Estaba haciendo zapping y al pasar por A dos neuronas pude oír a la morocha ministro Nilda Garré decir que la explosión de la fábrica militar de Río Tercero había sido un caso de “terrorismo de estado”. Seguí haciendo zapping porque no daba crédito a lo que había oído. Pensé que era un prejuicio mío, estaba dejando que mi opinión de esta señora me hiciera oír estupideces. Pero La Nación me lo confirma esta mañana.
De ahí pasaremos al delito de lesa humanidad, con lo que supongo que en definitiva todo estará relacionado con la dictadura y con el menemismo, con la derecha y con Karina Mujica; María Julia debería dar explicaciones de todo esto. Imagínense, frente a un caso de terrorismo de estado un juez dice que fue un accidente ¿Cómo no va a estar justificado echarlo no?
Llamar payasada a esto sería una sobreestimación. Los payasos trabajan y dan felicidad y no tratan de joder al otro para que su presencia en el cargo se justifique ¿A qué se dedicaría doña Garré si no hubiera nacido en la Argentina? Lo que si nos da es una tranquilidad bárbara, porque esta misma gente, así, con este espíritu de justicia juzga el pasado argentino.
Pero en definitiva no hay de qué preocuparse. La oposición va armar flor de lío ahora.
4 Responses
José, no te olvides que esta ¿señora? tiene 2 registros automotores que -ohhh casualidad- se los dieron en época menemista…las basuras siempre se olvidan de su pasado…
Un abrazo y feliz año
Justamente estas cosas son posibles porque ocurren en la Argentina, ya que la señora también es titular de una jubileta de privilegio del Ministerio del Interior, donde trabajó durante alguna dictablanda de las que nos gobernaron.
Eduardo
“La morocha ministro”: que bajón, no es “bian” ni rubia de ojos verdes!
Me preocupa más que lo que diga la ministro, que un medio de prensa que es considerado “serio” se haya montado en esta ola de barbaridades, y que, como en la fábula del rey desnudo, nadie diga nada de las embestidas contra el Poder Judicial de parte del Poder Ejecutivo, porque el fallo no es es “políticamente correcto”.
Además, en La Nación pude leer que -¡horror de los horrores!- aparentemente Estévez habría sido afiliado a algún partido de centro, lo que lo convierte en sospechoso de complicidad con el terrorismo de estado.
Además, como es abogado que ejerce la profesión -es decir, paga impuestos, no vive del presupuesto público y no está acostumbrado a obedecer- hay que vilipendiarlo por todos los medios.