¿El anticapitalismo está pum para arriba?

Lejos de ser un contra modelo el “socialismo del siglo XXI” y otras múltiples versiones de “anticapitalismo”, son apenas otro producto subprime creado por la expansión del crédito sobre todo norteamericana. Para quienes identifican al capitalismo con el sistema financiero expansivo, Hugo Chavez es más norteamericano aún que la Coca Cola y su período de buena suerte se terminó junto con las hipotecas sin respaldo del país del norte.

La realidad es que explotada la burbuja, los países que están más enteros son los que tienen un “resto de la economía” no inflado con el cual seguir en pie, no es el caso de los parásitos del viento de cola que convertían la expansion en ingresos fiscales. Aquí un artículo aparecido en el Cato Institute de Swaminathan S. Anklesaria Aiya que agrega datos sobre la cuestión.

El capitalismo de mercado supera al socialismo bolivariano

por Swaminathan S. Anklesaria Aiyar

Swaminathan S. Anklesaria Aiyar es investigador del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Cato Institute.

La reunión del G-20 intentará arreglar al sistema capitalista que supuestamente está fallando. Los medios de comunicación son parte del coro. El Financial Times, por ejemplo, tiene una nueva sección, “El futuro del capitalismo”, con contribuciones tales como “Dejen que lo justo prive sobre la ganancia corporativa”.

Lo que este debate ignora es que los críticos más vocales del capitalismo estadounidense se están hundiendo al menos igual de rápido que EE.UU. El Presidente Chávez de Venezuela desde hace mucho ha prometido una revolución socialista y bolivariana para América Latina, pero su modelo económico está hoy en ruinas. Tampoco está mejor la situación en Bolivia, Rusia o Irán.

El Fondo Monetario Internacional estima que Venezuela e Irán necesitan un precio del petróleo de entre $90 y $95 por barril para balancear sus presupuestos. Cuando el precio subió a $147 por barril, estos países, nadando en petrodólares, hicieron planes grandiosos. Chávez ofreció la mitad de su petróleo a precio regalado a sus amigos latinoamericanos. Ahora que el precio del crudo ha colapsado, sus planes de gasto se ven imposibilitados y ha tenido que recurrir a sus reservas extranjeras. Chávez ahora necesita para sobrevivir que el sistema estadounidense que tanto critica rebote.

El Presidente Ahmedinajad en Irán se la pasó gastando cuando los ingresos petroleros eran altos. Luego cambió las reservas extranjeras iraníes de dólares a euros para darle a los “yankees” una lección. Pero sus planes de gasto se han congelado luego de que el ingreso petrolero cayó en dos tercios. La inflación llega a un 26%. Ahmedinajad podría perder las próximas elecciones iraníes.

La economía rusa, la cual crecía rápido con los precios altos del petróleo, ahora está colapsando. Putin y sus anteriores colegas de la KGB poseen grandes porciones de las empresas de recursos naturales, algunas de las cuales son nominalmente controladas por el Estado. Ellos permiten que otros oligarcas rusos florezcan bajo la condición de que sigan la línea del partido. La bolsa de valores rusa ha caído casi un 80%—más que cualquier otra bolsa. Incluso después de que Rusia gastara un tercio de sus reservas defendiendo al rublo, este cayó de 25 a 35 por dólar.

No es un mero accidente que tantos de los críticos del capitalismo sean petro-estados. Una economía de mercado triunfa al brindar incentivos para que haya una mayor productividad e ingresos más altos. Un sistema controlado por el Estado es pésimo para proveer los incentivos apropiados y además es malo para la productividad. Pero un petro-estado vive de la riqueza mineral, no de la productividad o de la eficiencia.

Los socialistas se quejan del énfasis capitalista en la ganancia y el crecimiento, y en cambio enfatizan la distribución de la riqueza. Esto estaría bien si la riqueza saliera de la nada y todo lo que los Estados tuvieran que hacer es distribuirla. Pero si la riqueza primero tiene que ser producida, los mercados lo hacen mucho mejor.

Sin embargo, en los petro-estados el ingreso petrolero es el equivalente del maná caído del cielo para que el que gobierna pueda, por lo menos por algún tiempo, enfocarse en distribuir riqueza en lugar de crearla. Bajo Chávez, la producción petrolera de Venezuela ha caído de 3,2 millones de barriles por día en 1998 a 2,4 millones de barriles por día en 2008. La ineficiencia evidente de este sistema se ocultó temporalmente por la bonanza proveniente de los precios altos del petróleo. Lo mismo le pasó a Ahmedinajad en Irán.

Muchos críticos del modelo estadounidense de hecho son patéticamente dependientes de este. Cuando las economías capitalistas están en declive, también lo están los modelos supuestamente rivales. Lejos de ser modelos rivales, ellos podrían, tan solo con una modesta exageración, ser llamados parásitos del capitalismo occidental.

Ahora, ser un parásito no es cómodo, entonces los gobernantes de los petro-estados están comprensiblemente molestos por su dependencia. Pero, ¿por qué Singapur o Mauricio, que son igual de dependientes de la prosperidad económica occidental, no se sienten esclavizados por esa relación? La respuesta es que la interdependencia mundial ha sido utilizada por estos países para fortalecer sus habilidades y sus capacidades humanas y se han vuelto globalmente competitivos. Son los estados más ricos en su región porque son los más productivos. Esto no se puede decir de los petro-estados, los cuales le deben sus ingresos altos a una riqueza mineral finita. En abril de 2008, Irán empezó a colocar el precio de su petróleo en euros y yenes en vez de hacerlo en dólares e intercambió gran parte de sus reservas de dólares a euros o yenes. Pero solo logró debilitarse a sí mismo, no a EE.UU. El dólar se ha fortalecido considerablemente en el último año—el euro ha caído desde la cima de $1,60 a solamente $1,28. Los países que cambiaron sus reservas a euros y yenes han perdido significativamente.

