Reseña del libro “Archivos de una década Siniestra”

la mancha
SOBRE ARCHIVOS DE UNA DÉCADA SINIESTRA, DE JOSÉ BENEGAS
Por  Carlos Eduardo Larrosa Núñez (Carson Marsh)
A José Benegas lo conoccaptura-de-pantalla-2016-12-22-a-las-3-31-14-pmí en la UCEDÉ, en la segunda mitad de los Ochentas. Años gloriosos para la militancia liberal, porque nos sentíamos felices con nuestra incorrección política y estando “solos contra el mundo”, con un discurso claramente diferenciado y OPUESTO a los boludogmas imperantes por décadas (una “matriz diversificada” de estatismos, dirigismos, controlismos y otros “ismos” conexos). Tanto José como quienes fuimos jóvenes militantes en esa época, estábamos, de alguna manera “formateados” por quien era el referente ineludible de la UCEDÉ: el Ingeniero Álvaro Carlos Alsogaray. Cuando digo “formateados”, quiero decir que, utilizando la razón y en uso pleno de nuestra libertad, buscábamos un discurso como el de Alsogaray para reforzar la firmeza de nuestras propias convicciones.
En el momento en que comencé a releer los artículos de El disidente, el primero que quise recordar fue el del fallecimiento de Alsogaray, el 1º de abril de 2005. Alsogaray le hablaba a personas adultas, por eso no era demagogo y le era imposible elaborar diagnósticos mentirosos respecto de situaciones graves. José, desde El disidente, estuvo en línea con lo que habíamos aprendido de Alsogaray: abordar la realidad con la seriedad y crudeza que la misma merecía; en todo momento y en cualquier lugar. El camino MÁS DIFÍCIL en país “adaptable” y de “lealtades móviles” como lo es la Argentina. Entre fines de 2001 y mediados de 2003, teníamos trato casi permanente con José; esto es, entre el GOLPE DE ESTADO del 20 de diciembre de 2001 (que él, en sus artículos, hoy condensados en este libro, termina llamando REVOLUCIÓN, debido a las consecuencias política, jurídicas, económicas y de todo tenor que significaron los subsiguientes años “kakistas”) hasta la parodia comicial del 27 de abril de 2003 que terminó con el señor K entrando a Balcarce 50. Eso me permitió estar al tanto de las preocupaciones de José desde ANTES del 25 de mayo de 2003, cuando por med
io de sus correos electrónicos dando a conocer quién era este individuo y alertando sobre que lo peor estaba por venir.
El mérito de El disidente es que se trata de un testimonio descriptivo y analítico de una REALIDAD que CASI NADIE quería ver por entonces. El PEOR MOMENTO de un totalitarismo en construcción es EL INICIAL, cuando resulta “simpático” y se aplaude todo lo que hace (los campos de concentración del nazismo, como siempre recuerda José, no surgieron al principio del Tercer Reich, sino AL FINAL). Es el de las persecuciones “simpáticas”, cuando el emperador come uvas mientras ordena que los leones salgan a la arena y la turba circense ríe cuando éstos despedazan en la arena a víctimas cuya vida no vale nada, estando a merced de un dedo pulgar hacia arriba o hacia abajo. Se convirtió José, de este modo, en un cronista-analista del asalto brutal contra la Corte Suprema de Justicia, de la persecución política contra “blancos específicos” como “militares y menemistas”, de la sumisión obsecuente de Gustavo Béliz a su nuevo amo, de los primeros disparates conjuntos de los Fernández, de la “interna” entre Duhalde y el señor K, de las irregularidades en la “sucesión presidencial” ante las enfermedades del marido de la entonces “Primera Ciudadana”, de la “evolución” de la Ayatollah Elisa Carrió (aliada inicial del “kakismo”), de la “tibieza” de Macri, López Murphy y otros representantes del “espacio” que ni siquiera se animaba a llamarse “de centroderecha” (y los proyectos enemigos del derecho de propiedad votados por los legisladores de ese “riñón”), los “planes de seguridad” del régimen frente al auge de la delincuencia y su obsesión con Juan Carlos Blumberg, las peleas entre piqueteros oficialistas y opositores; entre otros temas. Pero no sólo eso: José analizó cada uno de estos puntos sin perder de vista el ideario de la Constitución Nacional de 1853 y de referentes intelectuales como Alberdi, Alsogaray y Rand; pero siempre con su estilo personal que lo hace claramente identificable. No se limitó a describir los hechos, sino a INTERPRETARLOS. A explicar POR QUÉ esos acontecimientos NO estaban en línea con lo que la Constitución de 1853 establecía y POR QUÉ el desconocimiento de las reglas de la economía y del funcionamiento del mercado llevan, inevitable (y, a veces, ineluctablemente), al fracaso.
Archivos de una Década Siniestra tiene el VALOR ENORME de un “te lo dije y te lo advertí” claramente fundado. Por eso vale la pena LEERLO CON ATENCIÓN; porque la libertad nunca va a dejar de estar amenazada. Y es un valor que hay que defender día a día. Así lo entendía el José Benegas que yo veía en la Convención Metropolitana de la UCEDÉ (allá por 1988), el José Benegas que tuve el gusto de conocer más profundamente en 1999 (cuando editó “La Moral del Violador”), el José Benegas hipercrítico de 2001-2015 y el José Benegas de hoy; con el que se podrán tener acuerdos o desacuerdos, pero del que no se puede dudar de la claridad de sus ideas y de la honestidad con que las expone.
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By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

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