Verbitsky panfletario

No coincido con la utilización del mote “periodista” para distinguir categorías de personas, como como si el “periodismo” fuera un atributo adquirido en la mesa de aceptación de un club o como si fuera un honor. El periodismo no es ni una cosa ni otra, es simplemente estar sobre la actualidad, seleccionar lo importante y transmitirlo. Cualquiera realice esa actividad, en mi opinión, es periodista y eso no le agrega mucho a su nobleza. Cualquiera que hace pan es panadero. El punto importante es hacer lo que uno hace lo mejor posible.

Siempre me pareció que el trabajo periodístico bien hecho no depende de manejar herramientas técnicas que se enseñan en la facultad de periodismo. Todo instrumental. La realidad no puede abordarse si no es desde paradigmas teóricos mucho más generales. La técnica de comunicación no puede enseñarle a una persona cómo encarar un cable que dice que un juez no hizo lugar a una indemnización por muerte en un accidente de tránsito, porque no se probó que la víctima estuviera muerta cuando se le practicó la ablación de órganos. Una formación en el tema que le toca tratar le serviría para entender que el caso es interesante, merece ser tratado como noticia y generar muchísima polémica, pero con eso no se tienen elementos ni siquiera para empezar a cuestionar el fallo. Por eso es interesante, porque el fallo puede tener razón. ¿Pero cómo leer eso sin entender nada de casi nada, salvo de comunicación? Toda la prensa nacional se tragó esta noticia como si se tratara de un juez loco, sin siquiera haber leído, y sin siquiera estar en condiciones de leer e interpretar ese fallo. A la vez se tragaron las palabras del Ministro de Salud, que prometía hacer todo lo posible para echar al juez. Toda la prensa nacional pasó por alto, que el ministro nada tiene que hacer en relación a la conducta de un juez, ni siquiera el Poder Ejecutivo, mucho menos cuando se trataba de un juez provincial.

Qué quiero decir con esto. Cuando nos quejamos porque el periodismo que nos ha tocado tiene una anteojera ideológica llena de eslogans, hay que entender que lo que ocurre es que el semi-analfabetismo ha ganado las pantallas y las redacciones. Son minoría los que conocen los temas sobre los que informan primero y luego, dotados de un marco teórico son capaces de desentrañar la información. Los axiomas bobos de la izquierda son fáciles de entender, como era en otros tiempos la demagogia populista entre los ignorantes. El semi-analfabetismo hace a las personas creer que saben, les permite hablar y escribir mucho, sin ninguna conciencia de su ignorancia. Lo único que les hace falta es descubrir conspiraciones, algo que la izquierda les provee a granel. De nuevo, la moderna formación periodística también viene del lindo Estado argentino.

Entonces lo que tenemos es un periodismo que excita las pasiones, unos con un estilo más recatado y otros con un estilo más desaforado. Pero diferencias de fondo no hay. Cuando se acercan los problemas de verdad ni se enteran. Con poco contenido intelectual, si viene una corriente autoritaria que se viste con la misma ropa con que ellos se han vestido de periodistas jodidos y repite los mismos eslogans se paralizan; si es que no se corrompen.

A la vez se trata de un periodismo fácilmente manipulable. Alguien que monta un aparato generador de esas olas deslumbrantes con dinero traído del extranjero, con coherencia ideológica y dotando a la nada de teorías conspirativas, aunque las reduzca a todas al problema de los derechos humanos de unos pobres idealistas que mataban por amor; en ese terreno fértil del semi-analfabetismo puede hacer casi cualquier cosa. Caso del señor Horacio Verbitsky por supuesto, que hoy se manda otra proclama propagandística en favor de Kirchner, que será leída por periodistas jóvenes que han sido formados en la idea de que se trata de un gurú de la información, cuando en realidad es un gurú de la política.

Verbitsky no es periodista, pero no porque no maneje información, le sobra, o porque no quiera reconocerle un dudoso honor de pertenencia. No lo es porque su juego no es tomar la realidad, aunque sea con una óptica ideológica definida, para comunicarla a sus lectores. Verbitsky no escribe para el lector sino para sus propios objetivos políticos, muy burdos en estos últimos tiempos porque es capaz de negar hasta las trampas en Misiones con los DNI que fueron mostradas en televisión. No se puede jugar honestamente el papel de observador del juego y a la vez estar jugándolo, con candidatos propios en todos los estamentos de poder, utilizando una columna para denostar oponentes y entronizar a obedientes. Al decir “Verbitsky” no es periodista no digo “no llega a ser de los nuestros”, porque por mi parte nunca me interesaron los clubes. Lo que quiero decir es que es muy importante saber si se lee una nota periodística o un panfleto. Por afuera son iguales, por adentro son opuestos.

By Jose Benegas

Abogado, ensayista y periodista. Master en economía y ciencias políticas. Conductor y productor de radio y televisión. Colaborador de medios escritos, televisivos y radiales. Analista y conferencista internacional desde la perspectiva de la sociedad abierta y las libertades personales a las que ha dedicado su obra intelectual. Dos veces premiado en segundo lugar del concurso internacional de ensayos Caminos del la libertad.

5 comments

  1. Jose, como siempre, excelente columna. Hoy leí la columna de este personaje y realmente no podia terminar de digerir el asco que me daba semejante panfleto.
    Un abrazo y seguí así.

  2. Es un gusano apestoso, un inmoral, un cerdo excecrable …en fin parte de esta argetnina berreta y retrograda que ha emergido ..

  3. Los insultos del autodenominado Leandro deberían ser borrados de un blog en el que impere el buen gusto, porque son de tan mal gusto como las asambleas de la Fuba

  4. Anónimo, el problema de las asambleas de la FUBA no es el mal gusto, que por supuesto lo tienen, sino la ausencia de utilización del cerebro.

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