¿Cristina quién y vos?

Cualquiera diría que Cobos, el señor mister vice president, es tu mejor amigo. La campaña presidencial que le costó al menos ochocientas lucas a los venezolanos lo incluía en un tringulo: Cristina, Cobos y vos. El problema es que lo conocen muy pocos.

By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

10 comments

  1. Para ser un desconocido, llegó bastante lejos; y no se olviden que Néstor of the Jungle empezó como un gran desconocido también, hasta que traicionó a su padrino.

  2. Tienen al gobierno metiendo las narices en los últimos rincones de su vida, apoderándose de la mitad de sus ingresos, y ni siquiera les interesa quienes son,

    pero eso sí,

    uno de cada tres, los votó.

    Señores….agua ..y….ajo.

  3. Habría que comenzar a conocerlo mejor a Cleto. Yo lo conozco sí, otro felpudo con suerte igual que Scioli. Con esa cara de naboletti y sonrisita de “yo no fui” escalonó posiciones, fue diputado, luego gobernador y por idiota útil llegó a vice presidente.
    De todas maneras hay que estudiarle bien el prontuario, no sea que un día terminemos con la sorpresa de que a la ´”reina” le dio un ataque de caspa irreversible y éste termine con la banda y el bastón.
    ¡Qué nivel de dirigentes tenemos! ¡un lujo!
    Pobre país…

  4. Si, lo conozco, es, fue y será siempre un trepador y un conspirador, para llegar a ser rector de la UTN regional Mendoza utilizó al rector anterior a el como trampolín y luego lo traicionó, lo mismo hizo con Iglesias para llegar a la gobernación de Mendoza, como viene la mano no me extrañaría que ya se haya probado la banda y el bastón y tenga el discurso de asuncón listo

  5. Los argentinos y los chanchos
    Hoy alguien me envió este correo…

    Hace unos meses, en una tibia y soleada mañana de invierno, fuí a visitar por un negocio al vecino de
    una finca cercana.
    Camino a la casa (que estaba a 200 mts. de la tranquera), pasé por uno de los infaltables
    chiqueros que son origen de los indescriptibles jamones caseros y me llamó poderosamente la atención
    una chancha salvaje amamantando a unos cuantos lechoncitos

    Una vez que le vendí los fardos de alfalfa y para salir de la curiosidad, le pregunté a Iván de que raza eran.
    Esperá que lo llamo a mi viejo, que a él le gusta contar la historia….
    Por la puerta de la cocina emergió don Zoilo un gigante de cabellos blancos que se desplazaba dificultosamente asistido por un bastón de 3 patas,
    y me invitó a sentarme a la mesa de la galería donde reinaba un enorme botellón de alcohol de nuez de no menos de 60º.

    ¿Ud. sabe como se cazan los chanchos salvajes? me espetó sin más trámite mientras me servía un vasito
    chato del brebaje.
    – Bueno, creo que con perros que ‘los paran’ y un fusil que los sacrifica ….,
    le contesté prudentemente, presintiendo que la historia venía por otro lado y que el viejo sabía más que yo.

    – En este caso, no fue así. Y cuando le diga como lo hago, Ud. va a poder sacar algunas conclusiones
    acerca de porqué a los argentinos les va como les vá.
    En el fondo de la finca, detrás de aquella cortina de álamos que Ud. ve, es ‘campo’ (así le llamamos
    los argentinos al monte inculto y sin trabajar.)

    Dentro de ese cuadro, hay que buscar un manchón sin matorrales y tirar un poco de maíz en el piso.
    Cuando los chanchos lo descubren van a comer todos los días, y Ud. diariamente les repone la ración.

    Una vez que los tiene acostumbrados, Ud. construye una cerca en uno de los lados del sitio y les sigue
    poniendo alimento. Por unos días van a desconfiar, pero después terminan por volver.

    Entonces se hace otra cerca a continuación de la anterior, y les sigue poniendo comida hasta que dejen de dudar y regresan a comer.

    Y así sucesivamente, hasta que casi cierra los cuatro lados y solo deja una abertura para un
    portón. Ya para entonces se han acostumbrado al maíz fácil, le han perdido el miedo a los cercos, y
    entran y salen casi con naturalidad.

    Entonces Ud. va y coloca el portón, lo deja abierto y sigue poniendo maíz.

    Hasta el día que va al corral, encuentra la piara comiendo, y le cierra la puerta.

    Al principio empiezan a correr en círculos como locos, pero ya están sometidos. Muy pronto se
    tranquilizan y vuelven al alimento gratis que ya se olvidaron de buscar por si mismos, y aceptan la
    esclavitud.

    Uds. no se dan cuenta que estos gobiernos populares y demagógicos proceden de la misma manera que yo
    con los chanchos.

    Les tiran maíz gratis disfrazado de programas de ayuda, planes sociales, empleos públicos, cargos
    políticos, sueldos para ñoquis, subsidios para cualquier cosa, leyes proteccionistas, sobornos
    electorales, todo a costa del sacrificio de las libertades que les van confiscando migaja a
    migaja….. y los argentinos no se dan cuenta de que no existe la comida gratis, y que no es posible que
    alguien preste un servicio más barato que el que uno mismo hace.

    ¿Acaso no ven que toda esa maravillosa ‘ayuda’ que reparte el gobierno, lo hace con los poderes que el
    pueblo permite que se arroguen, para depredar las libertades y los bienes de la gente que trabaja y
    que produce? ¿Pero como pueden vivir en un paraìso y tratar a toda costa de convertirlo en un
    infierno?..Como pueden crear constancia cìvica si los polìticos forman cuadros de Borocotó?… ¿Como
    pueden vivir con partidos polìticos que se llaman intransigentes?
    ¿Como pueden creer que un peronismo autèntico es de izquierda?…….
    Los peronistas de izquierda odian a los militares…
    El ‘Jefe’ y creador del partido que era?, almacenero??.

    ¡Sigan así – nomás -, y que Dios los ayude cuando les cierren el portón…!!!

    Se mandó lo que quedaba del cuarto vasito de un solo trago, y desapareció renqueando precipitado por
    la puerta de la cocina.

    Y yo, mareado por el alcohol y apabullado por la verdad, saludé al hijo y me volví rumiando bronca
    por el polvoriento camino de regreso a casa….’

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