La verdadera fortaleza de un sistema se revela en los momentos de adversidad. Hoy, a pesar de los problemas económicos de EE.UU., el mundo ve al dólar como el refugio seguro. El sistema estadounidense tiene fallas, pero los otros no son mejores y algunas veces son peores.

La reunión del G-20 necesita enfocarse en reformas importantes al sistema existente. Pero estas deberían apuntar a generar un mejor capitalismo, no una alternativa bolivariana o iraní.

By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

4 comments

  1. El socialismo marketinero ha enraizado profundo en la mayorìa de los millones de mentes ignorantes del planeta.

    Es increìble seguir viendo, como famosos economistas, presidentes, etc.etc. siguen tildando al crack mundial econòmico, como una falla del capitalismo de libre mercado.

    La nota, màs clara agua.

    Sabenmos, que en definitiva, se mezcla peras con manzanas.

    Como las lecturas del mundo, se hacen desde falcias, en lugar de tomar nùmeros reales, se llega a conclusiones como que hay hambre y extrema pobreza a causa de que desde los paìses ricos, se exprimen a los pobres.

    Recuerdo una discusiòn con un desconocido en un grupo de amigos hace años, cuando èl sostenìa que USA (deporte mundial pegarle a diario) sacaba la riqueza de Medio Oriente y de ahì la pobreza.

    Semejante liviandad de pensamiento, por supuesto se estrellò de frente cuando sostuve simplemente lo que en ese momento se les pagaba a los gobiernos teòcratas totalitarios por cada barril y si servìa para hacer palacios de emires, jeques, ayatollhs y presidentes, comprara armas, ò para educar a sus sociedades.

    Como sabemos, finalmente lo natural, el fluir de la libertad capitalista, el intercambio, la necesidad creativa, harà que las aguas se calmen lleguen a su nivel nuevamente.

    Pero seguirà siempre una mayorìa de imbèciles, sosteniendo lo malo que es todo eso, tan egoìsta, tan inhumano.

    Por supuesto, al mismo tiempo, seguiràn parasitando, viviendo del derrame del excedente de toda esa potencia generadora de quienes entendieron las leyes naturales desde el vamos.

    A las cavernas no volvemos.

  2. El otro día hice zaping y enganché un poco de un debate entre F. Iglesias (CC) y Caparros. F. Iglesias, que es de izquierda o c izquieda, hablaba de la importancia de aprender de países donde el izquierdismo (moderado), tipo Suecia daba buenos resultados. Y Caparros le contestó que para ser del primer mundo tenés que elegir a quién del tercer mundo querés explotar. Es rara esa forma de pensar. No sé cómo creen que se lleva a cabo esa explotación. El día que se sustituya el petróleo como combustible y el primer mundo deje de demandar petróleo y “explotar” los recursos de los países no desarrollados, van a estar mejor?

  3. Desde siempre se ha enseñado que los ricos (paìses o personas)hicieron su fortuna a costa de los pobres (idem) Es decir, se ha inculcado la idea de que la pobreza es una consecuencia de la riqueza de otros, que lo que yo me gano es lo que mi vecino pierde. Ademàs se la ha elevado la pobreza a la categorìa de virtud, tanto que exhibir riqueza se ha convertido en algo pecaminoso e inaceptable para la sociedad.

    Tambièn la errònea interpretaciòn del evengalio contribuyò a esa inconcebible conclusiòn: es màs facil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al reino de los cielos.(Mateo 19-24)

    Pero cuando Jesús dijo tal frase, no estaba sentenciando la imposibilidad de que un rico obtuviera vida eterna pues, de hecho, hubo personas acaudaladas que lo siguieron. (Mateo 27:57; Lucas 19:2, 9.) Lo que en verdad dijo es que para obtener la vida eterna deben privar los bienes espirituales por sobre los materiales, cosa que es bien distinta a lo que usualamente se interpreta.

    Porque de lo contrario (y esto es lo que no advierten los que pregonan la vulgaridad del socialismo) serìa el mismo Dios quien nos habrìa condenado a la pobreza como ùnico modo de ganar el cielo. Un absurdo total.

    Riqueza y pobreza no son, en verdad, tèrminos antitèticos sino distintos estadios de la trayectoria de los hombres y los pueblos, alcanzados segùn el camino que hubieren elegido emprender. Cada uno es artìfice de su propio destino.

    No hay virtud en la pobreza como no la hay en la riqueza; en todo caso la ùnica virtud estarà en saber llevarlas con toda dignidad.

  4. Desde tiempo inmemorial los parásitos han tratado de “legitimar” la apropiación por la fuerza de los resultados de los productivos.

    La diversas “teorías de la explotación” que fueron imaginando no son otra cosa que construcciones teóricas justificatorias del uso de la violencia para tales fines.

    Y siempre han cosechado numerosas adhesiones, porque es mas cómodo vivir de parásitos, que esforzarse imaginando y produciendo cosas utiles.

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