La política tampoco es jugar al Rasti

La política no es leer encuestas y esperar a que la diosa opinión pública bendiga con sus dones. Pero tampoco es simplemente “armar” como en el rasti. A la salida de Misiones la oposición pensó que el secreto para reproducir ese fenómeno era “juntar a todos”. Ese fue siempre el sueño del “centro” y también de la “izquierda” no peronista, dos sectores descastados de la política argentina. Uno por quejoso y destructivo y el otro por tibio.

Pero Misiones no fue el resultado de “la unión hace la fuerza” sino de banderas precisas y bien defendidas por un sólo hombre que no leyó ninguna encuesta para comprobar la popularidad de su propuesta sino que creyó en ella y se ocupó de trasmitirla actuando en consecuencia. El motivo por el que toda la oposición se agrupó detrás de él fue que el propósito era bueno y además se lo defendía de forma adecuada. Las encuestas y las alianzas para quienes realizan cambios de verdad y son protagonistas son meros resultados de la tarea cumplida.

Debe haber razones de peso para reemplazar a Kirchner ¿Cuales son esos motivos para la oposición? El macrismo dice que la eficiencia. No hay mucha gente gritando por la eficiencia en las calles ni que esté tan convencida de que ese sector es tan genial. Hasta ahora no ha mostrado un solo genio. Para la otra vertiente antikakista representada por Carrió, se trata de un problema de corrupción, que es el único que les preocupa en cualquier gobierno aunque nunca proponen soluciones políticas para terminar con ella sino que se limitan a señalar a los réprobos pidiendo sus cabezas.

Alguien podrá pensar que Macri y Carrió piensan distinto y no deberían juntarse. ¿Pero piensan distinto? No veo nada incompatible en los discursos y propuestas de ambos. Menos diferencias encuentro si veo las actuaciones de sus legisladores. Lo que parece separarlos es una cuestión de pertenencias y orígenes, pero poco más que eso. Se trata de dos versiones de socialdemocracia de barrios distintos de la Capital Federal. Lo que es peor, tampoco está muy claro que esa oposición piense distinto al gobierno en ningún aspecto importante.

By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

3 comments

  1. Tengo una interpretación sobre el fenomeno Misiones que apela a una interpretación simple.

    El individuo medio (si es que existe tal ente estadístico)no discierne sobre la calidad de gestión de sus gobernantes sino través de los resultados que le son tangibles.

    Lo atraen los dirigentes que percibe como creíbles.

    La reciente crisis de representatividad de los políticos es, en definitiva una crisis de credibilidad.

    En Misiones el votante fué sometido a esa opción.

    Un sobornador, (esencialmente no creíble), versus un cura de pueblo, cuyo único capital es (Y debe ser)su credibilidad.

  2. Jose:
    Comparto tu diagnóstico (como siempre)…el problema es que los partidos politicos en arg. son clubes de amigos que solo buscan generar prebendas, beneficios y “negocios” para sus partidarios amigos e hinchas, hace muchas décadas que dejaron de ser ámbitos en donde gente que tiene ideas parecidas decide el que y el como del manjeo de lo público. Esto, como muy bien señalas es mas una pelea entre Al Capone y Frank Nitti por el control de la kaja que una pelea entre Bastiat y Keynes, o entre Smith y Marx. Las capañas son una subasta anticipada por nuestro ingreso, nadie habla hoy de nada distinto simplmente le ponen otra etiqueta al mismo saqueo y a los mecanismos que lo hacen posible.

  3. Yo creo que el concepto mismo de “partido políitico” (gracias al cielo) está empezando a perder sentido.
    Si mantiene algo de su vigencia es tal vez porque se ha establecido a nivel constitucional su necesidad. Por eso es difícil construir”nuevos partidos” que sean lo suficientemente representativos como para aportar masa crítica Sus fundamentos terminan desdibujandose necesariamente porque la idea rectora es juntar la mayor cantidad de gente, con una visión mas o menos parecida, y no con la intención de representar una cosmovisión o “idea de pais” independientemente del número de votantes que adhieran a esa idea.
    Esto como decía al principio no me parece necesariamente malo. Yo creo que uno de los mas ricos legados de la presente revolución tecnológica es la tendencia hacia el ejercicio de una democracia cada vez menos “representativa” y mas “participativa”.
    Orden espontáneo, que le dicen..

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