Dos modelos

Un pequeño gobierno carece de sueños de grandeza y de tentaciones de esquilmar a la población o hacerse de un recurso por la vía de las armas. Esto es Andorra, contada por Martín Varsavsky. Un gobierno así tiene que dedicarse a atraer gente, gente pacífica, privada. Y a no molestarla, no se le ocurre crear una retórica de buenos repartidores y malos productores de lo que se ha de repartir.

El contra modelo es la conversión de Naciones Unidas en un estado gigantezco que promueve normas para controlar flujos de fondos y también el pensamiento y los prejuicios privados. Un estado grande implica controles grandes, la última frontera es el control moral.

Los países generan una unidad de tipo emocional, que no tendría por qué ir acompañada de gobiernos de igual tamaño. Los gobiernos chicos parecen empresas, los gobiernos grandes parecen religiones fundamentalistas. El papel más importante del derecho constitucional de aquí en adelante es el de sustentar el derecho a la secesión.

Published
Categorized as Liberalismo

By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

19 comments

  1. Disculpa que escriba algo que no tiene nada que ver con el post, pero como nadie comento nada quisiera saber si lo viste o si alguien lo vio o yo solamente lo soñe.
    Hace uno o dos días por ahi, hubo un corte en la autopista Richeri (o algo asi no se como se escribe) y cuando entrevistan al representante de los manifestantes este dice algo asi: Quisiera decirle al secretario de la presidentAAAA que cuando fue le tema del campo nuestros telefonos sonabas y no paraban de sonar y nosotros estuvimos. Ahora quiero que alguien nos reciba porque nos cortaron mas de 3000 planes SOCIALES y las familias no tienen que comer.
    ¿ Soy yo o nadie se avivo que quedo al descubierto que todas esas manifestaciones que llenaron plazas y demás las pagamos todos y nadie dijo nada con semejante declaración por parte de un “SOLDADO PAGO” KIRCHNERISTA?
    gracias un abrazo siempre muy bueno el blog lo leo mas seguido que el diario que apesta.

  2. La secesión, un tema que merece una mirada mas detenida.
    Una de las formas de deshacerse de la opresión.
    Para los que puedan leer en ingles aconsejo el cap. 5 .”On centralization and secession”
    del libro de Hoppe “Democracy the god that failed”.

    El link es un poco impactante…. “but it works”.
    Copien y peguen o si no clickeen.

    http://books.google.com.ar/books?id=qARC56X5vxcC&pg=PA117&lpg=PA117&dq=%22the+fact+that+only+a+relatively+small+number+of+countries%22&source=web&ots=gvJ0nawgD9&sig=7W2XJp5rj_Nzn21yEoeUH92_jcg&hl=es&sa=X&oi=book_result&resnum=1&ct=result#PPA117,M1

  3. Quiero compartir con ustedes una frase de Alfredo Casero;
    Tengo hecho un pacto con el Estado argentino: él me saca todo lo que puede y no me da absolutamente nada.

  4. Sugiero la lectura de un cuento de Tolstoi (“Demasiado caro”). La historia transcurre en Mónaco, cuando todavía era pobre:

