Cuando es el estado el que quiere drogar

Disculpe Obispo Lozano, esto no es personal, pero si creo que un obispo está obligado a ser inteligente. No es una obligación con el mundo, sino con sus compromisos asumidos en libertad. Un jugador de tenis debe ser bueno en lo suyo y un obispo pretende desentrañar la naturaleza de los dilemas éticos que se le presentan al individuo. Debe pensar, y debe hacerlo bien en lugar de hacer de la moralina de Doña Rosa y argumentos zonzos un dogma universal y una forma de obtener halago y admiración de las masas. No digo que tenga que ser infalible, digo que no debe ser cómodo y obvio en sus apreciaciones sobre la realidad.

El video que presento ahora ya lo había posteado antes. Muestra otra cara de la misma moneda de este problema del control político de las drogas. El estado (si se quiere las mayorías) condena a las drogas como un problema “de salud” sólo cuando las conductas que derivan de ellas le molestan, pero no duda en causar otros problemas de salud cuando las conductas que se derivan de ellas son las deseadas. Dos caras de una misma moneda. Conclusión obvia, el control sobre las drogas no está hecho en favor de ningún pobre enfermo sino sólo para controlar su conducta.

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Categorized as Liberalismo

By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

16 comments

  1. “El tema droga es muy complejo”, segùn la sanata oficial de siempre, sea de Animal Fernàndez ò de Montoto.

    Yo no creo en que las soluciones sean complejas de por sì, salvo que aceptemos que no se quiere dar soluciòn.

    Hablemos claro, la droga es un negocio.
    Si el poder (sì, ese) lucra con la misma, cosa que salvo Heidi todos sabemos, la discusiòn es como si cuando llueve llevo el paraguas (cosa lògica) ò si no la miro para nò mojarme.

    Es una discusiòn de sordos y mezclan peras con manzanas todo el tiempo.

    Y en èsto, como no es mi tema no me estoy metiendo.
    Lo que digo y pienso desde afuera de tecnicismos es que se plantea mal el asunto del enfermo, su libertad, su dependencia, su despenalizaciòn y bla,bla, y el partido se juega en otra cancha.

    Muchachos, el cigarrillo es un negocio, produce su adicciòn diversos tipos de enfermedades y/ò la muerte punto.

    La droga es un negocio, produce su adicciòn diversos tipos de enfermedades y/ò la muerte punto.

    La diferencia es que las empresas de cigarrillos estàn legalizadas.

    Resumo: LA DROGA ES UNA DISCUSIÒN CRÒNICA PORQUE ES NEGOCIO DEL PODER.

    En todo caso, ataquemos a ese poder de negocios primero, ò legalicen a los carteles.

  2. No creo que el tema de la despenalizaciòn del uso de drogas sea muy sencillo de resolver.

    Si no fuera punible la tenencia para uso personal, deberìa admitirse que tampoco lo deberìa ser el suministro de la droga para tal fin, porque de lo contrario se reconocerìa un derecho de ejercicio imposible.

    Si el consumo se legalizase, va de suyo que quienes hoy trafican comenzarìan a ejercer una actividad lìcita y nada impedirìa que aparecieran nuevos y nuevos proveedores y que la oferta del producto despertara en el mercado la misma competencia que tienen, por ejemplo, los enseres domèstico.

    Si asi fuera, hasta podrìa pensarse en organizaciones que otorgasen facilidades para su adquisiciòn o la instalaciòn de centros recreativos para que el consumo se realizase con el màximo de confort.

    En consecuencia, si la venta de la droga fuese legal, el consumo aumentarìa considerablemente y el negocio serìa muchìsimo màs rentable y sin los riesgos que hoy se afrontan.

    ¿Què hacer entonces?

    Desde mi razonamiento no creo que la droga pueda legalizarse parcialmente: o se permite su venta o se la prohibe.No hay alternativa.Como dirìa Hamlet that is the question

  3. En este tema, como en otros -economía por ejemplo-, los Obispos ofrecen orientaciones morales basados en principios pero también en análisis y teorías que son defendidas por la mayoría de los “especialistas”. No se puede negar que el consenso dominante -y no de Doña Rosa precisamente- está a favor de la “lucha contra las drogas”. Los Obispos deberían tener mayor conciencia de que muchas veces quedan “pegados” a paradigmas dominantes o a ideas políticamente correctas que de ningún modo son exigencias de la moral cristiana. Tal vez esa sea una manera de compensar psicológicamente la frontal oposición a lo políticamente correcto que sostiene en unos pocos temas como el ideal de familia, la moral sexual y aborto.
    Recomiendo el excelente artículo publicado en 1990 por el Padre John Clifton Marquis: “Las leyes sobre drogas son inmorales”
    http://www.idpi.us/dpr/writings/writings_dl_immoral.htm

  4. Atender a la demanda y lidiar con la realidad es propio de viles mercaderes, no de servidores públicos desinteresados.

