Felicitaciones a los diputados que no llegislan

Por La Nación nos enteramos esta mañana de que hay 24 diputados que no presentaron ningún proyecto de ley, sólo firmaron declaraciones.

Pagamos impuestos para que un ministerio de educación cuide que se enseñen a la gente determinadas materias. Genial, ahora nada estará librado al azar o a la anarquía de la gente tomando decisiones. Si alguien pensaba que la vida tiene riesgos y que el error también enseñaba, se equivocaba porque el Estado todo lo que nosotros no podemos evitar, lo puede asumir como propio para liberarnos de los problemas de la existencia. Muchos aprenden las materias oficiales, vacías por completo de contenido, independizadas de un sistema de valores que en definitiva les da sentido. Los individuos cumplen todas las etapas del sistema de educación que vela por nosotros, abren los libros y los estudian de punta a punta, tal vez se saquen diez en todos los exámenes. En instrucción cívica leen sobre el sistema republicano: ahí dice que está compuesto por tres poderes independientes y que al poder legislativo le corresponde sancionar las leyes.

Nunca se enteran de que decían Alberdi, Loocke, Constant o Montesquieu. Y si tienen alguna remota idea es porque han leído algún párrafo suelto de ellos para tildar algún punto del programa de enseñanza, pero relación entre el pensamiento y la realidad no harán ni se les exigirá. Saber no es pensar, sino estudiar todo lo técnico, que vendría a ser lo serio. Lo otro es “ideología” que sería algo así como un credo arbitrario, algo tan endeble que no puede ser entendido como “oficial”. Solo vale la pena la “ideología” cuando les permite pertenecer a una tribu que los ampare, entonces se tatuarán la cara del Che, interpretando a lo mejor que era un hippie bueno que tocaba la guitarra y cantaba canciones de paz y amor. Nuestro estudiante tipo entonces se recibe sabiendo todo lo que el sistema le dice que tiene que saber, es probable que termine trabajando en un diario y así pueda transmitir su caudal de conocimiento a los ciudadanos. No opinará, el manual dice que no lo debe hacer porque eso también es una forma de esoterismo. Así desposeído de prejuicios ideológicos se pondrá a informar sin enterarse de todas las cosas que está dando por sentadas, que para otros que no han sacado un solo diez pero se han preocupado por los fundamentos más allá de lo técnico, serán las más importantes. Nuestro periodista ahora sigue la labor de los diputados, recuerda su manual que dice que el poder legislativo está para sancionar leyes y llegará a la conclusión lógica dados los elementos de juicio que tiene a su alcance: Un diputado que propone pocas leyes es un mal diputado. Un vago, obvio. Le pagamos un sueldo y esperamos que trabaje mucho. Además dice el manual que las leyes son más importantes que las declaraciones por lo tanto el que se dedica más a las declaraciones está zafando de sus responsabilidades.

Por fortuna este estudiante no se recibió en la época en que entre los empleados del gobierno figuraban los verdugos. Estaría contando los pocos cadáveres que producirían algunos piolas.

No le preguntemos a nuestro estudiante para qué está la ley. Lo tomará como una agresión o como una pregunta de gente ignorante. Tampoco se lo preguntaremos a su jefe que lo seleccionó como idóneo y leerá sus notas sin percibir nada extraño. Mientras no haya adverbios terminados en mente todo bien.

Desde acá mi felicitación a todos los diputados que hasta ahora no presentaron ningún proyecto de ley. No necesitamos leyes sino libertades. ¿Alguien puede lamentar que el señor Kunkel no legisle? En fin, separemos la educación del Estado.