Un Estado gratis para los más pobres

Un Estado gratis para los más pobres
Por José Benegas

Los pobres de otros tiempos tenían muy claro que su peor enemigo era el poder. Lo que los definía como pobres era justamente el ser privados del poder, porque la riqueza se definía en la política, por medio de la ley del más fuerte. Si una autoridad arbitra quiénes serán beneficiados, necesariamente los más aptos para conseguir favores y los más influyentes tienen la ventaja. Si no hay tal autoridad y cada cual es libre de disponer de sus recursos sin ser acreedor por nacimiento de nadie, cualquiera está en condiciones de valerse por si mismo ofreciendo bienes y servicios, aunque no tenga habilidad política o poder de presión alguno.

Esto de definir al Estado como benefactor es un modernismo, bastante confuso, que ha llegado a un punto de enorme contradicción. Ese Estado benefactor no sobrevive ya sin esquilmar de manera directa a los indigentes, sus supuestos beneficiarios.

Un recorrido por los proyectos de ley de los representantes que el sistema republicano suponía que se ocuparían de evitar impuestos, nos lleva a cosas como a la proclamación de derechos a todo lo “indispensable” y a incluir cualquier cosa en una lista generosa de “servicios públicos”. Ni el fútbol ha quedado exento de semejante declamación. Entonces se construye toda una teoría constitucional según la cual hay derechos de primera generación, los que conocíamos como derechos individuales como los del artículo 14 de nuestra Constitución, a ellos se les sumaron otros de “segunda generación”, como si fueran una versión 2.0 de la libertad, a los que se llamó “derechos sociales”. Ya no eran libertades sino expectativas de que el Estado bueno o los ricos nos provean de cosas que los legisladores más buenos aún encontrarían “fundamentales”. Un legislador bueno se define por la cantidad de cosas fundamentales que encuentra y el proyecto de ley que dicen que nos lo tiene que dar el proveedor sin fin. Después vinieron los derechos “de tercera generación” y ahí cayeron el medio ambiente, la paz, la tranquilidad, y ya le llegará el turno al amor. Después de todo no es de buena gente estar en contra del amor.

Me pregunto cuántos estarán dispuestos a aceptar el corolario necesario de esa “evolución” que presento ahora: El derecho de cuarta generación a un Estado gratis para los más pobres. De otro modo no hay viviendas, ni hospitales, ni educación ni nada gratuito y la supuesta mano suelta se convierte en pura mentira. Y cuanto más importante se estime al Estado en nuestras vidas, más gratuito debería ser, de acuerdo a la doctrina buenista en ascenso. Si el Estado es pago, entonces generaciones enteras de derechos desaparecen. Sería como un “genocidio de necesidades insatisfechas”.

Un proyecto “progresista” al máximo como el que presento a continuación debería ser seguido de manifestaciones masivas de adhesión por parte de todos los que proclaman la gratuidad de la educación, de la salud, de la asistencia a los jubilados, las vacaciones, etc. Ni siquiera pretendo que nadie pague impuestos, como se verá. Trato de hacer operativa la retórica de que todo lo sostengan los que más tienen que ningún demagogo lleva hasta las últimas consecuencias como trato de hacer aquí. Si no lo apoyan se demostrará que su buenismo no es sincero, y si lo apoyan observaremos si todo lo que quieren hacer puede sostenerse sin esquilmar a aquellos que dicen querer beneficiar y privilegiar a algunos vivos.

La cifra de ingreso familiar elegida, como se ve, es mucho mayor a la que oficialmente se considera “línea de pobreza”, que no es otra cosa que la manifestación de una enorme farsa de bienestar provisto estatalmente que solo se puede sustentar que existe si se dibuja ese bienestar donde no lo hay. Aún así tampoco lo logran. Hoy una familia con un ingreso menor a los 10 mil pesos no puede acceder a un auto, una vivienda, vacaciones, medicina prepaga y educación privada de calidad para los hijos y es posible que me quede corto. Ese estándar mínimo define en términos capitalistas en serio quién se encuentra apenas en la categoría de “clase media” y sostengo que quién no accede a él debe ser considerado pobre.

Proyecto de Ley

Artículo 1ro Quedan exentas del pago de cualquier impuesto, tasa o contribución, arancel u aporte obligatorio, sea a entidades públicas o de cualquier índole nacional las personas físicas que acrediten un ingreso mensual igual o inferior a los PESOS DIEZ MIL ($10.000). Quedan incluidos los aportes o cuotas gremiales obligatorias de obras sociales y de sistemas previsionales.

Artículo 2ro. A los efectos de quedar alcanzadas por el presente beneficio las personas comprendidas en el artículo primero presentarán la solicitud ante la autoridad de aplicación, que emitirá en su favor un “carnet de pobre” que será utilizado ante todo ente público, privado o agente de retención a los efectos de liberarse de cualquier erogación alcanzada por la exención. Cuando en el pago de cualquier producto se encuentre incluido algún impuesto o contribución de las alcanzadas, deberán descontarse del precio bajo la responsabilidad del cobrador en los términos del artículo tercero.

Artículo 3ro. Los agentes del fisco nacional, entidades públicas o privadas o agentes de retención que intentaran cobrar o cobraran montos exentos por el artículo primero a portadores del “carnet de pobre” incurrirán en falta grave causal de exoneración en su caso y serán multadas con una cifra de hasta diez veces el monto exigido o prisión de seis meses a un año.

Artículo 4to. Invítase a las provincias a adherir a los beneficios de esta ley respecto de los gravámenes locales.

Artículo 5to. Condónanse las deudas vigentes y declárase la amnistía respecto de toda infracción o delito relacionado con las normas impositivas a las personas alcanzadas por el beneficio del artículo 1ro.

Artículo 6to La autoridad de aplicación actualizará la cifra de ingresos comprendida en la exención. Los jueces también se encontrarán habilitados a hacerlo en base a parámetros objetivos y en su caso emitir en la sentencia un certificado de pobre que tendrá los mismos efectos que el “carnet de pobre”.

Artículo 7to. De forma

By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

6 comments

  1. …y una ley para ser cumplida solo por los que pueden, o viste a algun policia detener en la ruta a esos autos/cascajos que circulan por las afueras de las ciudades sin una luz ni frenos ni nada?

  2. Me quedé pensando:Y si alguno de estos precla-
    ros de las fuerzas K se le diera por proponer
    la implementacióm de algo así como este pro-
    yecto? Que buena oportunidad para desplegar
    toda la gama de recursos propios de la
    demoKracia,apilando y pateando cuanto ciuda-
    dano se atreviera a manifestar su desacuerdo,
    las tramas y trampas congresistas,las decla-
    raciones de Hannibal,y todo el folklore de la
    corte gubernamental, apoyada por supuesto
    por las fuerzas piqueteras,los chicos de la
    Campora y los muchachos moyanistas.No,no me
    olvido de la abuelita de Heidi con su pañue-
    lo blanco maldiciendo al gorilaje ,es decir,
    a nosotros que en medio de toda esta movida
    de la cleptocracia gobernante,pretenderíamos
    simplemente trabajar.Espero que solo haya
    sido un delirio de mi imaginación !

  3. Genial!!!, solo agregaría un articulo "Que quien acceda al carnet de pobre y haya permanecido como tal al menos 12 meses, el mismo tiene una vigencia de 150 años, sin importar su patrimonio o sus ingresos durante ese lapso.

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