    “…todos los aficionados al juego van a Mónaco, pierden su dinero y el beneficio es para el rey. Por medio de un trabajo honrado no puede uno construirse palacios. El reyecito de Mónaco sabe que eso no está bien, pero ¿qué hacer? Es necesario vivir. No es mejor mantenerse de los impuestos sobre el alcohol o el tabaco…”. Así es como vive ese reyecito. Reina, amasa dinero y gobierna, desde su palacio, lo mismo que los grandes reyes. Lo mismo que ellos, se corona, organiza desfiles y paradas, concede recompensas, ajusticia, indulta, celebra consejos, decreta y juzga. Gobierna como los auténticos reyes. La única diferencia es que en Mónaco todo es pequeño.
    Una vez, hace cosa de cinco años, hubo un crimen en el reino. El pueblo de Mónaco es pacífico; y nunca había allí sucedido tal cosa. Se reunieron los jueces para juzgar al asesino. En el tribunal había jueces, fiscales, abogados y jurados. Después de juzgarlo, lo condenaron, según la ley, a la última pena, a la decapitación. Presentaron la sentencia al rey. Este la confirmó. No había más remedio que ajusticiar al criminal. La única desgracia es que no hubiese en el reino guillotina ni verdugo. Después de pensarlo mucho, los ministros decidieron escribir al Gobierno francés, preguntándole si podía mandarles la máquina y el verdugo para cortar la cabeza al criminal. Al mismo tiempo, pidieron que los informase, a ser posible, de los gastos que esto supondría. Al cabo de una semana recibieron la contestación: podían enviar la máquina y el verdugo: los gastos ascendían a dieciséis mil francos. Se lo comunicaron al reyecito. Éste meditó largo rato. ¡Dieciséis mil francos!
    -¡Ese bribón no vale tanto dinero! ¿No se podría arreglar el asunto más económicamente? Para obtener esa cantidad, todos los habitantes del reino tendrían que pagar dos francos de impuesto. Les parecería mucho. Podrían sublevarse -dijo.
    Celebraron consejo. ¿Cómo solucionar el problema? Se les ocurrió preguntar lo mismo al rey de Italia. Francia es una República, no respeta a los reyes; en cambio, como en Italia hay un rey, tal vez cobraría menos. Escribieron. No tardaron en recibir contestación. El gobierno italiano les decía que con mucho gusto mandaría la máquina y el verdugo. El total de los gastos, con el viaje incluido, ascendería a doce mil francos. Era más barato; pero no dejaba de ser una cantidad elevada. Aquel canalla no varía tanto dinero. Cada habitante tendría que pagar casi dos francos de impuesto. Volvió a reunirse el Consejo. Pensaron en la manera de arreglar esto de una manera más económica. Quizá algún soldado quisiera cortar la cabeza al criminal, de un modo rudimentario. Llamaron al general.
    -¿No habrá algún soldado que quiera decapitar al asesino? Sea como sea, cuando van a la guerra matan; y eso es lo que se les enseña.
    El general habló con sus soldados. ¿Quería alguno cortar la cabeza al criminal? Todos se negaron. “No, no sabemos hacer esto; no lo hemos aprendido”, dijeron.
    ¿Qué hacer? Meditaron mucho, nombraron un comité, una Comisión y una Subcomisión. Por fin hallaron el medio de arreglar el asunto. Había que conmutar la pena de muerte por la de cadena perpetua. De este modo, el rey demostraría su misericordia y al mismo tiempo habría menos gasto. El reyecito se mostró de acuerdo; y resolvieron adoptar esa solución. La única desgracia era que no hubiese una prisión especial donde encerrar al criminal para toda la vida. Había pequeños calabozos en los que se encerraba temporalmente a los culpables; pero se carecía de una buena prisión. Finalmente, encontraron un lugar. Encerraron al criminal y le pusieron un guardián.
    Éste vigilaba al delincuente y le traía la comida de la cocina de palacio. Así transcurrieron doce meses. A fin de año, el reyecito hizo el balance de los gastos y de los ingresos. Y se dio cuenta de que el criminal constituía un gasto bastante considerable. En un año había ascendido a seiscientos francos su comida y el sueldo del guardián. El criminal era joven y sano; tal vez viviera aún cincuenta años. No era posible seguir así. El reyecito llamó a sus ministros:
    -Busquen el medio de que este canalla nos cueste menos dinero. Así nos resulta demasiado caro -les dijo.
    Los ministros se reunieron en Consejo y meditaron largo rato. Uno de ellos dijo:
    -Señores, creo que hay que suprimir el guardián.
    -El criminal se escaparía -replicó otro.
    -Si se escapa, ¡al diablo!
    Informaron al rey. Éste se mostró de acuerdo. Suprimieron al guardián y esperaron a ver qué pasaría.
    Al llegar la hora de comer el criminal buscó al guardián; y, al no encontrarlo, se dirigió en persona a la cocina de palacio en solicitud de la comida. Cogió lo que le dieron, volvió a la prisión y cerró la puerta tras de sí. Salía a buscar la comida, pero no se escapaba. ¿Qué hacer? Pensaron que debían decirle que no se le necesitaba para nada, que podía irse. El ministro de Justicia lo llamó.
    -¿Por qué no se va usted? Nadie lo vigila, puede marcharse libremente: al rey no le parecerá mal.
    -Pero yo no tengo adónde ir. ¿Dónde quiere que vaya? Me han cubierto de oprobio con la sentencia; ahora nadie querrá tratarme. Me he apartado de todo. Ustedes proceden injustamente conmigo. Eso no se puede hacer. En primer lugar, si me han condenado a muerte, tenían que haberme matado. Aunque no lo han hecho, no he protestado. En segundo lugar, me condenaron a cadena perpetua y me pusieron un guardián para que me trajera la comida; pero no han tardado en quitármelo. Tampoco he protestado. He ido a buscarme la comida personalmente. Ahora me dicen que me vaya; pero esta vez, arréglenselas como quieran; no pienso irme -replicó el criminal.
    De nuevo celebraron Consejo. ¿Qué hacer? ¿Qué solución tomar? El criminal no se iba. Después de pensarlo mucho, decidieron asignarle una pensión. Era la única manera de librarse de él. Informaron al reyecito.
    -¡Qué le hemos de hacer! Hay que terminar como sea -dijo éste.
    Asignaron al criminal una pensión de seiscientos francos y así se lo comunicaron.
    -Bueno; si me pagan puntualmente, me iré.
    Así se decidió la cosa. Entregaron al criminal la tercera parte de la pensión por adelantado. Este se despidió de todos y abandonó el dominio del reyecito. Viajó sólo un cuarto de hora por ferrocarril. Se instaló cerca del reino, compró una parcela de tierra, puso una huerta y un jardín y vive muy feliz.
    En fechas determinadas, va a Mónaco a percibir su pensión. Después de cobrar, entra en la casa de juego y pone dos o tres francos. Algunas veces gana; otras pierde y vuelve a su casa. Vive apaciblemente.
    Menos mal que no delinquió en un lugar donde no se repara en gastos para decapitar a un hombre ni para mantenerlo en la cárcel toda la vida.