    La DEA es tan necesaria hoy para la convivencia pacífica entre seres humanos como en su momento lo fue la Santa Inquisición.

    No pidan razones; las dependencias del estado no necesitan razones para existir: su lógica es la del parásito, que tiende a desarrollarse a expensas del huésped.

    Esperar que la prohibición se autolimite merced a mecanismos democráticos es más disparatado que la prohibición misma.

  5. En una sociedad libre el que quiera dorgarse lo hara, y el que crea que los drogadictos puedan ser un problema podrán reservarse el derecho de admisión sin que lo acusen de discriminación. Así de sencillo.

  6. No había visto el post anterior,ni, por ende el video.
    Me conmovió profundamente;esta intromisión de la psiquiatria como arma de dominación es una nueva faceta que estoy elaborando en mi práctica.
    Cuando para trabajar como psicoanalista tenías que tener tu propio análisis, y supervisar tus casos, las intervenciones en la terapia, eran de una agudeza de estilete, y sumamente personales.
    Ahora que la Nueva Psiquiatría se alinea con el New Order,y las multinacionales farmaceúticas, que ansían colocar sus nuevas drogas, adquiere funciones de policía.
    Y el Malleum Maleficarum de esta nueva Inquisición es el DSM IV.
    Por eso psiquiatras/psicólogos como el Dr Szasz, que elevan su prestigiosa voz contra este atropello es un bálsamo sobre la terrible herida que se produce en una sociedad globalizada que decide quien va adentro y quien queda libre, no por actos delictivos, ni siquiera por patologías, sino por conductas que no agradan al esquema establecido.
    Mis saludos.

    1. Le han hecho un gran bien a la psicología al quitarle el reconocimiento de “medicina”. Si se separara del todo y admitiera ser una disciplina dirigida a la conducta, y a la conducta definida como perjudicial porque molesta al sujeto atendido, producirían una gran evolución.

  7. Sigo insistiendo en un punto que me parece fundamental: ¿quien proveerà las drogas para que los ciudadanos, libremente y ejerciendo su derecho a la intimidad, puedan consumirlas?

    ¿Lo harà el propio Estado o dejaràn que se comercie en farmacias o locales habilitados al efecto?

    De no ser asì ¿què ocurrirà cuando un vendedor sea sorprendido entregando la merca a quien la recibe para consumo propio? ¿Serà castigado o se lo considerarà que sòlo està contribuyendo a que alguien ejerza el derecho que le asiste?

    1. Ricardo hay que liberar la oferta. El sistema no hay que imaginarlo, rigió hasta las primeras décadas del siglo XX. Las drogas se compraban en cualquier parte, pero sobre todo en las droguerías y no porque existiera una norma al respecto. Los padres mandaban a sus hijos a comprar el opio a las droguerías.

  8. José, es interesante lo que planteás sobre la psicología. Nunca me había detenido a pensar que lo que tiene de bueno es precisamente la definición “subjetiva” de los trastornos: yo voy a tratar de solucionar lo que a mi me genera un conflicto o angustia, no algo que esté definido por un tercero como “enfermedad”.

    Volviendo al tema de la psiquiatría, creo que no es casual que muchos regímenes totalitarios identifiquen a los críticos y opositores precisamente como “enfermos mentales” o personas antisociales. Se podría hacer ahí un contrapunto entre la psiquiatría totalitaria y el derecho penal liberal: la primera como una herramienta para neutralizar a quien desagrada por lo que es o por lo que hace (aún cuando no perjudique a nadie) y el segundo como un sistema (¿necesario?) para permitir la convivencia, basado en que sólo será penado quien voluntariamente cometa un acto que estaba previamente definido como delictivo y que era reconocido por el autor como tal.

    Por algo en Cuba te meten preso por tener “conductas antisociales” (casi una “definición psiquiátrica”) y no por la comisión de algún delito concreto.

    1. Dieguístico, Thomas Szasz parte de la base del individualismo metodológico que Mises utiliza para la Praxeología. Es decir el hecho de que el sujeto es un individuo libre que actúa en función de su bienestar es el punto de partida. El escribió mucho sobre eso. Yo también escribí algunas cosas sobre lo que estás mencionando.

  9. Josè: Yo estoy de acuerdo con eso, ademàs de las droguerìas la vendìan los cocheros en la puerta de los perigundines. Por eso digo que hay que desterrar la hipocresìa que segùn dicen quiere establecer la Corte. Si se libera la oferta no hay tràfico y eso, por supuesto, afectarìa a poderosos intereses no sòlo de los narcos sino tambièn de los mùltiples organismos que cobran sueldos para combartirlos y reciben coimas para dejarlos actuar.

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