reprimir a los huelguistas. (de diccionarios.com)
    (Del lat. reprimĕre; de re- y premĕre, oprimir).
    1. tr. Contener, refrenar, templar o moderar. U. t. c. prnl.
    2. tr. Contener, detener o castigar, por lo general desde el poder y con el uso de la violencia, actuaciones políticas o sociales.
    Acaso la desgraciada muerte del maestro no fuè un accidente aislado en definitiva?
    Con èsto no quiero minimizar las culpas que tendrìa el policìa violento, de disparar de tal manera y matar a un ser humano. Justamente digo “aislado” porque fuè la acciòn de una sòla persona y nò un conjunto, disparando de igual manera.
    Me refiero a que en èste paìs, se ha convencido a muchos de que las cosas son blancas y negras. Represiòn significa para el ideario kaka: tortura, asesinato, etc.
    En encuadres simplistas totalitarios como el que hoy gobierna, todo lo que no està en un lado, necesariamente està en el otro. Se està en el mundo K ò se està afuera.
    Se acepta que “Sobisch asesinò”(sic) o se es un “represor asesino”.
    Como el guiòn del kakismo dicta los paràmetros de cada situaciòn polìtico-social, cortar rutas y joder la vida al pròjimo (paìs vecino incluìdo) es un “derecho a la protesta”.
    Si en contra del “derecho a la protesta” que justifica cortar rutas surgen nuevos grupos defendiendo el derecho a circular por las rutas cortando otras rutas (derecho a la protesta) serìa divertido ver còmo lo encuadra el kakismo…digno de Woody Allen.

  2. Estoy con Ud amigo Scolaro, el odio nunca puede vencer, pero como diria un amigo futbolero el, nos estan pegando una paliza en la cancha que ni le cuento. Felices Pascuas para todos pero la casa, realmente, no esta en orden

  3. Lamentable lo sucedido en Neuquén, sin duda. El hecho en sí es una brutalidad. sin duda.
    Pero…. y aquí viene el pero…. Alguien se acuerda de SAYAGO, desafortunado policía santacruceño, asesinado alevosamente de una puñalada, un tiro y un brutal golpe en la cabeza, previo despojarlo de su casco?.
    Hubo algún PARO NACIONAL por ese salvaje crimen? Alguna orga de “derechos humanos” protestó?

    En esta desgraciada argentina progre y kakista, sigue habiendo muertos de primera y muertos de segunda, como en los 70.

  4. Esto debe ser tomado como una advertencia para el caso de el hipotetico y remoto triunfo en las elecciones de un partido que valorice la ley y el orden como condición para la convivencia y el progreso.

  5. Hay que aclarar que la condena de Bonafini a la represión,

    excluye a la que se practica en los países socialistas donde la “protesta social” termina como en Tienanmen con 1200 muertos,

    o en Cuba con fusilamientos y prisión,

    o en la Rusia Stalinista con varios millones de campesinos (Kulaks) muertos por resistir la expropiación de sus tierras.

  6. Pablito, creo que te quedas corto en el número de muertos de la plaza de Tienanmmen, yo he sabido que fueron 7000 muertos, y además no hay que olvidar otra masacre muy reciente. La cometió el dictador Ceacescu en Rumania en el año 1989. Hubo cerca de 80.000 (ochenta mil) muertos en el golple que terminó con la dictadura izquierdista, además debemos recordar también las atosidades cometidas por la URSS en las invasiones a Hungría en 1956, con 60.000 muertos y la invasión a Checoslovaquia en 1968 con una cantidad indeterminada de víctimas. Eso es lo que realmente es una masacre. Hebe de Bonnaffini sería capaz de cometer un hecho semejante para imponer sus ideas. Pertenece a la misma clase de Stalin, y Cia.
    Las peores carnicerías siempre la han cometido dictaduras de izquierda. No puede acusarse a ningún gobierno liberal de haber cometido tal cosa.

  7. Jose, brillante, nadie ha advertido esta sutil conquista del progresismo. El señor asesisnado es un martir en la laucha contra el neoliberalismo y no una vicitma de un homicidio provocado por la desidia con la que el estado asume sus verdaderas obligaciones (que no son ni la de cotrolar el precio de la lechuga, la merluza o la de proveer electricidad). Si el estado nacional y el estado provincial hubiesen asumido su obligaciòn de garantizar el orden interno ni el corte de ruta se hubiera producido ni ese hombre sin preparaciòn ni etabilidad psicologica para desempeñar ese rol hubiese estado empleado por la policia provincial…si hay una responsabilidad de Sobisch es esa la de no tener una fuerza de seguridad preparada para cumplir el rol que supone que debe cumplir, si por esa falta de responsabilidad dbe renunciar o no es otro tema …
    Lo grotesco fue que los medios de komunicaciòn no utìlizaron los mismos criterios al tratar el caso de Ibarra y su relaciòn no ya con una muerte sino con 194 y no como prouducto de una situaciòn que por impericia de un agente se salio de control sino por la aplicaciòn de una politica deliberada desde el poder de hacer la vista gorda ante groseras violaciones de reglamentos y requsitos elementales necesarios para el funcionamiento de locales …pero bueno eso es el kakismo….
    Jose has dado en e blanco una vez mas , todas las lagrimas de cocodrilo vertidas por el kakismo y sus secuaces no son por la flata de preparaciòn de las fuerzas de seguridad y sus lamentables consecuencias sino que apuntan a deslegitimar su rol como garantes del orden y la seguridad

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