  5. Socialdemócrata…lease alguien que habla de la explotacion capitalista desde su avión privado en el trayecto hacia New York.

    Son esos que te hablan de la plusvalía vistiendo camisas polo y zapatillas nike.

    Si estuvieramos en los 70´ los montos ya les habrían prendido fuego la casa del country y les hubieran metido el golden retriever en el tujes.

    Dan mucho asquito estos burguesitos con culpa.

    1. @Mariano M, no se porque los montos también eran nenes bien, cooptados en las universidades, la mayoría de ellos venian de familias de clase media acomodada, otra cosa era el ERP donde los tipos (salvo la cúpula) eran en su mayoría obreros industriales, sindicalistas e incluso campesisnos muy brutos y pobres aunque muy adoctrinados y enceguecidamente fanáticos del marxismo.

  6. @Doble Doble V, socialdemócrata en ese lugar enorme que se llama mundo, fuera de nuestras fronteras, a veces significa un poco de falta de comprensión de cómo funcionan las cosas, sin atentar contra los fundamentos de la civilización. Es solo consecuencia de no entender cómo funciona una sociedad compleja.

  7. El artículo 121 de la Constitución Nacional dice: «Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitución al Gobierno federal, y el que expresamente se hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su incorporación». El artículo 13 dice: «Podrán admitirse nuevas provincias en la Nación». No entiendo cómo se justifica que una provincia que participó en la constitución del gobierno federal o que fue admitida posteriormente, luego no pueda revertir aquella decisión y separarse. ¿Por qué los habitantes de una provincia pueden decidir constituir un gobierno federal pero NO pueden decidir separarse?

  8. La secesión es otro de los grandes temas que los defensores de la libertad debemos instalar en el debate público. El monopolio gubernamental es contrario a la libertad. Y como todo monopolio legal, sus servicios son tienden a ser más caros y de peor calidad que los servicios privados o libres. Aquí el liberalismo tiene que hacer una autocrítica. Como dice Hans Hermann Hoppe, el principal error del liberalismo clasico es su teoría del gobierno (monopólico). El próximo 15 de febrero se cumplirán 160 de la publicación del artículo “Sobre la producción de seguridad” de Gustave de Molinari, que termina con estas palabras:
    “Por lo que a nosotros concierne, estamos totalmente convencidos de que un día se establecerán asociaciones para reclamar la libertad de gobierno como han sido establecidas para reclamar la libertad de comercio.
    Y no vacilaremos en añadir que, después de que este último progreso haya sido llevado a cabo, y todo obstáculo artificial a la libre acción de las leyes naturales que rigen el mundo económico haya desaparecido, la situación de los diferentes miembros de la sociedad devendrá la mejor posible.”

    Bueno, hay que decir, lamentablemente, que no hemos avanzado mucho, más bien al contrario.

  9. La sanidad del pequeño pasis es muy lógica. Mientras más pequeña es una sociedad, es más dificil que las responsabilidades se diluyan. Todo el mundo sabe quien aporta y quien saca del herario publico quien empuja para adelante y quien es empujado, y quien empuja para atras. Es mucho más dificil vender ideas de redistribucion cuando los individuos tienen caras, y no son simplemente grupos estereotipados. Mientras menos jugadores, se hace más evidente quienes son los que paran la olla. El ejemplo máximo es un tipo que vive solo en una isla desierta, vos no laburas, vos te moris de hambre (y no hay nadie a quien echarle la culpa de que no se garanticen tus “derechos”).

Leave a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.