Un impuesto, más una regulación impositiva pueden ser suficientes para dejar fuera del “blanco” a una persona. La métafísica fiscalista ni siquiera considera esta cuestión. El “negro” para esta metafísica es consecuencia de la mala conducta de algunos que no quieren cumplir con las obligaciones con “nuestro estado”. La solución entonces es quebrar esa resistencia, sin ninguna preocupación garantista en este caso.
Ningún avance de “nuestro estado” tiene vuelta atrás. Las regulaciones tímidas se convierten en regulacionse totales. Un Guillermo Moreno es suficiente para que cualquier arbitrariedad se convierta en dogma legal con un breve proceso de acostumbramiento. Nada es más permanente que un impuesto transitorio. Esta es la premisa dos de este post: La inercia lleva al aumento del control de la vida privada y al encarecimiento de estar dentro del sistema.
La tercera premisa es que la mayoría de las personas, llegado un punto que nosotros hemos pasado hace rato, pueden escapar del sistema de forma parcial. Alguna cuenta no la declaran, alguna regla se la pasan por algún lugar de su anatomía y todo está bien. El Banco Mundial demostró que si los argentinos pagaran todos los impuestos el 98% de sus ingresos irían a parar al estado. Algo imposible de lograr, el sistema se sostiene en la hipocresía general. Que como lo he dicho muchas veces es el único ingrediente que lo hace soportable.
La cuarta premisa es que hay gente que no tiene la capacidad siquiera de estar dentro del “blanco” de forma parcial. Eso que los socialistas atribuyen a la maldad del mercado y no es otra cosa que la consecuencia directa de la estupidez de su amado estado: Los barrios marginales, el negro fiscal y legal absoluto. El estado ni siquiera está “presente”, como ellos dicen, en esos lugares.
Después queda la quinta y enorme premisa: El estado moralista que decide controlar lo que la gente ingiere tiene la brillante idea de prohibir las drogas. Con o sin impuestos, declaradas o no declaradas, ese mercado está por decisión política, ni siquiera por le inercia mencionada, fuera del sistema. Está en el negro fiscal absoluto, igual que la gente más pobre.
Creo que la conexión es clara ¿no? Carrió cree que “el paco” es la consecuencia de la maldad de los intendentes del conurbano, pero en realidad esa maldad, en todo caso, y complicidad no es otra cosa que la consecuencia de la combinación entre el estado omnipresente y el estado moralista. A la baja rentabilidad, a ciertos niveles, de estar dentro, se le suma una alta rentabilidad de estar fuera. Señora Carrió, el paco es el hijo no reconocido de su forma de “amor a la humanidad”
Pero acá viene el gran final a toda orquesta. Los brasileros creen que la violencia en Brasil no es producto de todo esto sino de los videojuegos.