La policía mundial del propio bien

Todavía hay un montón de idioteces que pueden hacer nuestros honorables legiladores. Fieles al espíritu pueblerino que domina el ambiente, los representantes con que nos condenaron los educados al votar, no hacen más que copiar cuando se sienten habilitados por la boludez universal.

Jamás propondrían algo bien hecho. No les gustaría a ellos o no se animarían sospechando que recibirían acusaciones de noventistas, derechistas o neo liberales de todo el espectro mediático-cultural, filósofos incluidos. Pero boludeces que se hayan hecho en otro lado, saben que pueden proponer y hasta ser felicitados por eso.

Toda esta ola “saludable” de la “policía del propio bien” es importada. Como buena estupidez está llegando a estas latitudes de manera instantánea. Hace unas semanas conté lo que querían hacer en New York, parecía de ciencia ficción. En Gran Bretaña controlan la publicidad de las pizzas y los dulces en el horario de protección al menor, en cualquier momento prohiben el delivery como nuestro Amoroso legislador del Pro. El genio español Rodriguez Zapatero no se queda atrás y le ha declarado la guerra a la hamburguesa grande (¿ni siquiera se da cuenta usted de que se pueden pedir dos hamburguesas?).

Cuando decía que admitir el control del cigarrillo llevaba al control de lo que comemos no pensé que ocurriría tan rápido.

Todo esto parece hasta gracioso pero no lo es. Es de una gravedad política mayúscula porque el Estado, poblado de inútiles y mediocres que adoran meterse en la vida ajena, ha encontrado una gran veta para hacer proyectos abusivos en nombre del bien a la humanidad. Escriben tonterías que entorpecen nuestra vida y nuestros gustos y se sienten parte de una cruzada. Son los Templarios antigrasas peleando contra los infieles proveedores de colesterol.

La ecología, la salud pública, la evasión impositiva, la seguridad de los menores, todas excusas para traspasar los límites al poder. La sensación que tengo es que esta ola no se detiene sino con mucha resistencia, con mucho gasto de calorías y que la población de estos países está más adormecida que nunca y acostumbrada a que le digan todo el bien que se puede hacer violando los derechos de las personas.

By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

5 comments

  1. Y esto recien empieza…..encima las agachadas morales de los paises que supuestamente defienden las libertades individuales les dan de comer a estas bestias…
    Si hay una excepción al principio universal de escasez es la ESTUPIDEZ, es lo unico realmente abundante y lo unico que hasta ahora ha aumentado su oferta a una escala exponenecial (

  2. Ojo Leandro que hay muchos a los que les pagan por ser estúpidos. No se si no es una de las mercancías más buscadas.

  3. No José, no les pagan por ser estúpidos. Les pagan por HACERSE los estúpidos. Dedicate a escribir sobre la cataláctica y free banking casi exclusivamente en medio de este quilombo o armá un medio que sea un mix de farándula y política con tinte nacionalista y vas a ver como te llueven cheques y/o pautas publicitarias.

  4. pobres chicos del reino unido pronto se van a quedar sin programas de tele. Por si alguien no se dio cuenta porque no vive en Argentina eso es lo que pasa cuando se cancelan los sponsors.

    Pedro

  5. Opino que este tipo de “mandatos” solo son sostenibles en el tiempo, cuando existe una firme convicción de la amplia mayoría de una sociedad. Una norma es también la expresión de una regularidad. Si no se sostiene en bases reales, pues está destinada al olvido o a provocar efectos contrarios que tiendan a conrtarrestarla. desde ese punto de vista, si nuestras sociedades se están poblando con seres mayoritariamente maniacos, entonces nuestros legisladores solo expresan el deseo de las mayorias, y se lo imponen a una minoria (as usual en una democracia, quevace). Está mal o bien la prohibición de salir desnudo a la calle?. Existe la necesidad de una norma que regule esta posibilidad?.
    Para mi hay ha solo dos normas que no tienen discución alguna para quienes pretenden vivir en sociedad: no matar y no robar. Todas las demás, son pura moda.
    Saludos

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