Parece que no somos únicos en materia a de conceder privilegios en nombre del bienestar humano. En Nuevo Mexico, Estados Unidos, vas en cana y te comés una multa mínima de mil dólares por actuar como “decorador de interiores” sin estar matriculado como tal por la mafia que reparte ese bacalao. Y ojito con mover un mueble grande sin que uno de estos especialistas intervenga.
No hay caso che, ya no nos respetan ni el derecho a ser los más idiotas.
One response
Esa reglamentación es más que desafortunada.
No llego a comprender el motivo de esa regulación tan severa y, al menos para mí, realmente tonta.
Está bien para los gasistas, plomeros o electricistas, pero para los decoradores creo que es un disparate.