Toro sentado reloaded

Estoy pensando a dónde debería reclamar devolución de tierras siguiendo las tesis indigenistas con las que se disfraza hoy por hoy el viejo y conocido deseo de vivir de los demás.

Igual que los llamados “aborígenes” del Chaco, a lo largo de toda América grupos identificados racialmente reclaman que se le “devuelvan tierras” que no les pertenecieron nunca. Si sus ancestros ejercían algún tipo de derecho sobre parte de las tierras de América, porque la mayoría estaba deshabitada, no ejercían derechos de propiedad que puedan ser reivindicados como los de cualquier hijo de vecino, sino soberanía política. Si esos derechos políticos subsisten y si se los quiere reconocer, después de un generalizado examen de ADN, habría que embarcarnos a la mayoría de nosotros para devolvernos a nuestros países de “origen racial”. El problema es que no nos recibirían.

Otro asuntito es que aborígenes de modo estricto somos todos los nacidos en el nuevo mundo. Los que se llaman a si mismos aborígenes no lo son más porque su historia genética los vincule con mayor cantidad de generaciones de nativos. Salvo que reconozcamos derechos en proporción a la cantidad de generaciones que cada uno tenga como antecedente en sus ancestros, que para mi sería un muy buen negocio debo decir. Lo que faltaría entender es el vínculo entre una tesis tan elitista con el pensamiento progre.

Mientras tanto estamos en este problema. Algunos pocos son considerados aborígenes con mejores derechos sobre América que otros. Los otros ¿aborígenes de dónde somos? ¿O no somos aborígenes de ninguna parte y debemos conformarnos con un limbo multicultural? A mi no me preocupa tanto porque si no engancho con el curro de la cantidad de generaciones por mi colorcito algo puedo zafar, pero tengo muchos amigos rubios que van a tener que entregarme sus pertenencias en cualquier momento.

By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

2 comments

  1. Perfecto…! La verdad es que no sabíamos que había “razas puras” que merecían un trato distinguido del de los demás. Nazismo americano que aprecia una institución europea -el derecho de propiedad- de un modo muy especial…

  2. Me corrijo: me acordé de H. Demsetz y del ejemplo de los aborígenes de la península del Labrador, pero digamos que la propiedad privada no era lo que más primaba en la América precolombina, no?

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