En Argentina se hace plata con seguridad política en lugar de seguridad jurídica propia de los países donde no hay bandas apoderándose del estado.
Si sos amigo del que reparte la torta te va bien. Si el que reparte la torta la juega de izquierdista, tiene impunidad política. Reparte la torta entre todos los que le pueden escupir el asado, todos hablan de los derechos humanos, se tatúan la imagen del Che y clink caja.
A propósito ¿Dónde habrá estado Eurnekian durante el “proceso”? Nadie lo va a preguntar, porque no es negocio.